El lado perdido . Sally Green

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El lado perdido  - Sally  Green Una vida oculta

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le aseguró que cuando necesitara su protección, ella regresaría, que estaría a salvo cuando los amuletos se unieran de nuevo. Pero Linus nunca le pidió que volviera y pronto fue asesinado.

      ”Por supuesto que una vez vi una de las partes del amuleto. No se trata de una joya, como cabría esperar, sino de un trozo de pergamino viejo y desgastado con una extraña caligrafía escrita sobre una serie de círculos… bueno, de semicírculos, porque el pergamino está incompleto.”

      —¿La mitad del amuleto que te dio Gabriel —le pregunto— es una de las partes?

      —Sí.

      —Pero no sirve de mucho sin la otra.

      —No. Sin embargo, hace muchos años supe quién tenía la otra mitad, y desde entonces he buscado a esa persona. Se llama Ledger.

      —¿Y ahora lo has encontrado? ¿La has encontrado?

      —Sí.

      —¿Y tienes la otra mitad del amuleto?

      —No es tan sencillo. Pero creo que la manera de derrotar a Soul es por medio del amuleto. Si lo tienes, estarás tan protegido como Linus. Serás indestructible.

      —Si el amuleto está dividido en dos, ¿cómo sabes que funcionará? ¿Acaso estás segura de que esos pedazos son parte del amuleto Vardiano? Podría tratarse sólo de una vieja leyenda estúpida.

      —No hay garantías, pero creo que Ledger sabrá cómo hacerlo funcionar. Es una bruja poderosa. Quizá la más poderosa que haya habido jamás —dice Van, mientras sus ojos azules parecen explotar liberando destellos de zafiro.

      —¿Más poderosa que mi padre?

      Van agarra mi brazo de nuevo y dice:

      —Ledger es muy distinta a tu padre. Es alguien inusual para tratarse de una Bruja Negra y la mayoría de la gente ni siquiera ha escuchado hablar de ella. Es extremadamente reservada, aunque tuve el honor de conocerla hace algunos días. Posee muchos Dones y un vasto conocimiento de magia. Podría tener la capacidad de ayudarte a conseguir los Dones de tu padre, así como a descifrar el funcionamiento del amuleto.

      —Pero ¿por qué querría ayudarme? Tampoco consigo imaginar que me entregará su mitad a cambio de nada.

      —Sería posible persuadirla. Le hablé de ti y estaba muy interesada en conocerte.

      Le dirijo una mirada a Van. Se ve tan fresca y sofisticada como siempre. Las cicatrices de su batalla con Mercury casi se han desvanecido. No lleva uno de los trajes color pastel que solía usar, sino unos pantalones informales oscuros, un suéter y un abrigo invernal. Y es tan difícil de desentrañar como siempre. Confío en ella, pero sé que esconde sus propias intenciones.

      —¿Por qué querría conocerme Ledger?

      —Tendrás que verla para descubrirlo.

      —Supones que estoy asumiendo riesgos innecesarios; si es tan poderosa, ¿cómo sabes que no me arrebatará la mitad del amuleto de Gabriel para después aniquilarme?

      Van sonríe vagamente.

      —No creo que el asesinato sea lo suyo. De todos modos, ya se lo he dado.

       —¿Qué?

      —Fue en señal de buena fe. Ledger sabrá cómo unir el amuleto. Dijo que lo haría para la persona indicada. Sólo debemos tener la esperanza de que seas esa persona, Nathan.

      TEMERTE

      Van regresa al campamento con Nesbitt, y Gabriel y yo vamos a correr.

      —¿Te molesta que Van regalara tu mitad del amuleto? —le pregunto.

      —Claro que no. Se lo di a cambio de haberme ayudado, por haber salvado mi vida. Es suyo y puede hacer con ella lo que quiera. Y como te dije entonces, Nathan, ya no me interesan esas cosas. Para empezar, nunca me interesaron del todo.

      —¿Y crees que debería ir por el amuleto?

      —Todavía lo estoy pensando.

      Yo también. Ledger parece ser alguien interesante y también el amuleto, pero si lo hago, no tendré oportunidad de buscar a Annalise. Aunque estoy empezando a darme cuenta —o más bien, estoy afrontando lo que ya sé desde hace semanas— que Annalise escapó de aquí. A estas alturas podría estar en cualquier parte.

      Corremos un par de horas y después volvemos al campamento. Greatorex, Van y Nesbitt están sentados con Donna y decidimos unirnos. Nesbitt sostiene a Donna, quien parece a punto de sufrir un desmayo.

      En el suelo está uno de los pequeños cuencos de piedra de Van con restos de un líquido. La poción de la verdad, supongo.

      Van me mira, luego mira hacia Donna y pregunta:

      —¿Por qué quieres unirte a la Alianza?

      —Puedo hacer el bien si me uno —Donna arrastra las palabras, como si estuviera ebria.

      —¿Qué clase de bien?

      —Matar a los malos.

      —¿Quiénes son los malos?

      —Los malvados, los malos.

      —Pero ¿quiénes son esos malos? Nombra a uno de ellos.

      —Los malos —Donna parece estar a punto de quedarse dormida.

      —¿Los Cazadores son malos? —insiste Van.

      —Aniquilan a los miembros de la Alianza.

      —Sí, pero ¿los Cazadores son malos?

      —Me ataron, me amordazaron y me privaron de alimento —Donna parece concentrarse en mí durante un segundo o dos y dice—: él los mató.

      —¿Conoces el nombre de esta persona? —Van me señala.

      —Nathan. También conocido como Freddie.

      —¿Freddie? —Van arquea las cejas y me mira.

      Asiento.

      —¿Nathan es uno de los malos?

      —Asesinó a los Cazadores.

      —¿Eso lo convierte en alguien bueno o malo?

      —Todos dicen que es malo.

      —¿Y qué dices?

      —Permitió que me comiera todo el chocolate.

      Van exhala un largo suspiro. Parece cansada.

      —¿Eres una espía?

      —No.

      —¿Eres una asesina?

      —Me gustaría matar a los malos.

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