El futuro es libre. Chogyam Trungpa

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El futuro es libre - Chogyam Trungpa Sabiduría Perenne

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ser bueno, o bien esa conciencia podría estar trascendiendo el karma si tu práctica de la disciplina y la moralidad no tiene un propósito orientado al ego, sino que simplemente eres para el mero hecho de ser, en lugar de ser para ser bueno. Así que esos son los dos enfoques de la moralidad. Tratar de ser bueno es crear karma y tratar de ser justo sencillamente porque eres,10 lo cual no tiene ningún propósito, es un enfoque que trasciende el karma. La verdadera moralidad, shila paramita, desde ese punto de vista, tan solo puede desarrollarse a través de la práctica de la meditación. Si no, estás pensando en algún objeto.

      Un problema para entender el karma, que es más propio de los occidentales, es que el sentido de culpa está incorporado en la religión y la tradición cristiana convencional. La noción popular del cristianismo fomenta la culpa porque algo salió mal al principio, con el pecado original, y tenemos que pagar esa deuda. Ese enfoque de la moralidad, cargado de culpa, ni siquiera está desarrollando buen karma, sino que solo está generando más neurosis, que se encuentra prácticamente del lado del mal karma.

      Cuando tratas de aferrarte a tu buen karma con demasiada fuerza, estás creando otro problema, en cuyo caso el buen karma puede convertirse en mal karma. Si cuentas con un sentido de justicia muy desarrollado acerca de tu buen karma o si sientes que tienes que estar supeditado al buen karma y defenderlo, entonces se vuelve agrio y termina del lado del mal karma. El buen karma genuino es que alguien te enseñó a practicar la meditación sentada y lo haces una y otra vez, para que sepas cómo gestionarte y trabajar contigo mismo. Haber aprendido la técnica de la práctica sentada de la meditación se considera un buen karma. Y eso es todo, no hay que darle más vueltas.

      Si llegas a un punto o te encuentras en un momento en el que estás libre de hábitos o condicionamientos y no estás persiguiendo karma bueno ni malo, podrías preguntarte qué es lo que dirige las acciones en ese momento. El Buda en la tierra, Shakyamuni, es obviamente un ejemplo de esto. Tenía una vida como cualquier otra persona. Se acostaba y dormía por la noche y se levantaba cuando era de día; comía, se lavaba, iba vestido, respiraba y pestañeaba. Se comportó como cualquiera de nosotros.

      Según la tradición Mahayana, el Buda en esta tierra estaba completamente libre de cualquier deuda kármica. Su cuerpo y su existencia en la tierra se deben a las necesidades de los seres sintientes. Él existió debido a su compasión, no debido a que estuviera atrapado por ninguna deuda kármica final de ningún tipo. Por otro lado, los hinayanistas11 dirían que el Buda todavía tenía algo que resolver; por eso estaba en la tierra y por eso tenía que enseñar. Tuvo que pagar su última deuda kármica. Sin embargo, independientemente de la opinión, es cierto que el Buda estaba libre de cualquier neurosis. No importa si su cuerpo pertenecía a los seres samsáricos o a los iluminados. De verdad, no es importante.

      La gente a menudo cuestiona la diferencia entre el Buda y sus discípulos, aquellos que estuvieron con él en el transcurso de su vida. ¿Ellos también estaban iluminados? El Buda no tenía karma, pero sus discípulos sí que lo tenían. Por eso tuvieron que estudiar y practicar con él. Ananda, que fue asistente del Buda durante veinte años, tenía un karma muy potente. Ananda estuvo sirviendo todo el tiempo al Buda y estuvo con él cada minuto. Había escuchado todas las enseñanzas que el Buda había dado y conocía cada una de ellas teórica y experiencialmente. Pero de alguna manera se volvió muy cohibido y, aunque las enseñanzas del Buda le resultaban muy familiares, no le sucedió nada. Después de la muerte del Buda, el consejo del Sangha decidió expulsarlo de la comunidad, argumentando que tenía que agruparse. Puede considerarse un hecho muy grave que Ananda, alguien que había estado tan cerca del Buda, todavía permaneciera en el mundo samsárico. Fue terrible.

