Formación integral universitaria. Jorge Eliécer Martínez Posada
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1. Eventos que motivan el pensamiento crítico (por la frustración o la inconformidad): si bien se enunciaron algunos eventos históricos, económicos y políticos que marcaron la historia nacional del último siglo, no se evidenció un conocimiento profundo de estos (actores, causas, consecuencias). No obstante, se expusieron para justificar el desinterés sobre lo político, la búsqueda de una posición crítica o el desprecio hacia los partidos políticos implicados. Fue recurrente la mención al periodo del
2. Experiencias significativas en el bachillerato, instituciones u organizaciones: algunos relatos desvelaron el conocimiento de los hechos en el colegio o en campos del saber disciplinar, como instituciones u organizaciones. Resultó interesante el conocer en profundidad la historia de la posición del Movimiento 19 de abril (1970-1990) en la política. Frente al auge del narcotráfico, los relatos indicaron que los jóvenes aprendieron sobre este con un discurso de los medios enfocado en la presencia del tráfico de drogas que afectaba el país. Por otra parte, en la experiencia escolar ellos aprendieron a aproximarse a la Constitución Política de Colombia de 1991. También en la escuela la mayoría conoció acerca de Jaime Garzón, su asesinato y la indignación que produjo el hecho. Los jóvenes refirieron que en la educación básica y media obtuvieron información sobre la comunidad de lesbianas, gais, transexuales, bisexuales e intersexuales (LGTBI), la promoción de su reconocimiento y la aceptación de la diversidad. Sobre los acuerdos de paz que se han firmado, la estadía en los colegios proyectó para ellos la tolerancia y el respeto, mediante la Cátedra de la Paz y la lectura de los pactos.
3. Colectividades religiosas: los jóvenes reconocieron la influencia de la Iglesia católica en los hechos históricos. Su vinculación con algunas experiencias religiosas define su forma de valorar las masacres, el desplazamiento forzado y otros hechos asociados al conflicto armado; también la incidencia de la familia en la manera de ver esos eventos. Por otra parte, los jóvenes expresaron que la visita del papa Juan Pablo II a Colombia en 1986 se reitera y recuerda en las familias y los colegios, con el sustento de que las creencias religiosas se activaron con ese hecho y generaron unión nacional. Sobre la Constitución de 1991 aparecieron posturas contrarias: por un lado, en las iglesias se promociona que el país se debe regir por la religión, por el otro, se defiende que la Constitución ratifica a Colombia como una nación laica4.
4. Representaciones de las familias sobre los hechos históricos, mediante las cuales se transfieren valores (el pasado como referente): los saberes de los campos político y ciudadano de los jóvenes se conectan con las historias familiares, las experiencias y los pensamientos del círculo social. Estos “valores” familiares y sociales influyen en su rechazo a los hechos violentos y en su aceptación —o no— de los actores políticos y sociales, de las formas de pensar diferente. Así, en las familias los jóvenes aprendieron a rechazar los hechos violentos del periodo del auge del narcotráfico y crearon vínculos con las religiones, los cuales afectan sus pensamientos políticos y ciudadanos.
5. Colectivos políticos: en los jóvenes, el conocer el pensamiento de estos colectivos creó una forma diferente de ver los hechos, así como el estar al tanto de las distintas desmovilizaciones de guerrillas en el país. Ellos evidenciaron tener poca información de la Unión Patriótica y del genocidio, pero quienes indicaron conocerlos mostraron una oposición a los ideales políticos tradicionales; eso hace que se separe el pueblo del Estado y se cree indiferencia hacia la participación política. Con base en esto, se dio una crítica a las irregularidades en las que incurren los partidos políticos e inconformidad ante lo que representan en la nación. También se reveló la promoción de la defensa de los derechos por medio de grupos o marchas “en conjunto”.
6. Indiferencia crítica ante los colectivos partidistas o políticos: en conexión con el punto anterior, se identificaron acciones y pensamientos de los jóvenes contrarios a los partidos políticos. Se dio una crítica constante a la política por como ha llevado a los hechos y sus efectos. Por otra parte, la visita del papa Juan Pablo II los hace pensar en la religión como un aspecto que limita el pensamiento crítico a las formas tradicionales de gobierno.
7. Acciones ciudadanas: los jóvenes reconocieron la influencia de algunas acciones ciudadanas en la búsqueda de la verdad y en los sentidos o motivos de los eventos históricos, lo que influyó en su decisión de tenerlos en cuenta como hechos importantes. En general, generó expectativa el conocer la historia de los exmiembros de las guerrillas. Por otro lado, los valores religiosos se mostraron como influyentes para participar en actos sociales y ciudadanos. Se reconoció que la Constitución de 1991 da más posibilidades de participación ciudadana y política. Sobre la difusión del asesinato de Jaime Garzón a través de los medios de comunicación, se suscitó el pensamiento crítico al cuestionarse sobre problemáticas y fenómenos sociales, y se promovió la participación ciudadana, por medio del discurso crítico ante la sociedad. Frente a las acciones del acuerdo de paz firmado con las FARC, se reconoció la motivación de incluir a todos, sin tener en cuenta su pasado en Colombia.
8. Participación en la política alternativa o crítica: algunos jóvenes mostraron interés por participar en la política para intentar cambiar la situación del país con pensamientos críticos. Ante el genocidio de la Unión Patriótica, persistió una negación ante la visión de que sus miembros fallecieron. Por otra parte, hubo expectativa cuando se habló de la presentación de nuevos partidos políticos para alcanzar un cambio.
Es interesante el hecho de que una buena parte de los sucesos mencionados en los relatos se relaciona con asesinatos, muertes por conflictos económicos y políticos o eventos de largo tiempo que desvelan la pugna por el control a partir del ejercicio militar. En este punto, se destaca que el sujeto se constituye en su capacidad de individuación para liberarse de los poderes que imperan, el mercado y el neoliberalismo (Touraine, 1997).
Formación y subjetividades políticas y ciudadanas
En el texto introductorio para motivar la escritura de los relatos autobiográficos se usó la expresión “formación”. Luego, se cayó en cuenta de que esa palabra dirigió el lenguaje al narrar experiencias en procesos educativos familiares, escolares o de colectividades religiosas, políticas, musicales; algunos mencionaron organizaciones sociales e, incluso, experiencias más contradictorias, como “falsos positivos”. Es decir, la palabra “formación” se cargó con un valor positivo, por esto, emergieron contextos valorados de manera positiva, como las unidades familiares o los primeros procesos escolares, los cuales se identificaron a modo de responsables de la formación de las posiciones políticas.
Asimismo, se enunciaron sujetos “positivados”, como “madre”, “padre”, “abuelo”, “profesor”, aludidos como autoridades en el proceso de formación: su sola mención se usó para darle una incuestionable verdad a la formación recibida. En suma, el nombrar a la familia y la escuela evidenció la influencia de estas en la vida y educación de cada estudiante, y desveló un vínculo emocional e intelectual con sus acciones políticas; a partir de estas, surgieron conocimientos y perspectivas de las formas de vida.
No obstante, algunos usaron expresiones como “soy apolítico, no me interesa [la política], no me gusta, me molesta, nunca he estado en nada”, para dar cuenta de reflexiones internas en las que los discursos dominantes de la política los frustran y desde donde hacen resistencia. De hecho, ellos reconocieron que la masiva información de los medios que reitera una única idea de política sujeta a personalidades controvertidas del país ayuda a