Las Ciencias Sociales. Omar Alejandro Bravo
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Sin embargo, la educación sigue siendo vista como un posible negocio para controlar y explotar. Como ha pasado en Chile y Estados Unidos, gradualmente se van aplicando en otros países estrategias comerciales encubiertas como lo son los préstamos bancarios para pagar los costos semestrales de las clases e inscripciones a nivel universidad, lo que lleva a la reducción gradual y constante del monto y el número de becas otorgadas a estudiantes de escasos recursos como antes se hacía cuando los estados nacionales cumplían con un enfoque social. La inversión en educación se ha constituido en un buen negocio porque las ganancias son exponenciales. Como Delgado-Ramos y Saxe-Fernández (2005) reportan, la inversión en educación superior, por ejemplo, está mostrando niveles de ganancias muy altos donde los inversionistas han llegado a ganar el 240% del dinero que invierten. Un ejemplo interesante de la corriente privatizadora es la Universidad de California (UC) en Berkeley. La UC Berkeley firmó un contrato con una empresa multinacional para recibir 25 millones de dólares de financiamiento a sus proyectos de investigación y educativos, cediendo a cambio los derechos de patentes de todos los descubrimientos del área de microbiología y biología. Delgado-Ramos y Saxe-Fernández (2005) señalan que casos similares también se están presentando en la UNAM.
La esencia del neoliberalismo se escondió de nuevo detrás de la nueva democracia y la libertad (aunque es solamente del mercado). De nueva cuenta, el sistema económico neoliberal salió bien librado y no se puso en duda si el modelo podría ser capaz de proporcionar alternativas de empleo seguro y bien pagado a los estudiantes que se gradúan de la educación superior. Tampoco si el sistema podía mejorar el salario de los maestros en relación de todo el trabajo que representa enseñar con calidad y formar ciudadanos críticos que transformen al país. Menos si el sistema debiese apoyar a que los estudiantes recibieran una educación gratuita en lugar de hacerlo que se endeudaran con créditos bancarios para pagar con intereses los costos de las clases e inscripciones a las universidades; o si el sistema debiese seguir habilitando o no los edificios escolares de educación básica en lugar de dejar la carga del mantenimiento y funcionamiento a los padres de familia y maestros de las escuelas.
AL OTRO LADO DEL DISCURSO NEOLIBERAL
Como se ha estado argumentando, el sistema capitalista globalizado con su discurso neoliberal ha estado modificando todos los ámbitos nuestras vidas. Las propuestas que ha impuesto a los países a través de los organismos financieros internacionales, que son sus instrumentos de control para los países del mundo, giran en torno a la doctrina neoliberal en donde se acepta y actúa casi por fe, porque en ningún momento se pone en duda que el libre mercado y la inversión de capital internacional puedan fallar en mejorar las condiciones de acceso a los bienes sociales de las personas. Sin embargo, como Karel Kosik (1967) lo señaló atinadamente, la esencia del fenómeno (el neoliberalismo) se esconde detrás de lo externo y superficial del fenómeno mismo (neoliberalismo como generador de libertad y democracia). Es decir, el neoliberalismo se presenta como un objeto que da la impresión de que es resultado de condiciones naturales y de esa manera no permite que se le reconozca inmediatamente como el resultado de las actividades sociales y de los intereses de un grupo de personas posicionadas.
Sólo así puede entenderse por qué los ciudadanos aceptan esos mecanismos nuevos de acumulación y explotación que el neoliberalismo ha generado: aumento excesivo de la pobreza, búsqueda incesante de trabajo más barato, crecimiento del trabajo flexible y desregulado, desempleo incontrolable, la ofensiva exterminadora contra los sindicatos y otros sectores de trabajadoras y trabajadores del campo y la ciudad que tratan de resistir esas políticas, “transformar” los recursos naturales y los servicios básicos en productos de consumo que el capitalismo comerciará a las poblaciones de los países, que al final del análisis son los dueños de esos mismos recursos (por ejemplo el agua y el gas).
