Descubre a tu ángel personal. Rubén Zamora

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Descubre a tu ángel personal - Rubén Zamora Colección Nueva Era

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Súcubos e Íncubos son demonios de la represión sexual, no seres de luz y mucho menos ángeles o ángeles de la guarda, pero como proporcionan placer hay quien puede confundirlos y satanizarlos o sacralizarlos. Por otra parte, los ángeles caídos que se encarnaron y tuvieron relaciones sexuales con las hijas del ser humano, tampoco son el ángel personal, custodio o de la guarda de nadie, sino sombras que alguna vez fueron seres de luz.

      Los seres humanos contamos con luz divina en nuestro ser, pero también somos animales sexuados, con órganos sexuales que funcionan desde el nacimiento hasta la muerte, por lo que no es nada raro que sintamos la pulsión de la sexualidad la deseemos o no la deseemos, la reprimamos o le demos rienda suelta, la consideremos un pecado, una desviación o una bendición placentera.

      Los ángeles de la guarda no tienen esta condición animal, que no es buena ni mala por más que la sociedad, los gobiernos o las religiones la señalen positiva o negativamente; por tanto, los ángeles de la guarda no tienen este tipo de tentaciones o liberaciones. Pueden amar, por supuesto, pero su amor no tiene nada que ver con el sexo.

      El aspecto real de los ángeles

      Lo que hacen y lo que son

      Para llegar a descubrir a nuestro ángel custodio, guardián o personal, es necesario saber qué seres de luz no lo son. Esto incluye ciertas divinidades consideradas positivas, como arcángeles, comandantes de legión angelical, Serafines, Ofanines, Potestades y similares; o negativas como demonios, demiurgos, elementales o almas en pena.

      Del eterno continuo de luz a la apariencia angelical.

      Tu ángel personal es tuyo y sólo tuyo, de nadie más. Te puedes llevar bien o mal con él, entenderlo o rechazarlo, reconocerlo o ignorarlo, pero no eliminarlo ni apartarlo de ti definitivamente, pues siempre, o al menos en esta vida presente, estará a tu lado luchando por ti y por tu alma, aunque a veces pierda o gane, triunfe o fracase, pueda o no pueda.

      Los ángeles de la guarda no tienen pene ni vagina, es decir, carecen de sexo propiamente dicho, pero sí tienen apariencia antropomórfica, es decir, muy parecida a la apariencia humana, tanto femenina como masculina. También pueden tener una voz suave y aguda, o grave y estentórea, lo que nos lleva a adjudicarles, desde nuestro particular punto de vista, un género determinado.

      Estamos hechos a la imagen y semejanza del universo (o multiverso) entero, desde las partículas subatómicas hasta la forma completa a la que dan lugar las moléculas, los electrones y las células.

      Decimos que los ángeles son bellos y hermosos porque desde nuestra perspectiva los adecuamos a los cánones de belleza de moda, estética y armonía de nuestra cultura y de nuestro tiempo. Así, los orientales ven a sus seres de luz bajo la estética oriental, los africanos los ven negros y los occidentales los ven blancos y acorde a lo que las pantallas de cine, televisión y otros medios de comunicación nos dicen que es la belleza.

      Son bellos siempre, pero los miramos bajo el prisma de lo que creemos que es la belleza y, en muchos casos, esa misma belleza los hace andróginos, es decir, hombres de belleza, y a veces voz, femenina; o bien barbados, viriles y de voz gruesa y potente.

      Los sumerios veían a sus ángeles barbados y viriles.

      Se parecen a nosotros en todas las formas y colores, pero los interpretamos; cada quien los mira desde su propia experiencia y perspectiva, cuando en realidad son seres de luz que van tomando forma parecida a la humana a medida que se acercan a nosotros. Algunos, como mi querido Uriel, son siempre luz, con ciertas características humanas pero siempre luz, sin carne ni huesos.

      En las culturas prehispánicas, sobre todo en la mal llamada azteca, hay seres de luz que son todo huesos, desencarnados pero con aspecto humano.

      Divinidad azteca.

      Todos ellos nos acompañan, son y existen en un plano muy cercano al nuestro; y nos pueden ver y oír, aunque nosotros no nos demos cuenta de su presencia. Algunas veces se nos acercan y nos hablan al oído, nos guían o nos inspiran, aunque no sean nuestro ángel personal.

      El aspecto de los ángeles según la tradición judeocristiana

      Según la tradición judeocristiana los ángeles están repartidos en tres jerarquías y en tríadas, según sus funciones y atributos:

      Tríada superior Serafines, Querubines y Tronos

      A este nivel, como señalaba en El poder de los ángeles, estos seres angelicales se dedican a contemplar a Dios y a cantar para él letanías eternas que tienen como fin ir creando almas y mundos hasta el final de los tiempos. Forman el noveno coro, su aspecto suele ser juvenil o infantil, y es casi imposible que alguno de ellos sea tu ángel personal.

      Serafines, los Inspiradores

      Son ángeles cercanos a los hombres, y se encargan de dar impulso a nuestras decisiones, nos avisan de lo que está pasando en otro lugar y despiertan nuestra intuición con señales de alerta.

      Muchas de las actividades artísticas, científicas, deportivas, así como de las iniciativas humanitarias y de las actividades empresariales, están dominadas por los Serafines, sin que nosotros, los orgullosos humanos, nos demos cuenta. Por supuesto que la última palabra la tenemos nosotros, y que en nadie más recae la responsabilidad de nuestro albedrío, pero sin el impulso y la creatividad que nos regalan los Serafines, sin pedirnos nada a cambio, posiblemente no haríamos ni la mitad de las cosas que hacemos.

      También son ángeles protectores, porque se sienten muy vinculados a nuestra creación y en muchas ocasiones se sienten responsables de nosotros, pero necesitan de nuestro impulso propio para atender nuestras peticiones. Muchos de los santos a lo que rezamos en busca de ayuda no son otra cosa que Serafines o aspirantes a Serafines, e incluso hay quien los asimila a las nueve musas:

      -Calíope, cuyo nombre significa “la de la bella voz”, no sólo es la musa de la elocuencia, la belleza y la poesía épica, sino de todo lo que se escribe, canta o se cuenta, es decir, de la escritura misma. Se le representa escribiendo con un estilete sobre una tabla de donde brotan notas y letras.

      -Clío es la musa de la Historia con mayúsculas, y no sólo de los hechos pasados, de los datos, las crónicas, las leyendas, los mitos y los cuentos, sino de los cambios profundos y reales del pasado, del presente y el futuro, de lo que está escrito y de lo que puede escribirse. Por lo tanto, es la musa de la verdad, agradable o dolorosa, que inspira a los humanos para que tomen el mejor camino. Se le representa con un pergamino entre las manos.

      -Erato es la musa de la poesía lírica, la que no habla de guerras ni de dioses, sino de sensaciones, emociones y sentimientos humanos como el amor, el desamor, el despecho, los celos, la felicidad y la tristeza. Se le representa cantando y llevando una lira entre sus manos.

      -Euterpe, cuyo nombre significa “el buen placer”, es la musa de las musas, pues es la señora que inspira el maravilloso lenguaje de la música. Se le representa tocando un instrumento musical, especialmente la flauta doble.

      -Melpómene es la gran musa del teatro, de la tragedia, del drama, de las pasiones, de las emociones intensas y de todo aquello que representa la consecuencia de determinados actos. Se le representa con la máscara de la tragedia sobre el rostro y una espada

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