Ádeiocracia, HIPERliderazgos, Nueva geografía del mundo, Sociedad de la pospandemia. Juan Alfredo Pinto Saavedra Girardot

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Ádeiocracia, HIPERliderazgos, Nueva geografía del mundo, Sociedad de la pospandemia - Juan Alfredo Pinto Saavedra Girardot

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optimista su visión sobre las convergencias crecientes entre la China y la India. Creo que las divergencias son mucho mayores y que la falta de una alianza fuerte entre estas potencias mundiales emergentes (más China que India, sin embargo) es la causa de la falta de una verdadera alternativa al predominio de Estados Unidos y Europa Occidental en la gobernabilidad mundial. Me pareció mejor su apreciación sobre la renovada convergencia basada en los valores culturales y filosóficos ancestrales y la forma como en estos dos países “los espacios comunitarios empiezan a prevalecer sobre los tradicionales espacios ciudadanos y se imponen aún sobre los satisfactores que el mercado agrega a las mercancías”.

      Esta parte de la obra tiene también observaciones muy interesantes sobre Turquía e Indonesia, otros países en los cuales Pinto ejerció el cargo de Embajador. La parte tercera comienza de hecho, con dos ensayos interesantes sobre la forma como Turquía ha manejado la migración forzosa de sirios afectados por la guerra civil: uno sobre la manera como dicho país ha manejado dicho proceso y otro sobre la ciudad fronteriza de Gaziantep, que ha absorbido medio millón de migrantes. Ambos resaltan la tolerancia y pragmatismo con que ha manejado dicha migración, así como la atención humanitaria, el albergue y registro de migrantes, temas que a juicio de Pinto deben servir de referencia para Colombia.

      Varios ensayos en esta parte tratan temas económicos. Uno muy interesante es sobre la necesidad de una nueva política industrial, con más fundamentos y menos ideologismo, que presenta visiones que también comparto. A juicio de Pinto, “La política industrial activa es fundamental en la economía abierta, no se opone a ella, la complementa y la consolida”. Requiere, a su juicio, medidas transversales orientadas a una adecuada dotación de factores de producción, privilegiar la inclusión, y medidas verticales que se deben definir en el ámbito territorial y sectorial, con el objetivo de construir una oferta estratégica. Algunos elementos importantes, que se desarrollan en otras partes de la obra, son el fortalecimiento de las cadenas locales, y la articulación productiva regional y con los corredores productivos internacionales.

      Como la construcción de una sociedad del aprendizaje es un elemento esencial de esa política, sus observaciones sobre la creación del Ministerio de Ciencia y Tecnología son muy importantes. Resalto en particular, su énfasis en evitar que la investigación sea apropiada por el gran capital privado: “diseñar un Ministerio de Ciencia y Tecnología que sea un bastión en la defensa del progreso científico y el desarrollo tecnológico y a la vez un defensor de la ética social y del interés ciudadano”.

      Esta parte de la obra termina con las consideraciones de los corredores económicos como elemento central de la nueva geografía económica, que hoy en día funcionan en torno la infraestructura, pero ahora serán complementados por corredores digitales. Estos corredores generan cadenas de valor, pero a juicio del autor promueven también acuerdos políticos que pueden ser de gran alcance. De ahí su reclamo de que Colombia debe tener estrategias con mayor proyección regional, de que América Latina se embarque en un nuevo panamericanismo y que no ignoremos procesos regionales que tienen lugar en otras zonas del mundo, en particular en Asia, el continente en ascenso y también aquel en el que Pinto ejerció la función de Embajador.

      La última parte de la obra, que se titula “La sociedad en la pospandemia” es la más propositiva en materia de agenda de políticas públicas. Comienza resaltando los cambios sociales profundos que dejará la pospandemia: sobre el sistema educativo, los deportes, las actividades culturales, las prácticas religiosas y el turismo, entre otras, pero también el desarrollo más acelerado de las tecnologías con base informática. En materia de empleo y de organización empresarial, resalta los beneficios de teletrabajo, incluso en materia de productividad, pero también el reconocimiento de los enormes costos de la informalidad, que exige que una de las tareas más importantes hacia el futuro sea la formalización empresarial y del empleo, y un programa masivo de integración de PYMES a cadenas productivas.

