Identidad. Represión hacia los homosexuales en el franquismo. Lucas Jurado Marín
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En la siguiente imagen, procedente de un expediente penitenciario de los años setenta del siglo XX, se puede apreciar cómo aparece camuflado, mediante la denominación de “abusos deshonestos”, lo que realmente es un acto de pederastia.
Nuevamente, en otro artículo de prensa, que más adelante se reproduce, se hace alusión a la homosexualidad en un contexto que difiere del actual. Ya hemos visto cómo se la cataloga como perversión, apareciendo junto a la pederastia, la pornografía o la prostitución. A continuación, reproduzco un fragmento del citado texto (la noticia es relativa a Italia):
La Vanguardia, 6 de septiembre de 1968.
La Fiscalía de más alto Tribunal del país expresa su inquietud respecto al tráfico de drogas, el comercio del cuerpo humano, la corrupción de menores, el alcoholismo, la homosexualidad, la venta y distribución de publicaciones pornográficas extranjeras, etcétera.
En otro artículo****5 del mismo periódico, la homosexualidad es considerada como una conducta antisocial, equiparada al gamberrismo, a la prostitución y al tráfico de drogas. Vemos pues como una vez más aquello que difiere de la norma, de lo común, es considerado hecho delictivo. Ello aparece en relación a la resocialización de los entonces denominados “vagos y maleantes”.
El siguiente artículo****6 se enmarca dentro de un apartado denominado “Las Tareas de la VII Semana de la Salud Mental”. Obviamente, la homosexualidad en la época, e incluso hoy en día por parte de algunas personas, sigue estando considerada como una enfermedad mental. A continuación, reproduzco un fragmento del texto:
Por la noche, en el local parroquial de las Viviendas del Congreso, se celebró con gran asistencia de público un animado coloquio, dirigido por los doctores Corominas, Cireras, Hernández Peña y Serrat y doña M. Torrents, pedagoga, acerca de los problemas con que se enfrenta el joven de hoy en su adaptación al mundo de los adultos, problemas que en muchos casos pueden ser fuente de tensiones y trastornos, y se señalaron caminos para solucionar en lo posible estos probables peligros para la salud mental. También por la noche tuvo lugar en la Travesera de Gracia, 47, una sesión científica, a cargo de los doctores Coderch, Font Roción y Masaoa, sobre aspectos sociales, factores causales y directrices terapéuticas en la homosexualidad, tema de gran interés en toda campaña de Higiene Mental.
No olvidemos que, al ser considerada una enfermedad, se intentó buscar cura a la homosexualidad. Valga como ejemplo el siguiente anuncio de prensa del 22 de febrero de 1970. El texto en cuestión dice lo siguiente: “¿Cómo se explica la homosexualidad? ¿Cómo se cura?”
Siguiendo esta línea, en 1974 aparece publicado en el periódico La Vanguardia un artículo acerca de la criminalidad y su vinculación con la homosexualidad, siendo las siguientes líneas la opinión de un doctor al respecto:
(Dr. Sales.) —Yo también creo que puede haber homosexualidad, al menos como tendencia, aunque otros factores personales pueden poner freno a la misma. He conocido casos de pacientes que luchaban de una forma desesperada contra dicha tendencia. Por otra parte, tengamos en cuenta que los crímenes de los homosexuales son siempre muy complicados.
El siguiente titular apareció en la portada de La Vanguardia el 24 de junio de 1970, momentos en los que aún se discrepaba sobre la reforma que cambiaría el estatus social de los homosexuales, los cuales pasarían a engrosar la lista de los considerados como peligrosos. Vemos como una vez más aquello que escapa a la norma, a los valores establecidos, es percibido por el Estado como una amenaza, actualizándose la vieja Ley de Vagos y Maleantes por una más acorde a los nuevos tiempos que, por otra parte, seguían denigrando a los homosexuales.
Actualmente, la consideración hacia los homosexuales es muy diversa. Hay quienes no nos consideran “hombres” en el sentido estricto de la palabra, sino como “menos hombres”. Es como si la virilidad fuera medida por la condición sexual. Y, no se equivoquen, puedo ser tan hombre o más que aquellos que presumen de su virilidad entre amigotes en el bar un viernes por la tarde. Considero que la virilidad no depende exclusivamente de la tendencia sexual.
****2 ¿Qué he hecho yo para merecer esto? Dirigida por Pedro Almodóvar, 1984.
****4 La Vanguardia, 4 de abril de 1968.
****5 La Vanguardia, 21 de enero de 1969.
****6 La Vanguardia, 11 de junio de 1969.
TERMINOLOGÍA
En la actualidad, es aún frecuente escuchar a jóvenes y adultos proferir vocablos malsonantes, despectivos e hirientes para referirse al colectivo homosexual, tales como: maricón, mariquita, maricona, bujarra, bujarrón, bujarrilla, sarasa, etc. Son solo algunos de los términos empleados para referirse a este colectivo de manera altiva. Uno de los entrevistados, Eusebio Valderrama, me descubrió un término que realmente nunca había asociado con la homosexualidad, “cáscara amarga****7”, que ciertamente da nombre a un portal de Internet sobre noticias del mundo LGTB.
En mi caso, siempre me han llamado maricón, no gay ni homosexual, simplemente maricón. ¿Qué era para mí ser maricón? Sinceramente, le puse nombre a mi condición sexual con aproximadamente 16 años, unas navidades, mientras trabajaba con mis tíos; disponía de amplios momentos de tranquilidad que daban para pensar, me dediqué a ordenar mis ideas y le puse nombre a ello. Pero no me armé de suficiente valor para asumirlo y “salir del armario”, aunque no me gusta utilizar esa expresión tan absurda, por lo que continué viviendo en el anonimato sexual durante varios y largos años más, hasta los 25, momento en el que asumí consecuentemente mi homosexualidad sin reproches hacia mi persona.
Vamos a adentrarnos unos instantes en un diccionario enciclopédico de finales de la década de los 70****8 para ver qué encontramos al respecto:
Homosexual: adj. Dícese del que busca los placeres carnales con personas de su mismo sexo. Dícese generalmente de los hombres. Ú. t. c. s.
Homosexualidad: f. Calidad de homosexual. || Atracción sexual hacia individuos del mismo sexo. Se le da el nombre de pederastia o sodomía en los hombres y de amor lesbio o tribadismo en las mujeres.
Sodomía: