El Entrenador De Fútbol. Marco Bruno
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Buscamos por tanto aclarar cuáles son;
– Los principios del aprendizaje (cómo aprende el futbolista).
– Los principios de la enseñanza (cómo debe enseñar el entrenador).
La finalidad principal debe ser la de inducir cambios positivos en el comportamiento y los hábitos de vida. El comportamiento humano distingue:
Acciones innatas, que no tenemos que aprender y que no requieren ninguna experiencia previa.
Acciones descubiertas, que descubrimos solos mediante un proceso personal de prueba-error-reintento.
Acciones asimiladas, que adquirimos de otras personas con un proceso inconsciente de emulación.
Acciones aprendidas, que deber ser enseñadas y requieren un esfuerzo voluntario, basado en una observación analítica precisa.
La afirmación de que «si un futbolista se entrena, mejora y perfecciona sus capacidades» no es realmente verdad, porque el entrenamiento determina comportamientos y adaptaciones que pueden llevarse a cabo de forma adecuada o inadecuada. No todas las adaptaciones ni los comportamientos son útiles para la realización de las diversas actividades deportivas.
Un entrenamiento eficaz y su consiguiente aprendizaje en el juego del fútbol están muy ligados a la formación de actitudes, hábitos y movimientos correctos.
Lo primero en orden de importancia es la actitud hacia el aprendizaje, tanto por parte del entrenador como del jugador. Esta actitud debería estará caracterizada por dos cualidades:
– Mentalidad abierta.
– Mentalidad ávida de saber.
Las actitudes mentales son esenciales para recibir y valorar nuevas ideas y aplicarlas, para ponerlas continuamente en cuestión y para sencillamente estar al día de forma continua.
No todas las ideas son buenas, por lo que es un error aceptar de inmediato una idea nueva basándose solo en el criterio de la novedad, igual que es un error no darle crédito sin valorarla.
Algunos deportes requieren de manera predominante la atención a los aspectos técnicos, otros a los atléticos: el fútbol es un deporte donde es más importante la capacidad de juicio.
Se llega a esta conclusión con un análisis sencillo:
– Un partido de fútbol dura 90 minutos.
– El balón está en juego unos 60 minutos.
– En los 60 minutos se supone que algún equipo tendrá la posesión del balón al menos 30 minutos.
– Durante estos 30 minutos el balón está a menudo en vuelo y fuera del control de los jugadores.
– Cada jugador de media no puede tener la posesión del balón durante más de 2 o 3 minutos.
Después de este análisis, se produce inmediatamente una pregunta:
La respuesta es:
Aplica su propia capacidad de juicio, toma decisiones y escoge.
Observamos además que el fútbol es uno de los deportes con aspectos más cambiantes, tanto porque los jugadores y el balón pueden moverse por todo el campo, como porque las reglas a seguir son pocas, por lo que entendemos que las situaciones cambian rápidamente y requieren por parte de los jugadores rapidez de ejecución y concentración. Todo lo cual nos lleva al .
Para estimular a los futbolistas con éxito, el entrenador debe tener en consideración los siguientes factores:
1) El interés: El jugador poco interesado y motivado dedica poco esfuerzo a las actividades propuestas.
2) El entusiasmo: El jugador al que le falta entusiasmo no es útil ni a sí mismo ni al grupo.
3) La colaboración: Trabajar junto al grupo para alcanzar un fin común.
4) El ejemplo: Ver jugar a las estrellas o mejor ver acciones correctas de juego mediante el uso de grabaciones puede aportar mejoras en el aprendizaje, tanto sobre la actitud como sobre los hábitos.
5) La frecuencia de los entrenamientos: La calidad del entrenamiento es más importante que la frecuencia. Si hay calidad, cuanto más tiempo se dedique al entrenamiento, mayores serán las mejoras.
6) La consciencia de las mejoras: Quien obtiene buenas mejoras entrena con más entusiasmo. En un entrenamiento bien realizado, los futbolistas se dan cuenta de los progresos obtenidos.
7) El sufrimiento: Para desarrollar las habilidades propias es necesaria una búsqueda continua de la superación de las capacidades propias y los límites propios. Los futbolistas mejorarán si cumplen siempre con sus tareas, a condición de que no sean excesivamente exigentes.
8) La confianza: Los entrenadores deberían enseñar a los futbolistas a tener confianza, pero sobre todo animarlos y darles esperanzas y ambiciones alcanzables.
Después de haber establecido cómo aprende el futbolista, hay que establecer qué tiene que aprender en el entrenamiento futbolístico.
Hay cuatro áreas en el entrenamiento futbolístico:
– La técnica y la táctica (capacidad coordinativa).
– La condición física (capacidad condicional).
– La comprensión (qué hacer y qué no hacer);
– La condición psico-social (comportamientos).
1) La técnica y la táctica: Son los instrumentos del oficio, cuanto mejores sean, más eficaces, útiles y sorprendentes serán los resultados alcanzados.
2) La condición física: Las habilidades no se pueden ejercer si no vienen acompañadas por una buena condición física. Este será el argumento predominante de nuestras lecciones.
3) La comprensión: Consiste en entender qué se puede hacer y qué es necesario