El dibujo humorÃstico. Equipo Parramón Paidotribo
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La caricatura nos permite hacer un “retrato” del personaje central del gag y exagerar sus rasgos físicos y faciales, e incluso algunos aspectos comportamentales que nos ayuden a resaltar el defecto moral del personaje hacia el cual se dirige la crítica.
Con esta técnica se pretende conseguir un efecto grotesco con el que ridiculizar a instituciones políticas, religiosas o sociales, siendo en estos casos cuando la caricatura adopta su matiz más satírico. Pese a ello, con la caricatura se pueden crear también simples dibujos de humor amable en los que, lejos de la pretensión de denigrar a los personajes, se pretende, de algún modo, rendirles un simpático homenaje.
Como ejemplo de este tipo de caricatura humorística tenemos las que se basan en personajes del mundo del cine, de la televisión y del espectáculo en general… e incluso en algún representante político cuya gestión no es del todo lamentable.
Curiosamente, resulta difícil encontrar a un personaje público verdaderamente ofendido por ver de manera constante su caricatura en la prensa diaria; en cierto modo, cualquier personaje conocido sabe que está expuesto a los medios de comunicación y, le guste o no, ser el blanco de los caricaturistas (aunque no le traten demasiado bien) contribuye a mantener en alza su popularidad.
Caricatura en un estilo naturalista de la actriz Marilyn Monroe. Mediante la pose y la expresión de sus labios se muestra su exuberante sensualidad.
En el estilo más simplista también se pueden realizar caricaturas. En el ejemplo de Woody Allen, el caricaturista resalta en especial aquellas características que aun estando exentas de más detalles, aseguren su semejanza con el personaje caricaturizado.
Una caricatura en un estilo esquemático y con la técnica de tinta bloqueada puede servir para reconocer a un personaje determinado, en este caso Groucho Marx, que se presta a la caricatura con gran facilidad por sus rasgos característicos: un cabello peculiar, sus gruesas cejas, sus gafas singulares y su inconfundible bigote contribuyen a hacerlo fácilmente reconocible.
Los clichés. Un recurso fácil, o…
SERGI CÀMARA.
2009. ROTULADOR SOBRE PAPEL
el reto más difícil. La palabra cliché es
un término tomado del francés que se refiere a cualquier acción, idea, frase o expresión que en su día significó una innovación poderosa, que se ha mantenido a lo largo del tiempo y se ha usado hasta el exceso e incluso el abuso.
Hay quien opina que el uso de clichés denota una grave falta de creatividad por parte de un autor, cuando en realidad puede ser todo lo contrario.
¿Acaso no demuestra ser tremendamente creativo y a la vez original aquel autor que, utilizando un cliché que ya ha sido usado hasta la saciedad…, es capaz de aportar ideas nuevas sobre él?
El siguiente capítulo trata sobre algunos de esos clichés a los que tanto se ha recurrido en humor gráfico. También se intentará demostrar que la utilización de clichés… es la esencia de cualquier historia.
lo importante No está en el “qué”, sino en el “cómo”
lo primero que un autor novel busca en su mente cuando trata de contar una historia –de la especialidad que sea– es “ser original”, y para ello empieza por exigir a sus neuronas que se esfuercen en encontrar aquella historia jamás contada por nadie, aquel argumento que no hasido abordado aún por ningún autor, y que dejará sin aliento a su audiencia precisamente por eso… por su originalidad.
Exactamente el cien por cien de esos intentos terminan en estrepitosos fracasos por una razón muy sencilla: apenas existe una docena de historias que contar. No hay más, y todas ellas fueron contadas (en Occidente al menos) por autores clásicos griegos, romanos e incluso babilónicos. Podríamos denominarlas “historias universales”, muchas de las cuales, a su vez, fueron inspiradas por viejas leyendas orientales.
LOS MODELOS “CLÁSICOS”
Esa docena de historias son comparables a las siete notas musicales; aun habiendo sólo siete, la combinación entre ellas, el tempo, ritmo, armonía, etc., hacen de cada pieza musical una obra única, irrepetible, que nos transmite algo peculiar. Lo mismo sucede con los colores: los tres primarios permiten al pintor obtener, por medio de la mezcla, una infinita diversidad cromática en su paleta.
Amor, odio, celos, envidia, venganza, auxilio, misericordia, sensación de fracaso, de superación, etc. son los argumentos base de las historias en cine, teatro, literatura y cómo no… también en humor gráfico. Por lo tanto, el “qué” está claro, pues sin duda nuestra historia versará sobre alguno de esos temas, ahora bien, nuestra particular combinación de los diferentes sentimientos humanos, sus causas, sus consecuencias, nuestro modo de contar, es decir…, el “cómo” será lo que haga de nuestras historias un material original.
A continuación, veremos algunos de los clichés más reconocibles en humor gráfico, pero cabe reflexionar sobre el resto de historias… ¿Es posible que sean también clichés?
Todas las historias que conocemos, ya sean clásicas o contemporáneas, son constantes readaptaciones de historias universales.
LA ISLA DE LOS NÁUFRAGOS
Probablemente, pocas situaciones hayan generado tantos gags como la isla típica de los náufragos. A simple vista, pocas cosas le pueden suceder a un tipo perdido en la inmensidad del océano y acompañado de una palmera, media docena de cocos y la insignificante porción de tierra que tiene bajo sus pies; no obstante, la creatividad y el ingenio de muchísimos autores lo han convertido en uno de los clichés más característicos porque han sabido explotar el concepto de la soledad para sus dibujos generando un sinfín de divertidas situaciones que constituyen un icono de la imaginería colectiva.
Un gag inconcebible años atrás cuando no existía internet y que hoy puede despertar alguna sonrisa por lo absurdo de encontrar cobertura wifi en una isla tan minúscula y desierta.
“El amor imposible.” Una historia universal al más puro estilo Romeo y Julieta, también puede tener cabida en los gags de náufragos.
PRESOS, REOS, RECLUSOS…
La privacidad de libertad y sus protagonistas, los presos, han proporcionado también una importantísima cantidad de material a humoristas gráficos de todo el mundo. Un individuo entre rejas, a pan y agua, y con una larga condena por delante guarda mucha relación con el cliché del náufrago, ya que no deja de ser alguien obligado a compartir su soledad consigo mismo, a pesar de que este recluso dé más juego por tener en su entorno una mayor cantidad de elementos. En cualquier caso y por alguna curiosa razón, los clichés se crean desde las situaciones más extremas, como la privación de la libertad, hasta las