Principios del entrenamiento de la fuerza y del acondicionamiento físico NSCA (Color). G. Gregory Haff
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Respuestas de la hormona del crecimiento al esfuerzo
Las hormonas hipofisarias (p. ej., proopiomelanocortina [POMC], GH y prolactina) responden a diversos factores estresantes del ejercicio, entre otros el ejercicio resistido (26, 29, 56, 60, 113, 116, 132, 134). Las concentraciones de la hormona del crecimiento (22 kDa) aumentan como respuesta a la apnea voluntaria y a la hiperventilación (33), así como a la hipoxia (177). Parece que un estímulo importante para la liberación de GH 22 kDa son las concentraciones de lactato y de iones de hidrógeno (caída del pH) (64). No todos los protocolos de ejercicio resistido muestran elevaciones en la concentración de GH sérica. Vanhelder (184) observó que, cuando se usaba una carga ligera (28% de 7RM) con un alto número de repeticiones en cada serie, no se producían cambios en la concentración sérica de GH 22 kDa. Parece que se debe alcanzar cierto umbral de intensidad para obtener una respuesta significativa de la GH 22 kDa al ejercicio resistido, sobre todo cuando se opta por períodos más largos de descanso (>3 minutos) (113). Tal vez esto se deba a la conexión metabólica con el metabolismo glucolítico (al menos para la variante GH 22 kDa).
Dependiendo de la carga, descanso, volumen de ejercicio y selección de ejercicios de un protocolo de ejercicio resistido, se producen distintas respuestas de la GH 22 kDa (5, 43, 44, 139, 143, 166, 167, 174). En un estudio pensado para determinar las distintas variables relacionadas con los incrementos de la GH, Kraemer (113) halló que los incrementos séricos de la GH 22 kDa son sensibles a las diferencias en el volumen de ejercicio, al descanso entre series (menos descanso, mayor concentración de GH 22 kDa) y a la resistencia usada (10RM obtiene mayores valores de lactato y mayores respuestas de la GH 22 kDa). Cuando la intensidad empleada fue 10RM (gran resistencia) con tres series de cada ejercicio (aproximadamente 60.000 J de trabajo total) y períodos cortos de descanso (1 minuto), se observaron grandes incrementos en las concentraciones séricas de GH 22 kDa. Los incrementos más acusados ocurrieron como respuesta a un período de descanso de 1 minuto cuando la duración del ejercicio era mayor (10RM frente a 5RM). Como tales diferencias están relacionadas con la configuración de la sesión de ejercicio (p. ej., la duración del período de descanso), parece que hay que prestar más atención a las variables del programa diseñado cuando se evalúan las adaptaciones fisiológicas al entrenamiento resistido.
Respuestas de la hormona del crecimiento en las mujeres
Durante el ciclo menstrual, las mujeres presentan concentraciones sanguíneas de GH 22 kDa más elevadas que los hombres debido a la mayor frecuencia y amplitud de secreción. Las concentraciones y respuestas hormonales al ejercicio varían según la fase del ciclo menstrual (29), aunque no estén claros los mecanismos de dicha variación. Kraemer (114, 117) halló que, al comienzo de la fase folicular del ciclo menstrual, las mujeres presentan concentraciones de GH 22 kDa significativamente más altas que los hombres. Además, con el uso de un protocolo de ejercicio resistido intensivo, caracterizado por largos períodos de descanso (3 minutos) y grandes cargas (5RM), las concentraciones de GH 22 kDa no aumentaron por encima de las concentraciones en reposo. Sin embargo, cuando se usó un protocolo de ejercicio resistido moderado (10RM) y cortos períodos de descanso (1 minuto), se observaron aumentos significativos de los valores séricos de GH 22 kDa. Los patrones de respuestas hormonales a las distintas rutinas de ejercicio resistido tal vez varíen durante el curso del ciclo menstrual debido a alteraciones en los niveles en reposo (114, 117); además, la anticoncepción hormonal (p. ej., píldoras anticonceptivas que contienen estrógenos) parece aumentar la respuesta de la GH 22 kDa al ejercicio resistido (127). No obstante, los patrones de respuesta de hombres y mujeres al mismo protocolo de ejercicio resistido son parecidos cuando se comparan las sesiones (p. ej., los descansos cortos causan una mayor elevación de GH 22 kDa en comparación con las sesiones con largos períodos de descanso) (114).
