Antes De Que Anhele. Блейк Пирс

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Antes De Que Anhele - Блейк Пирс

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CAPÍTULO CINCO

       CAPÍTULO SEIS

       CAPÍTULO SIETE

       CAPÍTULO OCHO

       CAPÍTULO NUEVE

       CAPÍTULO DIEZ

       CAPÍTULO ONCE

       CAPÍTULO DOCE

       CAPÍTULO TRECE

       CAPÍTULO CATORCE

       CAPÍTULO QUINCE

       CAPÍTULO DIECISÉIS

       CAPÍTULO DIECISIETE

       CAPÍTULO DIECIOCHO

       CAPÍTULO DIECINUEVE

       CAPÍTULO VEINTE

       CAPÍTULO VEINTIUNO

       CAPÍTULO VEINTIDÓS

       CAPÍTULO VEINTITRÉS

       CAPÍTULO VEINTICUATRO

       CAPÍTULO VEINTICINCO

       CAPÍTULO VEINTISÉIS

       CAPÍTULO VEINTISIETE

       CAPÍTULO VEINTIOCHO

       CAPÍTULO VEINTINUEVE

       CAPÍTULO TREINTA

       CAPÍTULO TREINTA Y UNO

       CAPÍTULO TREINTA Y DOS

       CAPÍTULO TREINTA Y TRES

       CAPÍTULO TREINTA Y CUATRO

       CAPÍTULO TREINTA Y CINCO

       CAPÍTULO TREINTA Y SEIS

       CAPÍTULO TREINTA Y SIETE

       CAPÍTULO TREINTA Y OCHO

       CAPÍTULO TREINTA Y NUEVE

      PRÓLOGO

      Le asustaba abrir los ojos. Los había cerrado hacía ya un rato, pero exactamente cuándo, no lo sabía, porque había tenido la certeza de que él la iba a matar. No lo había hecho, pero aun así seguía sin poder abrir los ojos. No quería verle ni saber lo que le tenía preparado. Tenía la esperanza de que así, cuando llegara el momento, la muerte le resultaría algo menos dolorosa si no era consciente del método que él había empleado.

      Sin embargo, a cada minuto que pasaba, Claire empezaba a preguntarse si tenía la intención de matarle en absoluto. Le zumbaba la cabeza en el punto que él le había golpeado con algún objeto. Un martillo de alguna clase, pensaba ella. Su memoria estaba borrosa, al igual que los recuerdos de lo que había sucedido después de que él le golpeara en la cabeza.

      Hasta con los ojos cerrados, había algunas cosas que Claire podía deducir. En algún momento, le había colocado en el asiento de atrás de su coche. Podía escuchar el ronroneo del motor y una estación de radio local (WRXS, donde solo se escucha grunge auténtico y original de la zona de Seattle) a un volumen muy bajito. También podía oler algo familiar, que era un olor orgánico, pero no un olor a comida.

      Abre los ojos, idiota, pensó. Sabes que estás en un coche y que él está conduciendo. No creo que te pueda matar ahora, ¿no es cierto?

      Se obligó a sí misma a abrir los ojos. Cuando lo hizo, el coche saltó un pequeño montículo y empezó a ralentizar la marcha. Escuchó el chirrido bajo que hacían los frenos y cómo se aplastaba la gravilla bajo los neumáticos. “Love, Hate, Love” de Alice in Chains sonaba en la radio. Vio las letras WRXS en letras digitales en la radio que había delante de ella. Vio las siluetas de dos asientos entre ella y el hombre que le había golpeado con el martillo en la cabeza.

      Por supuesto, también estaba el hecho de que estaba maniatada y amordazada. Estaba bastante segura de que lo que le había puesto en la boca y con lo que había envuelto sus mejillas era alguna clase de mordaza sexual, que venía completa con su bola roja en el medio. En cuanto a lo que había utilizado para atarle los brazos a la espalda, parecía algo así como una cuerda de nylon. Suponía que había utilizado lo mismo para atarle las piernas a la altura de los tobillos.

      Como si presintiera que ella había abierto los ojos, él se dio la vuelta para mirarla de frente. Le sonrió y en ese momento, ella se acordó de por qué se había entregado tan fácilmente. Psicótico o no, el hombre era atractivo.

      Él dio la vuelta y aparcó el coche. Cuando salió del coche y vino a abrir la puerta del capó, lo hizo como si fuera lo más normal del mundo. Parecía que hiciera algo así todos los días. Extendió la mano y le agarró por los hombros. Cuando le rozó duramente el pecho con su mano derecha, ella no supo si lo había hecho con intención o no.

      Él tiró de sus hombros hacia él. Ella intentó darle una patada, pero sus tobillos atados no se lo permitieron. Cuando ya estaba al aire libre y fuera del coche, vio que ya era casi

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