Movilización social en Colombia : marchas estudiantiles (2011) y marchas campesinas (2013). Victoria E. González M

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Movilización social en Colombia : marchas estudiantiles (2011) y marchas campesinas (2013) - Victoria E. González M

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novedoso18, los campesinos encuentran en las medidas de fuerza impuestas en 2013 por el gobierno de Juan Manuel Santos un motivo; entonces, la situación que fue vista como infortunada por tanto tiempo, en 2013 viene a ser percibida como injusta o inmoral. Posteriormente en el resto del país, a pesar de la diversidad de actores y de intereses, se logra aglutinar a cientos de organizaciones en torno a una gran movilización campesina, indígena y afro, que también deja de ver su situación como infortunada y empieza a considerarla como inmoral.

       2. Atribución causal del problema a agentes (Marco de Diagnóstico)

      En el caso de la movilización campesina, el agente responsable está definido: se trata de los gobiernos que propician acciones nocivas para el campesinado, tales como las violaciones a los derechos humanos, la firma de tratados de libre comercio y el incremento en los costos de los insumos. Además, los gobiernos se muestran indolentes ante los reclamos de los campesinos, e incluso desconocen la existencia de las movilizaciones.

      En este punto vale la pena recordar las declaraciones de Juvenal, indígena de la etnia Embera Chamí:

      El panorama no ha sido muy favorable, hay problemas estructurales como la política de cultivos de uso ilícito, la redistribución de la tierra, la formalización de la tierra de los campesinos y, sobre todo, las políticas macroeconómicas que van apuntando hacia proyectos extractivos y de gran industria, específicamente monocultivos que cada vez agudizan más la crisis de falta de oportunidad del campo colombiano. Un ejemplo es la ley de Zidres19 que el país no conoce muy bien y [de la] que el gobierno solo ha mostrado las bondades, pero que solo busca profundizar la industrialización a gran escala en detrimento de los pequeños productores y del campesinado colombiano.

      La atribución de responsabilidad no solo está dirigida a los gobiernos, pues también hay una individuación de los destinatarios –en este caso el presidente Santos o el expresidente Uribe–, a quienes se les reprochan acciones u opiniones entendidas como moralmente reprobables.

      Juvenal explica esta situación de la siguiente manera:

      El ministro de agricultura de ese momento –Aurelio Iragorri– nos dijo que había un grupo y toda una estructura al interior del gobierno en la que no iban a permitir que la imagen del presidente siguiera cayendo por todo lo que estaba pasando en el país.

      Parece que en este país hubiera dos gobiernos, un gobierno que encabeza el presidente y la delegación de La Habana y el gobierno que gobierna realmente en un ejercicio contrario a lo que debería ser un país que se prepara para la paz.

      Por su parte, César Jerez declara:

      Se da una fuerte estigmatización del paro campesino en 2013 en la que el gobierno desconoce la situación de protesta de los sectores campesinos, afros e indígenas, eso se concretó con una frase de Santos, “El tal paro, no existe”; después, cuando la movilización era tan fuerte en el Catatumbo, tuvieron que reconocer que había un malestar social y la respuesta a ese malestar fue enviar cerca de siete mil unidades del ESMAD20 a reprimir; como no pudieron retirarnos de las carreteras, el siguiente paso fue criminalizar la protesta utilizando a los medios de comunicación para decir que el paro estaba dirigido por guerrilleros.

      INTERPRETACIÓN DE LAS METAS Y DE LAS OPORTUNIDADES DE ÉXITO DE LA MOVILIZACIÓN (MARCOS DE PRONÓSTICO)

      Los marcos conllevan a que las condiciones adversas reconocidas como injustas se transformen, gracias a la acción colectiva de aquellos que están en contra de ellas. El grado de confianza de los miembros de un movimiento en el éxito de su movilización es directamente proporcional a una positiva respuesta por parte de las autoridades (Delgado, 2007).

      Chihu Amparán (2000), citando a Gerhards (1993), explica que “el potencial de movilización de un movimiento social aumenta en la medida en que los participantes se convencen de que el sistema político no tiene capacidad para solucionar los problemas que saca a la luz el movimiento social”, y si el sistema político no puede solucionar el problema son los actores sociales los más indicados para hacerlo.

      Sobre este punto, veamos las declaraciones del líder Cristian Mantilla:

      La Cumbre Agraria es una plataforma que surge a raíz de las movilizaciones de 2013 y que no está conformada solo por campesinos sino también por otras comunidades de la ruralidad como las comunidades afro y las indígenas. Surge como un espacio de convergencia para recoger los frutos de esa movilización y desarrollar un pliego de exigencias que fue el que presentamos al gobierno nacional en el 2014. Con la presentación de ese pliego, el gobierno nacional, mediante el decreto 870, reconoce a la Cumbre Agraria como una interlocutora válida para la discusión de las políticas agrarias en Colombia. A través del decreto 870 se crea la Mesa Única Nacional de Negociación en la que se recogen los temas de negociación que se presentan en el pliego nacional de exigencias.

      Y Juvenal, por su parte, manifiesta que “[l]as reivindicaciones agrarias se van a venir más fuertes que nunca porque es necesario ver de qué manera se van a implementar las políticas agrarias luego del proceso de paz”21.

      Aquí podemos ver entonces la importancia de una acción colectiva en la que confluyen múltiples actores y, principalmente, el resultado plasmado en una organización capaz de establecer una interlocución con el gobierno y proponer soluciones a un problema nacional. De igual manera, se tiene la percepción de que esa unidad necesariamente comporta la continuidad, el reconocimiento y la consolidación del movimiento a lo largo del tiempo.

      JUSTIFICACIÓN DEL PROPIO ACTOR COLECTIVO EN TANTO ACTOR LEGÍTIMO (MARCOS DE MOVILIZACIÓN)

      Citando a Klandermans (1997), Delgado (2007) expone que la capacidad que tiene un movimiento para actuar sobre la opinión pública y producir públicos dispuestos está compuesta por tres etapas: la primera corresponde al momento en que el problema social consigue tener una dimensión pública y gana visibilidad, lo que conduce a la existencia de un estímulo para la acción colectiva y a lograr la participación de los ciudadanos en general, o pertenecientes a un grupo en particular; sin embargo, para cerrar esta etapa se necesita cambiar algunas representaciones sociales y el establecimiento de las identidades colectivas.

      En relación con la primera etapa, la movilización de cerca de 17 mil campesinos en el Catatumbo durante 53 días y la posterior participación de otros movimientos en todo el país es suficiente muestra de la dimensión pública y la visibilidad que lograron en 2013. Esa fortaleza se mantiene en 2014, cuando protestan de nuevo en varias regiones del país, esta vez por los incumplimientos de los acuerdos firmados el año anterior. Por otra parte, se está ante la importante pretensión del campesinado de ser reconocido como sujeto político representativo y capaz de interactuar con el gobierno y con otros actores políticos y sociales.

      Mauricio Archila Neira señala al respecto:

      Hay una idea de que el campesinado no puede ser un sujeto social por sí mismo. Incluso Marx tiene unas frases muy duras en El 18 Brumario cuando dice que los campesinos franceses son como bultos de papa que los ponen ahí y los mueven. También dice que no pueden representarse y por ello, tienen que ser representados. Hay una idea muy arraigada en Occidente acerca del campesino como alguien allegado a la naturaleza, a lo animal, a lo pasivo y a lo irracional, por lo que se le considera que actúa inducido por el patrón, por los grupos armados; sin embargo, aunque sabemos que hay lugares en donde hay presiones en contra de los

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