La interpretación de los sueños. Sigmund Freud

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La interpretación de los sueños - Sigmund Freud biblioteca iberica

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genitales masculinos o a los femeninos, según el contexto en que se hallen incluidos.

      Existen símbolos de difusión universal, que se hallan en los sueños de todos los individuos pertenecientes a un mismo grado de civilización o que hablan un mismo idioma, y otros de limitadísima aparición individual, que han sido formados por el sujeto aislado utilizando su material de representaciones propio. Entre los primeros se distinguen aquellos cuya aparición a representar lo sexual se halla suficientemente justificada por los usos del idioma (por ejemplo, los símbolos procedentes de la agricultura: reproducción, semilla), y otros cuya relación con lo sexual parece alcanzar a los más antiguos tiempos y a las más oscuras profundidades de la formación de nuestros conceptos. La fuerza creadora de símbolos no ha desaparecido aún en nuestros días. Puede observarse que determinados descubrimientos modernos (tales como los globos dirigibles) son elevados en el acto a la categoría de símbolos sexuales de empleo universal.

      Es equivocado esperar que un más fundamental conocimiento del simbolismo del sueño («del lenguaje de los sueños») nos permita prescindir de interrogar al sujeto por sus asociaciones y nos conduzca de nuevo y por completo a la técnica de la antigua interpretación de los sueños. Aparte de los símbolos individuales y de las variantes en el empleo de los universales, no se sabe nunca si un elemento del sueño debe interpretarse simbólicamente o conforme a su verdadero sentido, y se sabe, en cambio, con seguridad, que no todo el contenido del sueño debe interpretarse simbólicamente. El conocimiento del simbolismo del sueño nos proporcionará tan sólo la traducción de algunos componentes del contenido manifiesto, pero no hará innecesarias las reglas técnicas antes expuestas. En cambio; constituiría el más importante medio auxiliar de la interpretación en aquellos casos en que faltan o son insuficientes las ocurrencias del sujeto.

      El simbolismo del sueño resulta también imprescindible para la inteligencia de los llamados sueños «típicos» de los hombres y de los sueños «repetidos» del individuo aislado. Si el estudio de la forma expresiva simbólica del sueño ha resultado demasiado incompleto en esta breve exposición, ello está justificado por un hecho que pertenece a los más importantes entre los que con estos problemas se relacionan. El simbolismo onírico va mucho más allá de los sueños. No pertenece a ellos como cosa propia, sino que domina de igual manera la representación en las fábulas, mitos y leyendas, en los chistes y en el folklore, permitiéndonos descubrir las relaciones íntimas del sueño con estas producciones Mas debemos tener en cuenta que no constituye un producto de la elaboración del sueño, sino que es una peculiaridad -probablemente de nuestro pensamiento inconsciente- que proporciona a dicha elaboración el material para la condensación, el desplazamiento y la dramatización.

      No aspiro a haber esclarecido todos los problemas de los sueños ni tampoco a haber resuelto convincentemente lo expuesto y discutido en estos ensayos. Aquellos a quienes interese la literatura sobre los sueños en toda su amplitud pueden consultar el libro de Sancte de Sanctis titulado I sogni (Turín, 1899), y los que quieran hallar una más honda cimentación de la teoría por mí expuesta pueden ver mi obra titulada La interpretación de los sueños. Por último, indicaré en qué dirección creo debe proseguirse la labor investigadora.

      Cuando fijo como labor de una interpretación de los sueños la sustitución del sueño por las ideas latentes del mismo, o sea la solución de lo que la elaboración del sueño ha tejido, planteo, por un lado, una serie de nuevos problemas psicológicos que se refieren tanto al mecanismo de esta elaboración del sueño como a la naturaleza y condiciones de la llamada represión, y por otro lado, afirmo la existencia de las ideas latentes como un rico material de formaciones psíquicas del orden más elevado, y provistas de todas las características de una función intelectual, material que escapa a la consciencia hasta que le da noticias de sí por medio del contenido del sueño. Debo asimismo admitir que tales pensamientos existen en todo individuo, dado que casi todos los hombres, hasta los más normales, sueñan. A lo inconsciente de las ideas del sueño y a su relación con la consciencia y con la representación se enlazan otros problemas de gran importancia para la Psicología, pero cuya solución habrá de aplazarse hasta que el análisis haya esclarecido la génesis de otras formaciones psicopáticas, tales como los síntomas histéricos y las ideas obsesivas.

