Migrantes. Roger Norum

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Migrantes - Roger  Norum

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buscando una mejor oportunidad en algún otro lugar. Por lo tanto, puede ver la migración como algo positivo, saludable y equitativo, que ofrece oportunidades a gente necesitada. Si, por otra parte, uno es un desempleado español y ve cómo los extranjeros llegan a su región buscando trabajo o una mejor vida, puede percibir la migración como amenazante, peligrosa, injusta o egoísta. Estos puntos de vista se producen en un contexto determinado por un conjunto de factores ajenos a los individuos implicados en la migración, sean estos migrantes o residentes de los lugares que los reciben: la disparidad de desarrollo y riqueza a lo largo y ancho del planeta; la crisis global de empleo; la segmentación del mercado laboral, las revoluciones en la comunicación y el transporte (y la brecha digital). La perspectiva vendrá determinada por la posición que cada cual adopte en su pedazo del mundo circunscrito por estas variables: empujado por sus crisis, detenido por ellas, a la espera de algo mejor, con nuevos horizontes o sin ellos. En este libro nos proponemos producir una apertura de esta perspectiva, valorar el punto de vista de los otros, recuperar la complejidad del tema y proponer una visión abarcadora para entenderlo. Es por ello que hemos optado por el uso de migrante y migración por encima de emigrante, inmigrante, emigración e inmigración, ya que los prefijos in- y e- obedecen a perspectivas particulares. Pero ya sea que una persona esté emigrando o inmigrando, y sin importar de qué lado de la frontera se esté, es evidente que la migración es uno de los fenómenos que definen al mundo de hoy, y que alcanza, de una u otra manera, a todos sus habitantes.

      Capítulo 1

      Nota para el lector: La abreviatura a. p., «antes del presente» se utiliza cuando las fuentes referidas en el texto fechan un acontecimiento con en este estándar, el del método de datación radiocarbónica —usado en arqueología, geología y paleontología, y que establece el año 1950 como el «presente» o punto cero de esta escala—. Se mantiene asimismo el uso de las abreviaturas a. C. y d. C., «antes de Cristo» y «después de Cristo», respectivamente, siguiendo la convención habitual para las fechas históricas.

      Migración, migrantes:

       ¿Qué es? ¿Quiénes son?

      ¿Qué es exactamente la migración? Si se consideran todos los movimientos, las personas y las políticas involucradas en los procesos de migración, se verá que no se trata de una pregunta fácil de responder. Para entender mejor su complejidad, y eventualmente darle una respuesta, se puede empezar por formular otra pregunta: ¿quién es migrante?

      ¿Acaso no se llama migrante a alguien que vive en un país diferente de aquel donde ha nacido? Sí, esta es una definición del término, pero lo que está en juego es mucho más que esto. Los migrantes aparecen con diversas formas, frecuencias y magnitudes, así como en diferentes tiempos. Se quedan por períodos más o menos largos, y se integran en distintos grados en sus nuevos hogares y vecindarios.

      ¿Qué vemos si miramos a nuestro alrededor? Esa mujer que habla por teléfono con acento extraño, ¿es una migrante? Aquel hombre más allá, con la piel ligeramente más oscura o clara que la nuestra, ¿es acaso un migrante? ¿Cómo podemos saberlo? ¿Eres tú mismo un migrante? ¿Cuánto tiempo llevas viviendo en tu ciudad de residencia? ¿Tus abuelos llegaron de otro lugar? ¿De otra ciudad, otra región, otro país o continente? ¿Cómo te ves a ti mismo aquí, en el lugar donde vives ahora? ¿Como un migrante, un ciudadano, un residente, un trabajador temporal, un exilado o expatriado, acaso como un visitante?

