Terapia Akáshica. Eric Barone

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Terapia Akáshica - Eric Barone

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la energía de muerte de la energía de vida. En una persona sana, la primera es dirigida hacia el colon y eliminada con las deposiciones; la segunda es enviada hacia el diafragma donde se expone a un proceso de digestión (semejante al que ocurre en nuestro sistema digestivo, y con los mismos fines); en efecto, la digestión es necesaria porque la bioenergía, tal como la recibimos, no puede ser asimilada por nuestro organismo; el formato de esta energía todavía no refinada no es el adecuado para circular en las fibras de la Kundalini, que explicaremos a continuación. Esta digestión se produce gracias a dos catalizadores, la energía cósmica y la telúrica que se plasman arriba y abajo del diafragma. Es menester recordar este hecho, porque será la raíz de grandes consecuencias que descubriremos cuando persigamos el concepto de «consciencia».

      Esta energía se transfiere al coxis, viniendo con dos tipos de polaridades, no el yin y el yang como era de esperar, sino una polaridad digamos «vegetariana» y otra «carnívora», según la energía sea transportada por un alimento del mundo vegetal o del mundo animal. El proceso de fabricación de la Kundalini, función particular del coxis, consiste en dar a la energía un formato binario equilibrando los contrarios en cada una de sus partículas. Podemos decir que esta energía es a la vez corpuscular y ondulatoria, lo que da esperanza a la ciencia moderna, de algún día, poder medirla y cuantificarla.

      Del coxis es bombeada a través de un haz de fibras invisibles, situadas en la médula espinal, muy semejante a las fibras de vidrio, y llevada en dirección del cerebro. Nació así la famosa Kundalini, de la cual la T. Ak trazó un patrón de normalidad, expresado en el libro «Bioenergía Revelada». El pulso de la Kundalini indica el pulso vital y el dinamismo general de la persona, además de ser el sostén de su vida espiritual. Cuando llegue al cerebro será también el sostén de toda la bioenergía mental, pero nuestra Kundalini conocerá muchas aventuras antes de llegar a su destino final.

       ¿Qué puede ocurrirle a nuestra Kundalini durante su viaje hacia el cerebro?

      Desviará cierta cantidad de sus fibras en lo que llamamos los meridianos. Los acupuntores chinos identificaron 14 de ellos; los hindúes consideran que son 72.000 los “nadis” y, ciertamente, ambos tienen razón, ya que hablan de lo que es el sostén de la vida fisiológica. Recordemos: «meridianos = vida del cuerpo».

      En ciertos lugares privilegiados del cuerpo físico, existen concentraciones de varios de estos canales; su encuentro da nacimiento a los “chakras”. La tradición hindú lo fundamenta con exactitud científica: en las representaciones de los chakras, cada pétalo representa uno de los canales que llega a estas plataformas de intercambio. Por ejemplo, el chakra del corazón tiene doce pétalos. Cada pétalo es asociado a una letra del alfabeto sánscrito KAM-KAHAM-GAM-GAHAM-NAM-KAM-CHAM-IAM-IAHAM-NIAM-TAM-THAM, y es exacto que cantando a la vez física y mentalmente cada uno de ellos, dinamizamos estos canales y podemos llegar a armonizar nuestros chakras.

      Presenté estas técnicas en el libro: «Psytech.33».

      ¿Qué función cumplen esos chakras? Les guste o no a los psicólogos occidentales, ellos constituyen el fundamento energético de nuestra actividad mental, concerniente a todos los objetos y asuntos no materiales. El lector desde ahora deberá entrar en esta dialéctica obligada entre el hombre neuronal y el hombre bioenergético. El primero percibe, representa y actúa sobre el mundo tangible; el segundo contiene, administra y transforma todo lo abstracto. Recordemos: «chakras = vida psicológica».

