Planeamiento estratégico. Manuel Ramos Topham
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Introducción
Esta primera unidad es fundamental para entender el proceso de planificación estratégica. Se revisarán temas tan importantes como el planeamiento estratégico, su importancia, cómo éste debe asegurar la diferenciación de la empresa y, se describirá dicho proceso en su totalidad.
De esta forma se sensibilizará al lector y este entenderá lo importante que es planificar para una empresa. La unidad será una primera toma de contacto con el proceso de planificación y se empezarán a mostrar los primeros conceptos y las primeras herramientas que facilitarán el proceso de planificación. Esta unidad será una toma de contacto entre el lector y el proceso de planificación que durante todo el libro será protagonista. Los primeros capítulos y las primeras lecturas invitarán a seguir leyendo, avanzando y profundizando en el conocimiento.
Capítulo 1: Planeamiento estratégico, importancia y necesidad para asegurar la diferenciación
Objetivos
• Entender la importancia de la planificación estratégica.
• Comprender los temas que se tratan en el proceso de planificación y en el libro.
Resumen
Las personas, los equipos deportivos, el Estado y las empresas planifican, o deberían hacerlo. Lo que sucede es que, en ocasiones, no saben lo que significa o lo que implica planificar. Sienten que calculando unos números o haciendo un “presupuesto” están planificando. Nada más lejos de la realidad.
Planificar tiene que ver con soñar (la visión), con analizar una situación actual en la que hay temas que se controlan y otros que no. Planificar tiene que ver con establecer objetivos y con poner los medios para conseguirlos. Planificar tiene que ver, sobre todo, con diferenciarse del resto. Esto es fundamental. Si no hay algo que diferencia a la persona, al equipo deportivo, al Estado o a la empresa, ¿por qué debería ser elegida? ¿Por qué una mujer elegiría a un hombre o un hombre a una mujer si es igual a las demás? ¿Por qué un equipo de fútbol ganaría un campeonato si es igual a los otros equipos? Y ¿por qué un cliente elegiría a una empresa y no a la otra si todas son iguales? Para la última pregunta la respuesta es clara: por el precio.
Sin embargo, planificar no es suficiente. Es importante ejecutar el plan, distribuir los recursos necesarios para hacerlo realidad y, además, es fundamental hacerle seguimiento al plan para así tomar las medidas correctivas necesarias durante el año.
Planificar es una obligación
El tráfico es infernal. Recorrer dos kilómetros en auto toma 60 minutos. Los semáforos son simples adornos y la policía de tránsito trata de poner algo de orden en cada esquina. Las ambulancias o los bomberos sufren, porque, a pesar de sus buenas intenciones, no son capaces de hacer su trabajo. Los estacionamientos brillan por su ausencia. El servicio de limpieza es pura ficción. Sólo el 15% de la ciudad está debidamente atendida. Los cortes de luz y de agua son constantes. El estadio está en medio de la ciudad y cada partido de fútbol suma al caos. Además, se siguen construyendo edificios, centros comerciales, hoteles y cualquier otra cosa que requiera cemento, hormigón, espacio y recursos. Cualquier parecido a la realidad de su ciudad es pura coincidencia.
¿Por qué sucede esto? ¿Se pudo evitar? ¿Se puede evitar que siga pasando? ¿Cómo? Las respuestas son simples: por falta de planificación: sí, sí, y respondiendo a la última pregunta: planificando. ¿Puede darse una situación similar en las empresas? Rotundamente: sí. Al igual que en el ejemplo que ilustré arriba, una empresa puede operar sin planificar. El problema es que la falta de rumbo, orden y sobre todo, el conformismo de la organización, su pasividad y que no haga nada para diferenciarse, sólo pueden llevar a la compañía al fracaso.
Las ciudades, los países, las empresas, las familias, usted, y yo, debemos planificar. Debemos hacerlo para tener claro dónde estamos, quiénes somos, cómo nos diferenciamos, qué podemos alcanzar, y cómo podemos lograr nuestros sueños. Es tan sencillo como eso. Según Boulton et al (1984), si bien el número de empresas que planifican no aumenta, lo que sí sucede es que planifican mejor.
Independientemente de para lo que se vaya a planificar: una empresa, un área, una ciudad o una persona, las etapas son similares. Un plan estratégico incluye la visión, la misión y los valores, el análisis de la situación, un diagnóstico que prioriza y resume dicho análisis, la definición de la ventaja competitiva sostenible en el tiempo y la formulación estratégica en la que se definen los objetivos, la segmentación, el posicionamiento y las estrategias.
Al final, todo este supuesto caos tiene remedio, y es sencillo. Sólo hay que dar un paso atrás y planificar. Pero ojo, la ejecución del plan no garantiza nada, pero no planificar, garantiza el fracaso.
Ilustración 1: Proceso de planeamiento estratégico y siguientes pasos
Conclusiones
Se puede dudar sobre qué modelo de planificación se debe emplear o sobre qué personas se deben incluir en el proceso. Pero no se puede tener dudas sobre la necesidad de planificar. ¿Planificar o no?, debe ser una pregunta que nunca se deben hacer las empresas.
Planificar es sinónimo de soñar, de establecer objetivos y de poner los medios necesarios para lograr ese “sueño” y los objetivos. Pero el planeamiento estratégico, sobre todo, tiene que ver con diferenciar a la compañía. La diferenciación es fundamental si se quiere desviar la atención del precio.
Capítulo 2: Proceso de planeamiento estratégico
Objetivos
• Entender el proceso de planeamiento estratégico como modelo.
• Empezar a comprender las diferentes partes que se incluyen en el modelo de planeamiento estratégico.
Resumen
Como todo lo importante y lo que se hace de manera permanente en las empresas, la planificación estratégica requiere de un proceso claro y estructurado. Este proceso lo debe conocer la organización y, sobre todo, ésta debe entender la importancia del mismo y los beneficios que se obtienen al realizar el esfuerzo que requiere.
El proceso de planificación estratégica incluye cuatro partes. La primera tiene que ver con la definición de la visión, la misión y los valores. A continuación, se realiza el análisis de la situación. De dicho análisis se prioriza lo más importante para luego definir la ventaja competitiva sostenible en el tiempo. Finalmente, se realiza la formulación estratégica. Esto último incluye la definición de los objetivos, del segmento al que se dirigirá la compañía, del posicionamiento y de las estrategias de la empresa.
La decisión de realizar un plan estratégico
“Ser, o no ser”, se pregunta Hamlet. Existir o dejar de existir, vivir o no, era lo que pasaba por la cabeza del príncipe creado por Shakespeare. Cuando en las empresas se preguntan si deben o no hacer el plan estratégico, están haciéndose exactamente la misma pregunta que la principesca figura de Shakespeare, “ser, o no ser”, vivir o morir. Las empresas necesitan planificar para vivir, para ser y,