Ética demostrada según el orden geométrico. Baruj Spinoza
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Como tercer anexo ofrezco el listado de algunos de los textos conservados en la biblioteca personal del filósofo. En el siglo XVII el acceso material a los libros es difícil; muchas veces no es fácil encontrarlos, las autoridades pueden prohibir, secuestrar o hacer quemar las ediciones, y, sobre todo, el precio de los que llegan a ser estampados es elevado. Podría decirse que constituyen un bien escaso y peligroso; esto es, de lujo. Por eso es significativo conocer el repertorio de los libros adquiridos y conservados en las bibliotecas particulares de los filósofos, pues se hace difícil creer que su posesión no se deba a un interés de carácter teórico. Esto, desde luego, no quiere decir que hayan leído todos y cada uno de los que las componen, que solo hayan leído los que se encuentran en ellas, ni tampoco que hayan utilizado de la misma manera o con igual interés y atención todos y cada uno de esos títulos. Tomado en general, el repertorio de los libros que forman una biblioteca ha de ser considerado como parte de la «cultura pasiva»47 de su posesor.
Lo que quiero decir con esto es que dicha noticia nos informa sobre algunos de los hábitos de lectura y estudio de quienes los han poseído; nos pone al corriente de las influencias y rechazos —de las declaraciones de amistad y enemistad teóricas— que han determinado ciertos pasos, giros e inflexiones en la construcción de su sistema. Nos orienta, en definitiva, sobre alguna parte del suelo desbrozado, cultivado y organizado —o aprovechado— para elevar sobre él un sistema filosófico. El listado de los títulos de la biblioteca de Spinoza nos da noticia sobre todo de algo que no carecerá de interés para el lector de una traducción española de la Ética…
Esa biblioteca presenta una peculiaridad que puede ofrecernos una perspectiva, si no nueva, al menos todavía sugerente; se trata de la importante presencia en ella de textos escritos en la que sin duda fue su lengua de cultura, el castellano, y de textos pertenecientes al universo político e intelectual que nunca dejó de ejercer sobre él una poderosa fascinación, pese a haber expulsado de su seno sin contemplaciones a sus antepasados. En este respecto, es significativa la presencia en ella de libros escritos en lenguas que no conoce, o que no domina del todo, pero traducidos a la nuestra. O, de manera aún más decisiva, la presencia de un solo diccionario unilingüe (el Tesoro de la lengua castellana o española, de Cobarruvias), por lo que no sería descabellado pensar que el castellano ha sido para nuestro autor una clave de la que se ha servido para descifrar las lenguas que no conocía o no dominaba del todo48. Podría sostenerse incluso, una vez conocido tal repertorio, así como algún episodio de su biografía, que España y nuestro idioma fueron para él una verdadera obsesión. Conservamos, por ejemplo, el testimonio de un español que afirma que Spinoza habría deseado visitar España…49.
En este mismo sentido también considero relevante señalar aquí uno de los textos que, aun no formando parte de su biblioteca, ha utilizado —de modo explícito mediante citas, o implícito mediante paráfrasis, reelaboraciones de argumentos presentes en él, etc.— en la composición de alguno de sus escritos. Por lo que hace a nuestro asunto, debo mencionar, como parte importante de esta «cultura activa»50 de Spinoza, un libro no conservado en su biblioteca pero cuya presencia, por así decir, silenciosa, casi clandestina, en el Tratado teológico-político, ha sido desvelada en los últimos años por Fokke Akkerman51 y Omero Proietti52. Se trata del Esame das tradiçoes phariseas de Uriel da Costa, marrano de origen portugués que termina trágicamente sus días en Ámsterdam en 1642.
En cualquier caso, esta centralidad de la cultura hispánica permitirá evaluar las influencias, las fuentes, el universo intelectual más íntimo de Spinoza; permitirá considerar algo tan decisivo para la comprensión de una filosofía como el tipo de cultura «activa» y «pasiva» (o una parte significativa de ellas) que está en su génesis y que su autor moviliza para construirla. Pero sobre todo permitirá evaluar, o seguir evaluando53, el valor filosófico de esa cultura hispánica que tan importante función desempeñó en la elaboración de la filosofía del judío de Ámsterdam.
Por último, ofrezco como cuarto anexo un índice de las referencias internas de la Ética. La estructura formal del libro, expresión del método matemático o geométrico en que se despliega, y deudora del carácter modélico que siempre tuvieron para Spinoza los Elementos de Euclides, hace de su lectura algo muy similar al recorrido de un laberinto de remisiones internas. El índice en que consiste este anexo podrá orientar al lector en la localización de referencias, en la diferenciación de conjuntos de proposiciones y demostraciones, y, quizás sobre todo, en la individuación de temas, agrupando casi a ojo los pasos en que se desarrollan. Podrá ser utilizado, en fin, como una suerte de guía que oriente en el estudio de un escrito tan difícil como raro.
BIBLIOGRAFÍA
En cuanto a la bibliografía sobre la filosofía de Spinoza, sería una obviedad decir que es literalmente inabarcable, o que por sí sola completaría un volumen mucho más grueso que el que el lector tiene en sus manos. Consignaré en primer lugar, y sin pretender ser exhaustivo, las ediciones de la Ética que más útiles me han resultado para su estudio y traducción, luego los instrumentos de trabajo que considero de uso obligado y por último algunos estudios y comentarios especialmente valiosos.
A. Ediciones y traducciones de la Ética
Spinoza. Éthique, trad. de Henri de Boulainvilliers [principios del siglo XVIII]; ed. de F. Colonna d’Istria, Armand Colin, París, 1907.
Œuvres de Spinoza, ed. de É. Saisset, Charpentier, París, 2 vols., 1842.
Benedicti de Spinoza Opera quotquot reperta sunt, ed. de J. Van Vloten y J. P. N. Land, Martinus Nijhoff, La Haya, 1882-1883.
Spinoza. Ethik, ed. de O. Baensch, Dürr, Leipzig, 1910.
Éthique, ed. bilingüe de Ch. Appuhn, Garnier, París, 1909.
Spinoza’s Ethics, trad. de A. Boyle, con una introducción de George Santayana, Dent & Sons, Londres, 1910.
Spinoza. Ética, trad. esp. de Manuel Machado, Garnier, París, 1913.
Spinoza. Ethica, ed. de G. Gentile, Laterza, Bari, 1915.
Spinoza. Éthique, trad. de A. Guerinot, Pelletan, París, 1930.
Spinoza. Œuvres complètes, ed. y trad. de R. Caillois, M. Francès y R. Mishrai, Gallimard, París, 1954.
Spinoza. Ética, trad. de O. Cohan, FCE, México/Buenos Aires, 1954.
Spinoza. Ética, trad. de Á. Rodíguez Bachiller, Aguilar, Buenos Aires, 1957.
Spinoza. Etica, trad. de P. Martinetti, Scolastische Patron, Bolonia, 1969.
Spinoza. Ética, trad. de V. Peña, Editora Nacional, Madrid, 1975; nueva ed., con notas y epílogo de G. Albiac, en Tecnos, Madrid, 2007.
The Ethics and Selected Letters, trad. de S. Shirley, Hackett, Indianápolis, 1982.
The Collected Works of Spinoza, trad. de E. Curley, PUP, Princeton, 1985.
Spinoza. Etica, ed. y trad. de E. Giancotti, Editori Riuniti, Roma, 1988.
Spinoza. Éthique, trad. de R. Mishrai, París, PUF, 1990.
Spinoza.