Debatir la sociología. Gisela Zaremberg
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Como se observa, pareciera urgente encontrar y construir mejores soluciones a problemáticas altamente complejas que demandan miradas multi e interdisciplinarias articuladas desde las ciencias sociales; todo un desafío para quienes nos formamos y ejercemos como científicos sociales.
Uno de los principales puntos de partida del debate renovado e innovador que aquí presentamos es la convicción de que comprender los hechos y fenómenos sociales, lo mismo que los problemas públicos y sus soluciones, requiere de otras formas de enseñanza y producción del conocimiento científico. Algunas pautas para ello son la multidisciplinariedad, la convergencia del conocimiento, y la orientación a la resolución de problemas públicos.
En los tiempos que corren, la comprensión de los hechos, de los fenómenos sociales y de los problemas públicos mundiales, regionales y nacionales, necesitan del impulso y construcción de diversas miradas teórico-analíticas y multidisciplinarias en las ciencias sociales, no solo para dicha comprensión, sino también para identificar cuáles son los cambios, las trasformaciones y las rutas a seguir con miras a incrementar el beneficio público de nuestras sociedades. En este marco, destacan las perspectivas de análisis de política (policy analysis) junto con la emergencia de aproximaciones integrales de política pública denominadas estudios de políticas (policy studies), cuyos abordajes facilitan dar cuenta de la imbricación inherente entre el Estado, las políticas públicas y la política en todo proceso de decisiones gubernamentales orientadas a mitigar los problemas públicos.
El debate renovado e innovador de las ciencias sociales, como iniciativa de la Flacso México, se ha ido construyendo como un eje transversal de la agenda institucional de docencia e investigación, a propósito de refrendar nuestro compromiso de ser un referente y vanguardia a nivel regional, en un entorno de cambios globales, regionales y nacionales. De aquí la relevancia de considerar el conocimiento como motor de cambio, a manera de una ruta infinita y bidireccional entre la teoría y la construcción de formas inéditas de generar nueva evidencia respecto al conocimiento y entendimiento de los hechos y fenómenos sociales, como un proceso crucial e indispensable para la comprensión de los problemas públicos que vivimos y buscamos mitigar e incidir en sus posibilidades de resolución.
La idea de un debate renovado responde a varias necesidades:
— La de hacer un corte de caja de las teorías actualmente vigentes a la luz de los retos de conocimiento que nos impone una realidad crecientemente compleja.
— Pensar en la revisión de viejas teorías refiriéndolas a los fenómenos y problemas actuales.
— Pensar en teorías emergentes desde una perspectiva de la complejidad donde se involucren enfoques multidisciplinarios e interdisciplinarios, con las que además y sobre todo se construyan las rutas para la formación y la investigación. No podemos eludir la responsabilidad pública de repensar los modelos de formación y de investigación en el mediano y largo plazos.
Por su parte, la idea de un debate innovador tiene como uno de sus propósitos identificar y generar las condiciones para:
— Construir e impulsar nuevas aplicaciones del conocimiento para la comprensión, explicación y solución de problemas mundiales, regionales, nacionales y locales, mediante construcciones teórico-analíticas-metodológicas en las que el enfoque de política pública y las perspectivas emergentes de políticas tienen mucho que aportar.
— Identificar e impulsar formas innovadoras de coproducción del conocimiento en las ciencias sociales, para lo cual resulta crucial construir vínculos intelectuales y más estrechos entre los diversos espacios (academia, toma de decisiones, empresas y organizaciones de la sociedad civil) donde se generan distintos tipos de conocimiento.
— Identificar metodologías y técnicas que abonen al carácter y rigor científico de las ciencias sociales, destacándose aquí la necesidad de fortalecer la tríada teoría-método/metodologías-evidencia.
Se trata de una iniciativa en permanente construcción con la participación de nuestra comunidad académica, y ha ido cobrando vida mediante el establecimiento de una agenda académica institucional, de lo que ha sido una parte destacada la organización de diversos debates públicos iniciados en septiembre de 2018, en el marco del ingreso de la generación de estudiantes 2018-2021. Para inaugurar este ciclo escolar fue celebrada la mesa “¿Por qué un debate renovado de las ciencias sociales?”, con la participación de las doctoras Mónica Casalet, Alicia Puyana y Cecilia Bobes, y el doctor Rodrigo Salazar-Elena, todos investigadores de la Flacso México.
En esa ocasión, la doctora Alicia Puyana, abordando el tema “Por qué discutir los objetivos y métodos de las ciencias sociales”, reflexionó desde la economía “el impacto de los cambios y las crisis de las últimas décadas que develaron que las ciencias sociales no alertaron sobre sus efectos desestabilizadores para finalizar con los esfuerzos de ponderar el impacto de aplicar sin reserva teorías económicas gestadas en contextos para resolver problemas diferentes a los de América Latina”. Y estimó, durante su intervención, que las nuevas tareas fundamentales del quehacer académico son concretar un desarrollo científico útil para la agenda pública y sus políticas públicas, porque: “Los retos yacen más en la solución de los problemas públicos y menos en la creación del pensamiento social”.
Por su parte, la doctora Mónica Casalet presentó su reflexión “Las ciencias sociales frente al desafío de la cuarta revolución industrial”, buscando dilucidar de qué forma las ciencias sociales pueden intervenir para desarrollar nuevas estrategias de industrialización digital. Su análisis se orientó a responder las interrogantes que han resultado de la transición de una sociedad analógica a la transformación digital de la información generalizada a toda la sociedad. La digitalización centrada en la extensión del internet de las cosas (IoT, por su sigla en inglés), la inteligencia artificial, los macrodatos (big data), la computación en la nube, las plataformas digitales y los servicios de localización espacial, constituyen tecnologías facilitadoras de una etapa disruptiva, identificada como “distinta del pasado” por la velocidad, extensión e impacto en la sociedad. Este paradigma supone un desafío para las ciencias sociales en la evaluación de enfoques explicativos para una gestión de la multidisciplinariedad en la investigación y en la contribución de recomendaciones para orientar políticas industriales, sociales, de investigación y de formación para el futuro.
La doctora Cecilia Bobes, en su texto “Cómo los problemas nos obligan a renovar el debate: el desafío de la desigualdad”, reflexionaba, a partir del reconocimiento de la desigualdad como un problema profundamente complejo, acerca de la necesidad de “pensar en una forma creativa” de articular “la multidimensionalidad vertical entre individuos y horizontal entre grupos, la interdisciplinariedad y la confluencia de enfoques y métodos” y lo que ella denomina “perspectiva multiescala” para estudiar y analizar problemas como el mencionado de la desigualdad. Bobes colocaba en el centro del debate la necesidad de la adopción de abordajes inter y multidisciplinarios de los temas prioritarios de las agendas públicas desde la diversidad de las ciencias sociales, y defendía la idea de que esta articulación no tenía que darse solo entre campos afines, sino abarcar incluso la “interrelación con las otras ciencias que no son sociales”.
Para finalizar, el doctor Rodrigo Salazar-Elena, en su intervención “La revolución de la validez en las ciencias sociales”, sostenía que a estas actualmente se les cuestiona en su rigurosidad científica y las distintas rutas