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      «Über den Traum», el original en alemán.

      Ihr führt ins Leben uns hinein, Ihr läßt den Armen schuldig werden Goethe: Wilhelm Meister Lehrjahre, libro II, capítulo XIII. La justa traducción de estos versos es: «Nos introducís en la vida y dejáis que el desdichado caiga en la culpa. -Luego le abandonáis a su dolor, -pues toda culpa se paga sobre la tierra.» Mas la palabra schuldig tiene el doble sentido de «culpable» y «deudor», y este último significado es el que motiva la inclusión de los versos goethianos en el sueño, como lo demuestra el análisis. (N. del T.)

      Una calzada móvil instalada en la exposición de París de 1900.

      Nota de 1911: Filólogos muy autorizados afirman que los idiomas humanos más antiguos empleaban la misma palabra para expresar la antítesis (fuerte-débil, dentro-fuera, etc.: «Sentido antitético de las palabras primitivas»).

      Parálisis general sifilítica. (Nota del E.)

      Véase Tres ensayos sobre una teoría sexual.

      Sobre el simbolismo de los sueños se hallarán otros datos en los antiguos libros sobre la interpretación de los mismos (Artemidoro de Dalcis, Scherner. Das Leben des Traumes, 1861) y, además, en nuestra Interpretación de los sueños, en los trabajos mitológicos de la escuela psicoanalítica, y, ante todo, en los trabajos de W. Stekel Die Sprache des Traumes, 1911).

      Una premonición onírica cumplida

      1899 [1941]

      La señora de B., una excelente persona dotada además de agudo sentido crítico, me refiere sin conexión aparente con el resto de la conversación y sin ninguna segunda intención, que en cierta oportunidad, hace ya algunos años, soñó que se encontraba con su amigo y antiguo médico de cabecera, el doctor K., en plena Kärntnerstraße, ante la tienda de Hies. A la mañana siguiente, pasando por esa calle, se encuentra efectivamente con dicha persona en el mismo lugar que en el sueño. He aquí el tema del sucedido. Sólo agregaré que ningún hecho ulterior vino a revelar eI significado de esta coincidencia milagrosa, o sea que la misma no puede ser explicada por nada ocurrido en el futuro.

      El análisis del sueño es facilitado por el interrogatorio, que establece la imposibilidad de demostrar que haya tenido el menor recuerdo del sueño antes de su paseo, es decir, durante la mañana siguiente a la noche en la cual lo soñó. Tal demostración consistiría, por ejemplo, en haber anotado o comunicado a alguien el sueño antes de que se cumpliera su premonición. Por el contrario, la señora en cuestión debe aceptar sin reparos la siguiente sucesión de los hechos, que considero la más probable. Una mañana se pasea por la Kärntnerstraße y se encuentra con su viejo médico de familia ante la tienda de Hies. AL verlo, se siente convencida de que la noche anterior ha soñado con ese preciso encuentro en ese mismo lugar. De acuerdo con las reglas vigentes para la interpretación de los síntomas neuróticos, tal convicción debe considerarse como justificada. Su contenido, empero, requiere una interpretación.

      Entre los antecedentes de la señora de B. hay un episodio relacionado con el doctor K. Siendo aún joven, fue casada sin su pleno consentimiento con un hombre de cierta edad, pero adinerado, el cual pocos años después perdió su fortuna, enfermó de tuberculosis y murió. Durante varios años, la joven esposa tuvo que mantenerse a sí misma y a su marido enfermo dando clases de música. Con todo, halló amigos en su infortunio,

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