Los estudios muestran que la GH bioactiva también está compuesta de muchos tamaños moleculares distintos basados en los tamaños moleculares que se ligan entre sí (p. ej., dos monómeros unidos forman un dímero de 44 kDa, y así sucesivamente mientras se vayan agregando monómeros de GH) (128). Lo interesante es que, en las mujeres, la GH bioactiva se ha visto alterada por el entrenamiento resistido. Parece que las concentraciones en reposo se elevan mientras se producen pequeños cambios en la variante de GH 22 kDa (125). Además, las concentraciones de GH bioactiva no son tan altas en las mujeres mayores como en las mujeres jóvenes, y el ejercicio resistido con pesas es un estímulo más potente para la GH bioactiva que el ejercicio aeróbico de fondo (65). Los estudios iniciales mostraron que los anticonceptivos también tienen efectos mínimos sobre las formas de GH bioactiva. Además, se observaron altas concentraciones de GH bioactiva en mujeres que tienen más fuerza, lo cual también sugiere la importancia de las formas de agregados de GH (123). Estas nuevas revelaciones sobre la hormona del crecimiento muestran la complejidad potencial del sistema endocrino y que tenemos mucho más que aprender sobre estas importantes señales para los tejidos.
Los efectos de la periodización del entrenamiento resistido en el curso del ciclo menstrual todavía tienen que ser objeto de examen y se necesitan más estudios de investigación para dilucidar cualquier mecanismo de adaptación neuroendocrino asociado a la función sexual (43). En la actualidad, las reducidas concentraciones de testosterona y las distintas concentraciones hormonales en reposo de la mujer durante el curso del ciclo menstrual parecen ser las diferencias neuroendocrinas más llamativas respecto a los hombres.
Adaptaciones al entrenamiento de la hormona del crecimiento
Parece que las concentraciones de GH se deben medir durante períodos de tiempo más largos (2-24 horas) para comprobar si se producen cambios con el entrenamiento resistido. El área situada debajo de la curva temporal, que comprende diversos efectos pulsátiles, revela si se han producido cambios en la liberación de la GH. Las respuestas de la GH al entrenamiento resistido no han sido objeto de muchos estudios, aunque la observación de concentraciones normales de GH 22 kDa en halterófilos de elite sugiere que hay pocos cambios. Es probable que las diferencias en los mecanismos de retroalimentación, los cambios en la sensibilidad de los receptores hormonales, la potenciación del IGF, las variaciones diurnas y las concentraciones de ejercicio máximo medien en las adaptaciones de la GH al entrenamiento resistido. Las tendencias típicas en los cambios relacionados con el entrenamiento parecen ser una reducción de la respuesta de la GH 22 kDa a un esfuerzo absoluto y a las alteraciones de las características pulsátiles de la GH 22 kDa. La reducción de las respuestas inducidas por el ejercicio de la GH 22 kDa tal vez manifiesten interacciones potenciales con otras formas de peso molecular. Las respuestas individuales durante un período de nueve meses fueron muy variables, sin cambios significativos a lo largo del tiempo en un grupo de halterófilos de elite (observaciones de un estudio sin publicar). Esto probablemente signifique que se estaban produciendo mayores cantidades de agregados como la GH; la forma GH 22 kDa se está volviendo menos importante a medida que prosigue el estudio de la hipófisis, dado que la mayor parte de la GH se encuentra en forma de agregados o compuestos. Es esta un área que es y seguirá siendo objeto de estudio en el futuro. Como ya ha quedado claro, los datos iniciales indican que en las concentraciones en reposo y en algunas formas de peso molecular de la GH de las mujeres también influye el entrenamiento resistido a largo plazo (125). En la actualidad parece que las respuestas de la GH 22 kDa inducidas por el ejercicio son lo que cambia con el entrenamiento, siendo pocos los cambios en las