Principios del entrenamiento de la fuerza y del acondicionamiento físico NSCA (Color). G. Gregory Haff
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Hormona del crecimiento
Reina mucha confusión sobre la hormona del crecimiento (GH) y sobre cuál es su papel en el cuerpo humano. En los últimos años, la GH ha adquirido una nueva complejidad en los campos del ejercicio y la medicina. La principal hormona de la maquinaria de reparación del ADN es el polipéptido aminoácido de 191 nucleótidos (monómero con un peso molecular de 22 kDa) que se produce en el somatótrofo de la adenohipófisis, en dos tipos de somatótrofos, la banda 1 (que contiene formas de bajo peso molecular, p. ej., 22 kDa) y la banda 2 (que contiene formas de alto peso molecular, como los agregados). Debido a los avances de los radioinmunoanálisis en las décadas de 1960 y 1970, la 22 kDa ha sido la principal forma que ha sido evaluada en la sangre; esto nos ha dejado a ciegas hasta años recientes sobre lo que pasa con las otras grandes concentraciones de formas de agregado. Ahora está claro que el mundo endocrinológico de la hormona del crecimiento hipofisaria es mucho más complejo de lo que antes se creía cuando solo se había investigado la variante 22 kDa. La sangre está llena de variantes de corte y empalme de GH y, lo más importante, sus muchos agregados (es decir, múltiples enlaces de disulfuro que unen entre sí monómeros de GH) en combinaciones de distinto peso molecular. Asimismo, vuelve más complejo el escenario la presencia de dos tipos de proteínas de unión a GH que crean compuestos de alto peso molecular (p. ej., monómero de GH unido a una proteína transportadora). En la actualidad, los científicos están empezando a desentrañar el complejo papel regulador que desempeña esta superfamilia. Lo interesante es que hay una concentración mucho mayor de GH bioactiva (es decir, agregados) en comparación con el monómero de GH de peso molecular 22 kDa. Esto nos hace pensar que solo hemos atisbado brevemente lo que la GH desempeña en el cuerpo. Como demostración de que no tenemos completamente claro el papel fisiológico del monómero de peso molecular 22 kDa, en el campo de la medicina se ha relacionado con cáncer debido a sus interacciones con la liberación hepática de IGF-I (154). Por tanto, las formas de agregados de la GH tal vez sean la GH relevante, biológicamente importante, implicada en la adaptación al ejercicio (128).
De nuevo, la mayoría de los estudios en el campo de la endocrinología aplicada a la actividad física han examinado la isoforma 22 kDa debido a la simplicidad y popularidad de los inmunoanálisis (con frecuencia denominados radioinmunoanálisis [RIA], ensayo por inmunoabsorción ligado a enzimas (ELISA) o inmunoanálisis enzimático [IAE]). Estas técnicas dependen de las interacciones de los anticuerpos para determinar la cantidad presente en la sangre. Los anticuerpos usados son generalmente específicos de la variante GH 22 kDa y, por tanto, muchas otras formas se mantienen sin detectar o infradetectadas con tales técnicas de ensayo. La multitud de mecanismos fisiológicos y tejidos destinatarios que se han vinculado con la mediación de la GH han puesto de manifiesto durante un tiempo la necesidad de que sea una superfamilia de hormonas la que alcance tal diversidad de efectos.
La hormona del crecimiento es importante para el desarrollo normal de los niños, aunque también parece desempeñar un papel vital en la adaptación a los esfuerzos del entrenamiento resistido. En un estudio de McCall y colaboradores (139) se halló una correlación positiva entre las respuestas de la GH y la hipertrofia de las fibras musculares después de 20 semanas de entrenamiento resistido, aunque es posible que otras variantes de la GH sigan un patrón de incremento similar al de la forma 22 kDa y también podrían explicar la relación. Esto revela los problemas asociados con el uso de una regresión simple para determinar los efectos de una hormona; y como las relaciones de «causa y efecto» no se prueban con una regresión simple, hay que andarse con mucha cautela al hacer tales interpretaciones sobre cualquier hormona. Los tejidos destinatarios de la GH son muy variables, dado que las variantes con diferente peso molecular tienen distintos tejidos de destino, como el hueso, los inmunocitos, el músculo esquelético, los adipocitos y el tejido hepático. Las principales funciones fisiológicas de la GH y su superfamilia son las siguientes (aunque falte claridad sobre la forma molecular de la superfamilia de la GH directamente responsable de esas funciones):
•Reducción de la utilización de glucosa.
•Disminución de la síntesis de glucógeno.
•Aumento del transporte de aminoácidos a través de las membranas celulares.
•Aumento de la síntesis de proteínas.
•Incremento de la utilización de ácidos grasos.
•Aumento de la lipólisis (catabolismo de las grasas).
•Incremento de la disponibilidad de glucosa y aminoácidos.
•Aumento de la síntesis de colágeno.
•Estimulación del crecimiento del cartílago.
•Incremento de la retención de nitrógeno, sodio, potasio y fósforo.
•Incremento del flujo y filtración del plasma en los riñones.
•Favorecimiento de la hipertrofia renal compensatoria.
•Mejora de la función de los inmunocitos.
La secreción de las GH se regula por un sistema complejo de mecanismos de retroalimentación neuroendocrina (23, 39, 128, 136, 157, 170, 193). Muchas de las acciones hormonales podrían estar mediadas por una serie de hormonas secundarias o incluso ser resultado de otras formas de GH, aunque la GH en sus muchas formas interactúa directamente con los tejidos destinatarios. La variante GH 22 kDa estimula la liberación de IGF a nivel autocrino de la célula, contribuyendo a los cambios generales del IGF en el cuerpo y aumentando la disponibilidad de aminoácidos para la síntesis de proteínas. Esto genera situaciones que favorecen la reparación tisular en general y, tal vez, la recuperación tras un ejercicio resistido. El factor de crecimiento tipo insulinoide se puede liberar de tejidos no hepáticos (p. ej., grasa, leucocitos), incluyendo el mismo músculo, lo cual tal vez no produzca tanto IGF endógeno como otros tejidos corporales (28, 45, 77). No obstante, la GH desempeña un papel crucial en las interacciones celulares directas al ser una de las hormonas anabólicas más potentes (139). La secreción de la variante GH 22 kDa y, por tanto, el volumen de sangre, varía según el momento del día, habiéndose observado los niveles más altos de noche durante el sueño (40, 98, 170). Sin embargo, no se ha demostrado que esas cantidades más elevadas de GH bioactiva guarden relación con un ritmo circadiano. La forma de liberación de GH 22 kDa es pulsátil o a ráfagas; estas descargas también presentan distintas amplitudes durante el día, y el ejercicio parece aumentar su amplitud y número. Se ha planteado la hipótesis de que los incrementos nocturnos intervienen en los distintos mecanismos de reparación tisular del cuerpo. Por tanto, es posible que la secreción y liberación de GH influya directamente en las adaptaciones de la unidad contráctil del músculo y en la posterior expresión de fuerza (139). Diversos factores externos, como la edad, el sexo masculino frente al femenino, el sueño, la nutrición, el consumo de alcohol y el ejercicio alteran los patrones de liberación de la GH (16, 17, 19, 152, 185). La hormona del crecimiento se libera en la circulación periférica, donde se une a proteínas transportadoras específicas, por lo que representa el dominio extracelular del receptor de la GH. En general, la hormona del crecimiento actúa uniéndose a los receptores de GH en la membrana plasmática de