      En materia de agenda de políticas, el ensayo más importante en esta sección es “¿Y dónde es adelante?” Ahí presenta los elementos de su modelo de “Economía Social y Ecológica de Mercado”, que “ha de ser un sistema complejo que prioriza la consideración ética del progreso económico y tecnológico, trabaja consistentemente en la sostenibilidad (…) se ocupa del bienestar global reduciendo la vulnerabilidad, asignando protagonismo a lo femenino, a la infancia y a los mayores, profundizando la participación ciudadana con independencia del orden político (…) afronta el cambio climático sin ambages y desborda los ámbitos nacionales desde una oxigenada estructura multilateral objeto de cambios significativos”. Y agrega: “La adaptación pospandémica nos ofrecerá el escenario para compensar las cargas y para echar las bases de un orden menos desigual, tendiente a la sostenibilidad. Las reformas económicas deben crear mecanismos de amplio acceso para habilitar sujetos en la economía de mercado que puedan participar como artífices del desarrollo.”

      Al modelo de Economía Social y Ecológica de Mercado se agrega la propuesta de un “humanismo digital”, que a su juicio une dos conceptos contradictorios u opuestos: “Humanismo digital es el paradigma que ampara el desarrollo tecnológico para determinar su compromiso humano como vehículo de bienestar integral y aprendizaje social continuo y significativo. El humanismo digital representa el credo que preserva para el hombre la rectoría frente a la tecnología y no su subordinación”.

      Termina con unas consideraciones sobre la necesidad de más y mejor democracia, con una visión política “desde la legitimidad de un centro que aisle los extremos y cope el espacio de la afirmación, una sociedad ciudadana que incluya a los sujetos sociales marginalizados”.

      Dejo en manos del lector esta obra para que disfrute su riqueza. Y agradezco a Juan Alfredo Pinto la invitación para prologarla.

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       Ádeiocracia

      img4.pngolibio fue un historiador griego que intentó comprender y explicar la hegemonía del imperio romano y los procesos de auge, descenso y degeneración de la democracia. Para ello construyó la teoría de la anaciclosis según la cual el ejercicio del poder responde a un ciclo de seis fases. La monarquía deviene en tiranía y el grupo más beneficiado dentro del circuito inmediato del monarca se autodefine como noble para conformar una aristocracia que concentra la fortuna y la decisión hasta la decrepitud. Es en esa etapa cuando el grupo de aristócratas se tornará en una oligarquía que agota todas las reservas morales y lleva a sectores sociales a rebelarse, clamando por la participación y el relevo dando lugar al establecimiento de la democracia que conoce períodos de esplendor hasta producir un alejamiento político, económico y moral de sus principios rectores por vía de lo que modernamente conocemos como lumpenización de variadas capas sociales, lo cual da lugar a una de las formas primitivas del populismo llamada en aquel entonces oclocracia, el gobierno de las muchedumbres.

      La ciencia política, las ciencias sociales en general y la economía, se han ocupado de asignar nombres y crear categorías que acotan los conceptos y precisan las diferentes formas de distorsión de la democracia. La concentración de la economía y los agudos problemas de distribución de la renta y de la propiedad en América Latina han popularizado la categoría plutocracia, también de origen griego, para hablar del gobierno del poder económico, de los ricos, poseedores del capital y de su capacidad manipuladora. A la alteración a profundidad de la percepción, expresión y participación de la ciudadanía en virtud de la incidencia y el control de la formación de opinión a través de los medios de comunicación y, más recientemente, de las estadísticas de predicción y de los algoritmos de alta complejidad propios del big data se le denomina democracia mediática.

      Otra

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