      «Todos somos migrantes»: esta idea tantas veces formulada no es incorrecta. Prácticamente todas las naciones y territorios del mundo han sido poblados por personas que llegaron de otros lugares, a lo largo de distintos períodos históricos. Esto hace que la pregunta sobre quién es migrante no pueda responderse con facilidad de forma concluyente, sino introduciendo consideraciones históricas, y habitualmente quien habla de migración suele pasarlas por alto. Pero, si restringimos la amplitud de nuestra mirada para ver un período más reciente, o solo nos enfocamos en el presente, surgirán otras dificultades para definir a los migrantes, su situación y su número. Si es difícil precisar quién puede ser considerado migrante, no será fácil estimar el número de estos, dado que las estadísticas precisas con frecuencia se nos escapan. La dificultad para determinar el número de personas que están en movimiento en un momento dado proviene en parte del hecho de que muchas de ellas hoy en día van y vienen de sus países de origen continuamente (por ejemplo, trabajadores estacionales rurales o de la construcción, comerciantes, profesionales itinerantes, viajeros de negocios, estudiantes, jubilados con doble residencia, personas que visitan a familiares durante períodos largos, gente de vacaciones, etc.). Si esta movilidad contemporánea está tan extendida, ¿durante cuánto tiempo tiene uno que estar lejos de su país de origen para convertirse en un migrante?

      Hay, además, otra serie de preguntas sobre las cuales es importante reflexionar para poder apreciar las complejidades sutiles y continuidades de la migración: ¿cuándo deja un migrante de serlo? ¿Es suficiente con que una persona haya nacido en un país para no ser considerado un migrante de ese país? Si los padres han migrado a cierto país, ¿cómo es percibido y qué condición tiene el hijo de estos nacido en la nueva tierra? Respecto a la mujer que hablaba por teléfono en el ejemplo anterior: si llegara a vivir en la misma ciudad otros tres años más, u otros siete u otros quince años, ¿dejaría de ser una migrante en algún momento? ¿Se convertiría en visitante, en residente, en alguien «quedado», en una transeúnte de estadía prolongada, o en una ciudadana? ¿Una persona sigue siendo migrante al obtener un nuevo pasaporte? ¿Acaso el cambio definitivo de su estatus ocurre cuando obtiene la ciudadanía en su nuevo hogar? ¿O, por el contrario, una vez que alguien es migrante, sigue siéndolo para siempre? Si eventualmente abandona su nuevo país y vuelve al primero, ¿se producirá un cambio en su situación como migrante? ¿Quién está autorizado a decidir cuándo se convierte una persona en un migrante o deja de serlo? ¿La gente que la rodea en su comunidad? ¿El gobierno de su lugar de origen? ¿La policía en su nuevo país? ¿Ella misma?

      La identidad de una persona es una faceta compleja de la existencia humana, y decidir dónde y cuándo comienza y termina la de un migrante resulta mucho más difícil de determinar. Tan difícil como esto es establecer quién lo decide. Una respuesta rápida y sencilla sería decir que son las normas de cada país las que definen la identidad: las leyes establecen el estatus legal de las personas, su identidad jurídica y sus derechos y deberes. Pero más adelante se verá que las leyes son contradictorias con las propias prácticas de los Estados y con los órdenes económicos y sociales, que distintos grupos dentro de la sociedad pueden interpretar estas preguntas y sus respuestas de formas distintas, y que estas diferencias pueden tener poderosos efectos prácticos.

      El hecho de que la migración sea algo tan difícil de definir responde, en buena medida, a que existen muchas categorías de personas en movimiento entre territorios, o establecidas en ellos por más o menos tiempo. Pero también obedece al hecho de que estas categorías son en sí mismas fluidas y cambiantes. Esto hace que la pregunta ¿qué es un migrante?, o más bien, ¿quién puede considerarse migrante? sea tan difícil de responder, y que la respuesta no pueda hallarse simplemente constatando si alguien tiene un acento distinto al de sus vecinos o verificando el color de su pasaporte. La migración entraña muchos más aspectos que el movimiento de personas de un lugar a otro. Se trata de un fenómeno social en cuyo tejido se entrelazan la política, la cultura, la asimilación, la discriminación, las desigualdades sociales globales y las identidades individuales y colectivas. Esta naturaleza multifacética es una de las razones por las que la migración se ha convertido en un tema tan discutido, disputado, importante y sensible en el presente: abarca muchos aspectos diferentes de nuestra vida social y cultural, muchos de los cuales, además, están cambiando rápidamente.

      Glosario mínimo para transitar el tema de la migración

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