      Así que Ananda buscó a un gurú, un maestro y recordó a su amigo, alguien a quien él mismo le había dado enseñanzas cuando este todavía estaba con el Buda. Ananda había enseñado a ese monje la práctica de la meditación y como resultado el monje había alcanzado el estado de arhat –se había convertido en un arhat consumado–. Así que Ananda fue a ver a su propio estudiante, y su estudiante le enseñó cómo practicar y cómo cultivar la iluminación. Y entonces Ananda practicó y logró iluminarse de verdad, y se convirtió en un discípulo de pleno derecho del Buda. Finalmente, regresó y fue incluido en el consejo del Sangha. Muchos de los estudiantes del Buda tenían complejos. No debemos pensar que todos los que estaban a su alrededor eran seres completamente iluminados. Eso solo sería un mito, de nuevo.

      Las escrituras hablan de que el Buda alcanza el nirvana. El nirvana no es más que un estado de completa libertad –libertad de complejos, de todos los problemas–. Es el desarrollo de una visión mucho más amplia. Cuando nos referimos al nirvana o a la iluminación, sin embargo, tenemos que entender con mucha claridad que no se puede alcanzar la iluminación albergando alguna intención. De hecho, podríamos decir que Siddhartha no alcanzó la iluminación; Siddhartha simplemente desapareció. Siddhartha era el nombre que el Buda tenía antes de alcanzar la iluminación. No logró exactamente lo que quería, pero dejó de existir. Y en su lugar estaba Gautama, el Buda Gautama.12

      Para todos nosotros, hay un instinto de autoexistencia, si podemos llamarlo así, ese es el instinto iluminado. No es del todo instintivo, pero es un patrón, un patrón incondicionado que existe y que con el tiempo deviene más y más relevante. Es una forma de inspiración. En el nivel de la séptima etapa, o bhumi,13 del sendero del bodhisattva, te vuelves consciente de ese instinto en particular, o medio hábil. Cuando reconoces tu instinto iluminado, funcionas libre de instinto de simio. Este instinto tiene una perspectiva omnipresente, una visión más amplia, por lo que no se basa únicamente en la búsqueda de alimento o de refugio. No se basa en la supervivencia. La diferencia entre estos dos tipos de instinto es que uno, el instinto de simio, solo va en busca de la supervivencia, mientras que el otro no busca nada en particular, sino que percibe las cosas tal como son, de forma muy amplia.

      Si una persona está libre del hábito y de la acción reflexiva, nos preguntamos cómo puede coexistir en la vida cotidiana. ¿No implicaría perder el incentivo de seguir día a día entonces en la situación de la propia vida? Sin embargo, el incentivo para vivir y estar en este mundo no se limita a la existencia del ego. Este mundo no es exclusivo para las personas con ego. Este mundo es también el mundo para las personas sin ego. Podrías pensar que esas personas son superadas en número por aquellos de nosotros que tenemos un ego, pero eso no es necesariamente así. El propósito de la vida no es necesariamente una batalla por conseguir algún propósito, sino que el propósito de la vida es simplemente ser. Semejante vida no es para nada aburrida. De hecho, tienen lugar muchos intercambios y hay más celebración que antes. La cualidad de la celebración y la cualidad de inexistencia de un suelo tienen como resultado que el mundo sea encantador. La mayoría de nosotros vivimos nuestra vida en base a la lucha. Sentimos que tenemos que conseguir algo que nos mantenga ocupados. Pero esa es una visión parcial. Es posible disponer de un enfoque del todo diferente.

      Así que la comprensión del karma aquí es muy amplia, muy abierta. Nos da la sensación de que todo depende de nosotros. Ese es el punto básico para entender el karma: que todo depende de nosotros y que tenemos que trabajar en nosotros mismos. Tal vez consigas ayuda de otras personas, pero aun así tienes que trabajar en ti mismo. Desde esta perspectiva, el logro de la iluminación trasciende los patrones habituales neuróticos, y para trascender los patrones habituales, hay que cortar a través de la raíz del karma, que es el sentido de seguridad del ego. El nacimiento del ego es el punto de origen de la cuestión esencial y original del karma.

      3. Acción volitiva

      Antes de poner el foco sobre las consecuencias del karma, examinamos el mecanismo básico del karma, cómo funciona. Toda la discusión del karma se basa en la comprensión de la idea de la acción. Como se ha dicho anteriormente, la palabra misma, karma, es un término sánscrito que significa «creación» o «acción». El karma es un patrón de acción. Consiste en actos que producen, o crean, otros actos.

      Cuando

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