Un príncipe de incógnito. Кейт Хьюит
Чтение книги онлайн.
Читать онлайн книгу Un príncipe de incógnito - Кейт Хьюит страница 7
–El caso es –continuó Mateo– que tengo que casarme de inmediato, para proporcionar estabilidad a mi país. Y tengo que dar un heredero a la Casa Real.
Un momento… ¡¿Qué?! Rachel se quedó mirándolo anonadada. Seguía sin poder asimilar lo que estaba diciéndole.
–¿Y… y quieres casarte conmigo? –le preguntó con incredulidad en un susurro.
¿El príncipe de un país extranjero quería casarse con ella? Por algún motivo, en ese momento recordó las crueles palabras que Josh le había lanzado hacía más de diez años: «¿Qué hombre podría desear a alguien como tú?».
–¿Por qué? –inquirió en un hilo de voz.
–Porque te conozco. Porque confío en ti. Porque formamos un buen equipo.
–Sí, pero como compañeros, en un laboratorio…
–¿Y por qué no al frente de un país? –replicó él, encogiéndose de hombros–. ¿Qué diferencia hay?
–No estás ofreciéndome la vicepresidencia, Mateo: estás pidiéndome que sea tu esposa. Hay una gran diferencia.
–No tanta. Solo tendrías que estar a mi lado, apoyándome, ayudándome.
–Estás hablando de casarnos…
De pronto su mente conjuró unas imágenes totalmente fuera de lugar: la noche de bodas, un dormitorio a la luz de las velas, la piel bronceada de Mateo deslizándose contra la suya… No, eso solo pasaba en las novelas románticas que leía; Mateo no podía estar refiriéndose a un matrimonio en el sentido pleno de la palabra. Claro que… había mencionado que necesitaba proporcionar al país un heredero…
–Pues claro, eso es lo que he dicho, que quiero casarme contigo –le reiteró él.
Rachel lo miró con impotencia.
–Mateo, esto es una locura.
–Sé que es algo inesperado, pero…
–¿Algo inesperado? Tengo un trabajo –lo cortó ella–. ¿Qué esperas, que lo deje?
Había conseguido su plaza en Cambridge y su puesto de investigadora por sus propios méritos, no por ser la hija del eminente físico William Lewis y su distinguida esposa, Carol Lewis. ¿Esperaba que dejase atrás todo por lo que había luchado para convertirse en un florero?
–Soy consciente de que lo que te estoy pidiendo es un gran sacrificio –dijo Mateo–, pero como reina se te abrirían infinitas posibilidades: podrías promover entre las chicas las carreras de ciencias, financiar investigaciones científicas, dar apoyo a causas benéficas, viajar por todo el mundo como embajadora de la ciencia…
–¿De la ciencia o como embajadora política? –replicó ella con voz trémula por la enormidad de todo aquello.
–Ambas cosas –contestó Mateo–. Como rey una de mis prioridades será promover la investigación científica. Kallyria tiene una universidad en la capital, Constanza. No puede decirse que esté al nivel de Cambridge o de Oxford, por supuesto, pero goza de un gran reconocimiento entre los países del Mediterráneo.
–Ni siquiera sé dónde está Kallyria –admitió Rachel–. Creo que hasta ahora ni lo había oído.
–Es una isla, en la parte oriental del Mediterráneo. Fue colonizada por comerciantes griegos y turcos hace más de dos mil años, pero siempre ha sido independiente.
Rachel sentía que la cabeza le iba a explotar.
–Pero es que yo no…
Y entonces, de repente, se abrió la puerta principal y entró su madre, que los miró a Mateo y a ella con una suspicacia hostil.
–Rachel, ¿quién es este hombre?
Конец ознакомительного фрагмента.
Текст предоставлен ООО «ЛитРес».
Прочитайте эту книгу целиком, купив полную легальную версию на ЛитРес.
Безопасно оплатить книгу можно банковской картой Visa, MasterCard, Maestro, со счета мобильного телефона, с платежного терминала, в салоне МТС или Связной, через PayPal, WebMoney, Яндекс.Деньги, QIWI Кошелек, бонусными картами или другим удобным Вам способом.