Por lo tanto, me parece fundamental que para entender y develar la esencia de las propuestas que la OCDE, el BM, y el FMI prescriben para que los países “en vías de desarrollo” las apliquen de manera agresiva o con mayor intensidad ―lo que sería la doctrina de shock que ha seguido el capitalismo neoliberal (Klein, 2007)―, como alternativas para alcanzar “el desarrollo incluyente”, debemos pensarlas de manera dialéctica y fomentar oportunidades para que las personas desarrollen ese tipo de análisis, que alcancen cierto nivel de concienciación. Si se logra construir esa conciencia social que analice críticamente las propuestas neoliberales se incrementarán las posibilidades de cambiar las condiciones de vida que este capitalismo neoliberal nos ha impuesto tan inhumanamente.
Kosik (1967) explica que los fenómenos tienen siempre una verdad oculta, lo que él llama la esencia de la cosa misma. Para que la podamos comprender tenemos que develarla, buscarla detrás de las manifestaciones empíricas o superficiales del fenómeno. Sin embargo, lo fundamental es que presupongamos que esa verdad oculta existe, tener una conciencia firme de ello. Esto es realizar un movimiento reflexivo de comprensión. Es un proceso dialéctico de conocer la realidad que implica que consideremos que la realidad no está presente en su totalidad en las expresiones superficiales de la misma ―como el creer que el libre mercado sabe qué es lo mejor para nosotros o que actúa siempre en nuestro beneficio―, porque esas manifestaciones superficiales pueden ser creadas específicamente para alcanzar propósitos particulares de un grupo determinado y manipular la percepción y aceptación social sobre las mismas.
Esa pseudocomprensión puede destruirse con el proceso de pensamiento dialéctico. Este proceso inicia por analizar la pseudorealidad para comprender las múltiples determinaciones y las relaciones que le han dado forma a lo que esa pseudorealidad es en este momento. Es fundamental conocer todos los elementos posibles ―históricos, económicos, políticos, sociales, y culturales, por mencionar algunos de ellos― que dan sentido a esas relaciones. Después de ese análisis, debemos regresar a pensar de nuevo la realidad y examinar las diferencias que encontremos entre la (pseudo)realidad que se nos había “permitido” ver, y la realidad que encontramos y que parte de reconocer que la praxis de los seres humanos es la que construye y determina lo que es esa realidad, y de rechazar la noción de que la realidad es algo fijo y naturalmente determinado.
Siguiendo la lógica de entender las múltiples relaciones que determinan la pseudorealidad neoliberal que vivimos en estos tiempos, los autores que colaboran en este libro Las Ciencias Sociales: Al Otro Lado del Discurso Neoliberal, nos proveen con visiones más elaboradas dialécticamente de la realidad que son contrarias a la que el sistema quiere que internalicemos. Los autores emprenden, con base en experiencias específicas de sus contextos particulares, una reflexión desde el pensamiento dialéctico para develar la esencia del neoliberalismo, a través de analizar las múltiples determinaciones que componen esa realidad pseudocncreta y una visión nueva de lo concreto real.
Los autores nos comparten diversos actos de resistencia que han vivido en el mundo, desde México, Chile, Argentina, Colombia, y Brasil hasta Grecia, Estados Unidos, Inglaterra y Mozambique. Cada experiencia presentada en el libro está integrada de reflexiones que invitan a ver la realidad en su complejidad, en sus multideterminaciones, no en una perspectiva unidimensional como la visión del libre mercado quiere hacerla ver. Cada experiencia está permeada del esfuerzo por mostrar una visión que nos permita develar lo que hay detrás de la pseudorealidad que nos ocultan las alianzas que establece el sistema neoliberal para que no percibamos las intenciones del sistema mismo y del libre mercado que, como dijimos anteriormente, son obtener ganancia sobre el bienestar de las personas del mundo.
Los autores desbaratan las visiones del sistema de libre mercado desde experiencias educativas y psicológicas con una base social y comunitaria que nos posiciona al otro lado del discurso neoliberal pues cuestiona cómo el neoliberalismo nos ha determinado las formas de concebir el mundo que impactan las prácticas educativas y psicológicas que son consideradas dominantes en el mundo occidental. Este libro es una invitación a viajar hacia el otro