Plantas de Canarias. Peter Schönfelder

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Plantas de Canarias - Peter Schönfelder Guías de Naturaleza

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isla mayor, más poblada y de mayor altitud es Tenerife. Desde el punto de vista botánico, esta isla es también la más diversa, pues aquí encontramos todos los pisos de vegetación bien representados, desde las costas arenosas y rocosas hasta las regiones alpinas de la cumbre del Teide, careciendo únicamente de los vastos paisajes de dunas de las islas orientales. Tenemos extensas muestras de cardonal-tabaibal tanto en la vertiente sur como en una estrecha franja de la costa norte. El bosque termoesclerófilo está representado por el palmeral canario, por ejemplo en el Barranco de San Andrés, por almacigares, como cerca de Garachico, o el sabinar, sobre Afur. Los bosques de laurisilva y de fayal-brezal existen en las áreas de Teno y de Anaga, en las que los diversos senderos permiten observar especies de interés. Bosques de pino canario de todos los grupos de edad flanquean la cumbre entre La Laguna y el Parque Nacional del Teide. Como la silvicultura actualmente solo se practica a pequeña escala, en las últimas décadas los bosques han proliferado sin trabas. También en la vertiente sur, en torno a Vilaflor, o en la vertiente norte, sobre Aguamansa, podemos encontrar amplias poblaciones de pino canario. El Parque Nacional del Teide, con una buena red de senderos, alberga muestras de matorral subalpino.

      Gran Canaria es después de Tenerife y Fuerteventura la isla de mayor extensión, siendo conocida sobre todo por la extensa zona de dunas de Maspalomas. La isla carece de grandes bosques de laurisilva, quedando unos pocos vestigios en el valle de Moya, si bien se está trabajando en su reconstrucción. Sin embargo, los bosques de pino del centro son impresionantes. El Pinar de Tamadaba da cobijo a una serie de peculiaridades botánicas que merecen la pena visitarse. A pesar de que Gran Canaria posee algunos picos elevados, la isla carece de los pisos alpino y subalpino en general. Algo especial, botánicamente, son los acantilados de Andén Verde, situados en el oeste de la isla.

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       El Roque Nublo (Gran Canaria)

      Fuerteventura se halla situada a solo 120 km del continente africano, siendo en su mayor parte semidesértica, al igual que Lanzarote. Es la isla más antigua del archipiélago y está fuertemente marcada por la erosión y las formas paisajísticas suaves. El prolongado e intensivo pastoreo ha provocado que la isla se haya degradado en extremo. En el norte, cerca de Corralejo, observamos vastos paisajes de dunas con su flora característica, así como en el sur, en La Pared. La península de Jandía da cobijo a algunos interesantes endemismos y en su región montañosa también están presentes algunas especies de la laurisilva. En invierno, tras las esporádicas lluvias, toda la isla se vuelve verde y florida. Al noreste hallamos el islote de Lobos, que bien merece una excursión.

      La isla de Lanzarote, la más nororiental, es apreciada por sus playas de arena negra y su clima con escasas precipitaciones, porque los alisios pasan por encima de ella. Desde el punto de vista botánico, destacan sobre todo las elevaciones septentrionales. El camino que discurre por las escarpadas pendientes de los Riscos de Famara hoy en día está cortado, pero muestra especies y panorámicas de gran interés. Frente a las costas septentrionales, la isla de La Graciosa es de fácil acceso, pero no así los pequeños islotes deshabitados. El Parque Nacional de Timanfaya muestra fenómenos de vulcanismo jóven, originados por potentes erupciones que se han ido produciendo desde 1730.

       Uso de esta guía

      Este libro está estructurado según los pisos de vegetación, que van desde el litoral hasta las más altas cumbres. Si se busca una planta determinada, lo más recomendable es empezar por el piso en cuestión en el que se haya observado ésta. En primer lugar, se expone una breve descripción para cada piso, después se reseñan las especies más interesantes en sucesión sistemática (según APG IV, 2016, el nuevo sistema de clasificación de plantas con flores usado actualmente en tratados florísticos), de modo que las especies emparentadas vayan juntas. Todas las plantas tienen una determinada valencia ecológica, por lo que también se pueden localizar en un piso de vegetación adyacente. En las especies más raras, se remite al lector a libros de consulta más completos.

      Cada especie va acompañada de un símbolo de protección de la naturaleza (véase pág. 12) y se menciona en qué islas del archipiélago se encuentra. A continuación, aparece el nombre castellano de la planta y el nombre científico generalmente aceptado. Los nombres comunes se basan principalmente en el libro de Machado y Morera (2005) sobre la materia, si bien en cada isla suelen existir otras denominaciones populares de uso habitual. Por último, aparecen las denominaciones en castellano y el nombre científico de la familia de plantas, la altura y el periodo de floración principal (en números romanos I–XII). Junto al encabezado se incluye un detalle característico (normalmente la flor) de la especie principal.

      Se incluye una sección en negrita con información general sobre la especie, y en ocasiones con las aplicaciones (antiguas) que la planta tenía en la medicina popular canaria, sin que ello suponga una recomendación de uso. La descripción empieza con la forma biológica y cita sus características más destacadas para su identificación. A continuación, entre paréntesis, se reseña si es una especie que únicamente crece en las Canarias (endemismo) o bien tiene una distribución más amplia. En muchas ocasiones se cita una segunda especie emparentada o similar a la primera (“otra especie”), que se describe brevemente y se ilustra mediante una pequeña fotografía. Las diferencias de tamaño y periodo de floración solo se mencionan cuando difieren significativamente. En ocasiones, esta otra especie puede pertenecer a otro piso de vegetación, lo que ocurre con frecuencia en el caso de los matorrales subalpinos.

       Costas arenosas, dunas

      El litoral canario presenta extensiones de arena principalmente en sus tres islas orientales mayores, donde se puede disfrutar de playas de arena clara enmarcadas en un extenso paisaje dunar. Mientras que en Lanzarote las playas suelen ser pequeñas, como por ejemplo las de Papagayo, en Fuerteventura y Gran Canaria éstas ocupan amplias superficies, entre las que destacan las dunas de Maspalomas en Gran Canaria. Estas playas no están formadas por arena del Sáhara, sino que ésta procede de las conchas calizas de moluscos, corales y algas calcáreas trituradas por el mar. En Tenerife solo encontramos dunas de reducido tamaño, como las de El Médano. Por el contrario, la amplia playa de baño artificial de Las Teresitas, al noreste de Santa Cruz, está compuesta de arena amarilla del Sáhara transportada desde las costas africanas con barcos. Aquí crecen sobre todo plantas ornamentales. Las playas de las islas occidentales son más reducidas y presentan normalmente una arena más oscura, procedente de rocas de origen volcánico, que no suele formar dunas.

      Las playas y dunas de las islas orientales son pobres en vegetación. Son caracteristicos los matorrales de balancón (Traganum moquinii) que estabilizan las crestas de muchas dunas, con escasa presencia de otras plantas. Algunas especies tienen un origen mediterráneo, como la corregüela marina (Polygonum maritimum), la lechetrezna de playa (Euphorbia paralias) y el rábano marino (Cakile maritima). La juncia marina (Cyperus capitatus), también presente en el área mediterránea, suele crecer en dunas consolidadas.

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       Dunas de Maspalomas, Gran Canaria

       Costas arenosas, dunas

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      Cebollín estrellado de jable

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