Únicas. Néstor Braidot

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debe tanto.

      También he incluido un conjunto de prácticas elaboradas especialmente para “ellas”, basadas en nuestro Método de Entrenamiento del Cerebro Femenino®, que ha sido diseñado para contribuir a la potenciación de las capacidades de la mujer en el trabajo y en la vida.

      Y recuerden:

      Independientemente de su edad, su ocupación y su lugar en el mundo, toda mujer puede potenciar sus habilidades cerebrales naturales, como la empatía, el lenguaje y la comunicación, y trabajar en pos del desarrollo de aquellas en las que quizás esté en desventaja con relación al hombre, como las visoespaciales y el razonamiento matemático.

      Néstor Braidot

      Capítulo 1

      De Cleopatra a Malala

      El cerebro femenino hace historia

      Desde que el mundo es mundo, y siempre que se lo han permitido, la mujer demostró con creces sus capacidades para convertirse en una protagonista destacada, tanto por sus emprendimientos –que en numerosos casos la convirtieron en una empresaria exitosa– como por su indiscutible habilidad para desempeñar cargos importantes en ámbitos políticos, gubernamentales, científicos, empresariales, académicos y sociales (entre tantos otros).

      ¿Dónde reside, en qué se apoya, cuáles son los pilares de este desempeño que, desde mi lugar “masculino” en la vida, me ha dejado boquiabierto infinidad de veces?

      Podría comenzar hablando sobre esa maravillosa combinación de inteligencia, fortaleza, sensibilidad e intuición que caracteriza a la forma de pensar, sentir y actuar de las mujeres exitosas, o por explicaciones de tipo neurobiológico en las que se basa gran parte de esta obra.

      Sin embargo, y luego de haber leído infinidad de informes científicos, estudios psicológicos, biografías y, fundamentalmente, luego de años de trabajar e interactuar con ELLAS (las mayúsculas aquí no son casuales), estoy convencido de que hay un factor de tipo cultural inscripto en el cerebro femenino que, a lo largo de los siglos y sucesivas generaciones, les ha otorgado una fuerza de una intensidad inigualable. Ese factor es la resiliencia.

      Desde Cleopatra Séptima, que llegó al trono en el año 51 a.C. y con solo 18 años defendió a Egipto en la lucha contra la expansión del Imperio Romano, hasta Malala Yousafzai, que obtuvo el Premio Nobel de la Paz en 2014 con una edad similar, la mujer se destaca por sus habilidades para emprender y perseverar.

      Más aún, Cleopatra resistió hasta el extremo de matarse para no convertirse en esclava (cuando su pueblo fue invadido por los romanos) y Malala, si bien hoy reside en Inglaterra, continúa arriesgando su vida en la defensa de los derechos de las niñas y las mujeres en su país (Pakistán).

      A diferencia de Cleopatra, que heredó el trono, Malala se abrió paso sola desde mucho antes: ya a los 13 años, y bajo el seudónimo Gul Makai, denunciaba en un blog de la BBC los sometimientos de la mujer bajo el régimen talibán. “Pensaron que con sus balas me callarían para siempre, pero fracasaron”, dijo en una oportunidad.

      Y así fue… y así es. Nada ni nadie hizo callar y retroceder a las maravillosas mujeres cuya determinación, junto con sus capacidades cerebrales innatas y adquiridas, nos iluminarán a lo largo de esta obra.

      Cerebros femeninos… en la práctica

      La fortaleza de la mujer para atravesar las distintas etapas de la vida desafiando imposibles, sumada a las capacidades diferenciales de su cerebro (tanto en lo innato como en lo adquirido), se refleja claramente en los resultados que obtiene en los diferentes ámbitos en los que se desempeña.

      En este apartado iré varias veces desde el presente al pasado, y viceversa, remitiéndome a hechos que datan de cien años atrás, por ejemplo, cuando en Occidente se produjo la primera ola de participación femenina en el mundo del trabajo organizacional (durante la Primera Guerra Mundial). Este hecho tuvo su correlato en el ámbito político, que permitió a la mujer demostrar con creces su enorme capacidad. Si bien su derecho a votar comenzó a instaurarse en el siglo XIX, esto es, demasiado tarde, tuvo una especie de efecto dominó, ya que varios países se fueron sumando rápidamente.

      Entre los pioneros en legalizar el sufragio femenino se encuentran Nueva Zelanda (1893) y Australia (1902).

      En Europa las mujeres pudieron votar por primera vez en Finlandia (año 1907) y luego en otros países escandinavos cuya organización social sigue siendo un modelo para el mundo entero: Suecia y Noruega.

      En España el derecho de la mujer a votar fue reconocido en la Constitución de 1931; en Francia data de 1944; en Alemania, de 1918 y en los Estados Unidos, de 1920.

      Teniendo en cuenta que en aquella época Finlandia ni siquiera era una nación, sino un ducado autónomo dependiente de Rusia (de la que se independizó diez años más tarde), se entiende por qué ese país sigue siendo un sinónimo de igualdad de oportunidades.

      Otro dato histórico relevante es que en Finlandia las mujeres ingresaron a la universidad en 1870 y hoy son mayoría en los claustros.

      El cerebro femenino en acción

      María Montessori

      (1870-1952)

      Médica, pedagoga científica, psiquiatra, filósofa, antropóloga, y humanista italiana.

      Fue la primera mujer en graduarse en Medicina en Italia. De formación multidisciplinaria, desarrolló su propia clasificación de enfermedades mentales y renovó por completo los métodos pedagógicos de principios del siglo XX.

La incorporación progresiva de las mujeres en el mundo del trabajo dio como resultado una mayor productividad.Este fenómeno comenzó a observarse con claridad durante la Primera Guerra Mundial, debido a que muchas se vieron obligadas a reemplazar laboralmente a sus maridos, que se encontraban luchando en el frente.En el sector industrial, el alto desempeño de la mujer facilitó y promovió su incorporación.En el sector servicios, la presencia femenina fue creciente. Esta tendencia continuó hasta nuestros días. Por ejemplo, en la Unión Europea la mayor parte de la población activa femenina está empleada en servicios.

      Quisiera destacar que tomé un período que no encaja exactamente con los cien años que integran cada siglo porque los acontecimientos sociales y políticos (principalmente en Europa y los Estados Unidos) se precipitaron con mucha rapidez a partir de 1914, sacando a las mujeres de las tareas hogareñas a las cuales estuvieron confinadas durante milenios y transportándolas a escenarios impensados, como las líneas de producción de las fábricas, las universidades y los parlamentos.

LA MUJER EN EL MUNDO DEL TRABAJO ORGANIZACIONALPrimeros pasosLa gran ola de inclusión de la mujer en el mundo del trabajo organizacional, que tuvo su

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