Las leyes de la naturaleza humana. Robert Greene
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Tal cosa no debería trastornarte sino liberarte. Este libro te enseñará a dejar de tomar personalmente los comentarios provocadores, muestras de frialdad o momentos de irritación de los otros. Entre más entiendas esto, más fácil te será reaccionar no con tus emociones, sino con el deseo de comprender de dónde procede esa conducta. Te sentirás mientras tanto mucho más tranquilo. Y conforme esto arraigue en ti, serás menos proclive a moralizar y juzgar a las personas; en cambio, las aceptarás, y aceptarás sus defectos como parte de la naturaleza humana. La gente te apreciará mucho más cuando perciba esta actitud tolerante.
Segundo, estas leyes harán de ti un experto en la interpretación de las señales que la gente emite sin cesar, lo que te dará más capacidad para juzgar su carácter.
Normalmente, si prestamos atención al comportamiento de las personas, nos apresuramos a clasificar sus actos y a sacar conclusiones, así que nos contentamos con el juicio que mejor se acomoda a nuestras ideas preconcebidas. O bien, aceptamos sus explicaciones interesadas. Estas leyes te librarán de ese hábito, pues dejarán claro lo fácil que es malinterpretar a la gente y lo engañosa que puede ser la primera impresión. Tomarás las cosas con calma, desconfiarás de tu juicio inicial y aprenderás a analizar lo que ves.
Pensarás en términos de los opuestos: cuando la gente exhibe abiertamente cierto rasgo, como seguridad o hipermasculinidad, suele ocultar la realidad contraria. Te darás cuenta de que actúa continuamente para un público, que hace alarde de santidad y progresismo con el único fin de disfrazar mejor su lado oscuro. Verás emerger los signos de esa sombra en la vida diaria. Si la gente procede de forma desacostumbrada, toma nota: lo que parece ajeno a su carácter es propio de su verdadero carácter. Si es en esencia insensata o perezosa, dejará señales de eso en detalles que captarás antes de que su comportamiento te perjudique. La capacidad para precisar el verdadero valor de las personas, su grado de lealtad y esmero, es una de las habilidades más importantes que puedes poseer, pues te evitará malas contrataciones, así como asociaciones y relaciones que volverían miserable tu vida.
Tercero, estas leyes te potenciarán para que enfrentes y venzas con inteligencia a los tipos tóxicos que inevitablemente se cruzarán en tu camino y que tenderán a causarte daño emocional a largo plazo.
Las personas agresivas, envidiosas y manipuladoras no suelen anunciarse como tales. Han aprendido a parecer simpáticas en un encuentro inicial, a servirse del halago y otros medios para desarmarnos. Cuando nos asombran con una conducta desagradable, nos sentimos traicionados, molestos e indefensos. Crean presión constante, a sabiendas de que así nos agobian con su presencia, lo que vuelve doblemente difícil que pensemos con claridad o ideemos una estrategia.
Estas leyes te enseñarán a identificar con anticipación a esos individuos, lo cual es tu principal defensa contra ellos, sea que los evites o que, en previsión de sus manipulaciones, cubras tus flancos vulnerables para mantener tu equilibrio emocional. Aprenderás a reducirlos en tu mente a su verdadera dimensión y a concentrarte en las flagrantes debilidades e inseguridades detrás de su fanfarronería. No te tragarás su cuento y esto neutralizará la intimidación de la que dependen. Te reirás de sus pretextos y elaboradas explicaciones de su conducta egoísta. Tu aptitud para guardar la calma los enfurecerá y los empujará a excederse o cometer un error.
En lugar de sentirte oprimido por esos encuentros, terminarás por apreciarlos como una oportunidad para pulir tus habilidades de autodominio y fortalecerte. Superar en astucia a uno solo de esos sujetos te hará sentir seguro de que puedes manejar lo peor de la naturaleza humana.
Cuarto, estas leyes te mostrarán las auténticas palancas para motivar a la gente e influir en ella, lo que volverá mucho más fácil tu camino en la vida.
