AntologÃa. Ken Wilber
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Lo existencial, antesala de lo transpersonal
Experiencia cumbre y rasgo permanente
Traslación versus transformación
Sobre la ausencia de identidad del Yo
El problema de la interpretación de la experiencia espiritual
La práctica transformadora integral
INTRODUCCIÓN
Quienes hayan superado ya la cincuentena recordarán el desierto social y cultural en que se encontraban quienes, a comienzos de los setenta, mostraban, en nuestro país, interés por las cuestiones espirituales. Pocos lugares había entonces, aparte del oasis que representaba Editorial Kairós, en donde los buscadores pudieran abrevar su sed.
No es de extrañar que, en semejante contexto, los interesados se vieran obligados, para fundamentar e integrar su práctica, a depender de la interpretación del Camino proporcionada por un determinado maestro o escuela, una situación que alentaba la dependencia y el sectarismo –que, dicho sea de paso, no suelen andar muy alejados de este tipo de procesos– y, en consecuencia, se mantuvieran desmesuradamente atados a un maestro, a un grupo o a una determinada enseñanza.
Hoy en día, sin embargo, las cosas son muy diferentes, porque los anaqueles de las librerías rebosan de libros de espiritualidad y la oferta de talleres, cursillos y retiros es tan nutrida que en ocasiones se habla –y no sin razón–, de supermercado espiritual.
Pero que las cosas sean diferentes no significa que los problemas hayan desparecido porque, en muchos casos, esa espiritualidad es más supuesta que real y la legitimidad de los maestros es más que cuestionable. ¿Alguien podría asegurar además que, en ausencia de un marco de referencia que sirva para seleccionar, interpretar y asimilar adecuadamente la información, el exceso sea mejor que su defecto?
La aparición de los primeros libros de Wilber supuso un hito muy importante, porque nos proporcionó un marco de referencia en el que encuadrar el largo camino del desarrollo psicológico y espiritual que lleva desde el bebé hasta el iluminado y consiste en aprender a querer nada –el camino que conduce desde una nada que lo quiere todo (y que, por ende, teme y se defiende de todo) hasta una nada que nada quiere (y que, en consecuencia, no tiene nada que temer ni nada de lo que defenderse),– el modelo espectral basado en la filosofía perenne.
Pocos autores hay cuyo pensamiento posea la amplitud y el calado suficiente como para haber merecido el homenaje de ver publicadas sus obras completas y menos aún los que, como Ken Wilber, lo hayan recibido en plena vida activa.
Y es que, desde el momento de su aparición en el horizonte transpersonal con El espectro de la conciencia hasta su reciente