      Cuando la Kundalini llega a la altura del cerebelo, ocurre una transformación extraordinaria: una parte se dirige hacia el cerebro para sostener la función mental en su aspecto abstracto, mientras que la otra hace circular las fibras en una de las membranas que rodean y protegen al cerebro, circula a través del líquido cefalorraquídeo desde la primera vértebra cervical hacia el tope del cráneo, e introduce estas fibras en un chakra transversal, que empieza en el tope del cráneo y atravesando el centro del cuerpo como en un tubo, llega al perineo. Esta pared interna está conectada por filamentos especiales a los diecisiete cerebros sutiles que tenemos. El cuerpo físico es solo uno de las 18 réplicas del cuerpo del alma. El alma, cuando se incorpora al hombre, tiene 18 estructuras que debe duplicar en varios planos vibratorios. El más alto de ellos es el mismo cuerpo del alma... su destino es asentarse en las células nerviosas del corazón; el más pesado en este anillo que forman es el cuerpo físico, cuyo cerebro creemos conocer bien. Cada uno de los otros cerebros se asienta en un lugar diferente del cuerpo. Por ejemplo, el cerebro del cuerpo diabólico se ubica en el cuello del fémur derecho, mientras que el cerebro del cuerpo de la Kundalini lo hace en la glándula pineal, explicando así, la inmensa importancia de esta glándula, verdadera directora de orquesta en el plano endocrino tanto como en el plano inmaterial.

       ¿Qué nos autoriza a «hablar» de 18 cuerpos?

      Cada uno de estos cerebros tiene una estructura y un funcionamiento semejante al del cerebro neuronal. Mientras este último, gracias a la alimentación, recibe nutrientes del mundo tridimensional, que llamamos «material», cada uno de los anteriores recibe su alimentación sutil y específica de una dimensión diferente del universo. Por tal motivo, el hombre puede acceder a dichas dimensiones, pasando por las puertas de sus cerebros sutiles.

      Mientras el cerebro del cuerpo físico recibe la Kundalini como fuente de alimentación de sus funciones no materiales (abstractas) los 17 otros cerebros también la reciben, y pueden unificar su funcionamiento gracias a ella, tal como si fuera una red de alimentación eléctrica o telefónica.

      Mientras que para el cerebro neuronal la Kundalini representa energía abstracta, para los 17 otros cerebros ella representa una energía casi «material» Cada uno de ellos recibe su propia energía abstracta de la propia dimensión, de la cual es una emanación representativa. Esto nos lleva a comprender la complejidad del hombre; somos todos seres «multidimensionales» de los cuales solo el cuerpo físico es prisionero del mundo de tres dimensiones.

      El paralelismo no termina aquí. Tal como el cerebro neuronal percibe, comprende, almacena, transforma y da órdenes de acción al cuerpo físico, cada uno de los 17 otro cerebro hace lo mismo, desde el plano que le corresponde; la consecuencia es que cada dato que entra en el sistema sensorial común, pasará por otros 17 filtros, como si fueran comisiones evaluadoras, que modificarán la naturaleza abstracta y la cargarán de nuevas variables.

      El lector debería imaginar lo que pasa en él cuando sus ojos miran una manzana y esta información pasa por los 17 filtros, tales como el «cuerpo diabólico» y el «cuerpo angelical»; uno agregará recuerdos del infierno, poder de distorsión y tortura de las percepciones: camino directo a la creación de nuestro campo neurótico; mientras que el otro, lleno de recuerdos del paraíso, intenta dar a cada una de las percepciones una dimensión espiritual adecuada.

       Entonces... ¿Qué sucede con el sistema sensorial?

      El paralelismo continúa: el cuerpo físico tiene 5 sentidos, los otros cuerpos también. Tuvimos el gusto de descubrir que el ser humano completo posee 60 sentidos. Esto es lo que nos hacía falta para comprender todos los poderes que estudia la parapsicología y muchas otras propiedades del hombre que solo esoteristas, cabalistas, ocultistas, magos y alquimistas pueden conocer.

      Para finalizar, diremos que tal como el cerebro neuronal tiene una inmensa red de filamentos y terminaciones nerviosas, también cada uno de los 17 cerebros tiene la suya, aún más ramificada, al punto de decir que cada célula viviente tiene un representante de cada cuerpo sutil. Cada célula es como un microcosmos capaz de desarrollar una consciencia propia, tal como ocurre cuando se alcanza el «despertar espiritual».

       Frente a tal conocimiento ¿Cuál es la función y el alcance del Terapeuta Akáshico?

      El lector, desde

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