Normalmente, cuando encontramos oposición a nuestros planes o ideas intentamos cambiar directamente la opinión de la gente y discutir con ella, sermonearla o engatusarla, todo lo cual la conduce a afianzarse en su postura defensiva. Estas leyes te enseñarán que la gente es por naturaleza obstinada y resistente a la influencia. Debes empezar por disminuir su oposición y no alimentar sin querer sus tendencias defensivas. Te enseñarás a discernir sus inseguridades en vez de excitarlas. Pensarás en términos de su interés propio y la opinión de sí mismo que debe validar.
Tras comprender la permeabilidad de las emociones, aprenderás que el medio más efectivo para influir en quienes te rodean es alterar tu estado de ánimo y actitud. Las personas reaccionan a tu energía y disposición antes que a tus palabras. Te desharás de toda actitud defensiva propia. Sentirte relajado e interesado de verdad en los otros tendrá un efecto positivo e hipnótico. Aprenderás que, como líder, tu mejor recurso para mover a la gente en tu dirección consiste en fijar el tono correcto a través de tu actitud, empatía y ética de trabajo.
Quinto, estas leyes harán que te percates de la hondura con que operan en ti las fuerzas de la naturaleza humana, lo que te dará poder para cambiar tus patrones negativos.
Nuestra respuesta normal cuando leemos u oímos hablar de las oscuras cualidades de la naturaleza humana es excluirnos. Siempre es otro el narcisista, irracional, envidioso, presuntuoso, agresivo o agresivo-pasivo. En casi todo momento creemos tener las mejores intenciones. Si nos desviamos es por culpa de las circunstancias o de quienes nos obligaron a reaccionar de forma negativa. Estas leyes te permitirán abandonar de una vez y para siempre ese proceso de autoengaño. Todos estamos cortados con la misma tijera y compartimos tendencias iguales. Cuanto más pronto te des cuenta de esto, más capaz serás de vencer en ti esos rasgos negativos potenciales. Examinarás tus razones, considerarás tu sombra y tomarás conciencia de tus tendencias agresivas-pasivas. Esto te facilitará detectar esos rasgos en los demás.
También serás más humilde, pues repararás en que no eres superior a otros, como imaginabas. Tu conciencia de ti mismo no te hará sentir culpable ni abrumado, sino al contrario. Te aceptarás como un individuo completo que abraza lo bueno y lo malo y que desecha su falso concepto de sí como santo. Te sentirás descargado de hipocresías y en libertad de ser tú mismo. Esta cualidad atraerá a la gente.
Sexto, estas leyes te transformarán en un individuo más empático, lo que producirá vínculos más estrechos y satisfactorios con quienes te rodean.
Los seres humanos nacemos con un gran potencial para comprender a los demás en un nivel no meramente intelectual. Éste es un poder que nuestros más remotos antepasados desarrollaron y que nos enseña a intuir los estados de ánimo y sentimientos de otras personas mediante el hecho de verlos desde su perspectiva.
Estas leyes te instruirán para que saques a relucir ese poder latente en el mayor grado posible. Aprenderás a desprenderte poco a poco de tu incesante monólogo interior y a escuchar con atención. Te educarás para asumir el punto de vista ajeno tanto como sea posible. Usarás tu imaginación y experiencias para sentir lo que sienten los demás. Si describen algo doloroso, tienes tus propios momentos dolorosos a los que recurrir como analogía. No sólo serás intuitivo; la información que obtengas por ese medio empático será objeto de análisis, lo que te brindará un mayor discernimiento. Oscilarás sin cesar entre la empatía y el análisis y esto te permitirá poner al corriente tu capacidad de observación y aumentar la de ver el mundo a través de otros ojos. Notarás que de esta práctica habrá de emerger una sensación física de vinculación con la gente.
Necesitarás cierto grado de humildad en este proceso. Es imposible saber con exactitud qué piensan los demás, así que cometerás errores fácilmente, pero no te precipites a juzgar; mantente abierto al aprendizaje. Las personas son más complejas de lo que imaginas. Tu meta es percibir mejor su punto de vista. Este proceso será como el del músculo que se fortalece más cuanto más lo ejercitas.
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