Narrativa(s) en ficción televisiva y cinematográfica. Sergio Cobos-Durán
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La serie australiana The Slap (2011) propone una estructura de historias atómicas relacionadas por coordinación en cada uno de sus episodios (centrado en uno de los personajes), conformando entre todos la historia general de la serie. SKAM (2015-2017) construye cada temporada en torno a uno de sus personajes principales y, por tanto, creando historias atómicas diferentes pero relacionadas entre sí. De una forma muy similar, Fargo mantiene en cada temporada un nexo de unión, un enlace, con lo anterior que nos hace catalogarlas como historias atómicas relacionadas por coordinación antes que como independientes, si bien la diferencia es muy débil. Skins es muy similar pero cada historia atómica se mantiene durante dos temporadas. En ambos casos, uno de los personajes de la primera historia es el nexo de unión para la siguiente.
B. Historias atómicas relacionadas por subordinación
Existe una historia de origen a la que se supeditan o de la que dependen otras historias desarrolladas en el discurso. Se establece, por tanto, un núcleo central o historia atómica principal de la que se desprenden una o más historias atómicas subordinadas. En la película Animales nocturnos (2016) se presentan dos historias: la historia del personaje de Susan Morrow que lee el libro de Edward Sheffield. De esta forma tenemos una historia atómica subordinada (la narrada en el libro) que se desarrolla en una diégesis diferente y que se desprende de una principal en la que el personaje de Susan está leyendo la novela.
La construcción mediante flashbacks o flashforwards también es muy típica de una estructura de historias atómicas subordinadas. Así, en la serie Perdidos (2004-2010) tendríamos una historia atómica subordinada por cada una de las historias del pasado de los personajes. Igualmente ocurre en la película de Titanic (1997) o en Eduardo manostijeras (1990), donde la historia atómica principal en la que Kim lee el cuento es una mera excusa para presentar la historia atómica subordinada. A veces, las historias atómicas subordinadas tienen mucho menos peso narrativo, como la película “Amante menguante” que va a ver el personaje de Benigno en la película Hable con ella (2002), las diferentes historias narradas en Desmontando a Harry (1997), o las micronarraciones que pueden verse en Pollo con ciruelas (2011).
C. Historias atómicas relacionadas en torno a un eje
Estas historias tienen un fuerte grado de independencia, salvo por un elemento que actúa como un hilo narrativo o eje que conecta las historias atómicas entre sí. Un ejemplo de esto es el botones de la película Four Rooms (1995) que actúa como eje que conecta las tres historias atómicas que vemos en la película. El personaje interpretado por Tim Roth descubre las tres historias que se están desarrollando en las tres habitaciones. De una forma similar, el hotel de la película Mystery Train (1989) es el eje en torno al cual se desarrollan tres historias que acontecen en ese espacio y que no tienen ninguna relación entre ellas. En Héroe (2002), es la llegada del personaje de Sin nombre la que da sentido a la narración de las otras tres historias que se desarrollan y que emula la estructura de otra película con la misma estructura: Rashomon (1950).
La serie Room 104 sigue también esta estructura de historias atómicas pero de una forma episódica. Los doce episodios que componen la primera temporada presentan doce historias que se desarrollan en la habitación número 104 de un motel.
Una estructura de la que también se hacen eco series documentales contemporáneas, como es el caso de Chef’s Table (2015), donde cada episodio se desarrolla de manera autónoma alrededor de un tipo de cocina. De ese modo son cocineros reconocidos los que van a protagonizar cada uno de los capítulos. En función del país o del tipo de cocina cada uno de ellos se estructura de manera diferente.
D. Historias atómicas relacionadas en abismo
En estos casos, se enlazan en abismo diferentes historias narradas a modo de cajas chinas (una historia “encierra” a la siguiente). Es decir, cada historia descubre una nueva historia que lleva al descubrimiento de otra historia y así sucesivamente. Aunque estas estructuras son raras de encontrar, un ejemplo de esto puede verse en la película El gran Hotel Budapest (2014) donde se desarrollan, al menos, cuatro historias, algunas en lo que parecen diégesis diferentes. (1) En la primera una chica lee un libro sobre la historia del Gran Hotel Budapest. Esto sirve de introducción a (2) otra historia en la que conocemos al autor del libro (3) contando la historia de cuando llegó por vez primera al hotel y se encontró a Zero Moustafa, quien, a su vez, le narró (4) la historia de cómo se convirtió en el dueño del hotel.
Esta estructura, de origen literaria, tiene como máxima expresión Las mil y una noches. De igual modo, en el tríptico de Miguel Gomes titulado también As Mil e uma Noites (2015), se observa la misma puesta en abismo, narrando múltiples historias que se van desarrollando en diégesis diferentes. Igualmente, puede observarse una estructura similar en el filme Big Fish (2003) de Tim Burton.
1.4. Narraciones Transmedia
Antes hablábamos de las narraciones que comparten un mismo universo o diégesis. El incremento de productoras, canales y plataformas en la industria audiovisual ha multiplicado el número de productos seriales de ficción en los últimos años y los universos se están extendiendo más allá de sus discursos originales como hemos visto. Hoy en día, lo interesante ya no son las historias y los personajes, sino los universos en los que se pueden desarrollar. Cuando una diégesis se expande en medios diferentes al original para seguir profundizando y ampliando el universo y contar otras historias hablamos de narraciones transmedia. En este contexto, Henry Jenkins (2013) define la narración transmedia para designar
un proceso en el que los elementos integrales de una obra de ficción se esparcen sistemáticamente a través de muchos canales de distribución con el propósito de crear una experiencia de entretenimiento unificada y coordinada. Lo ideal es que cada medio proporcione su propia contribución original al desarrollo de la historia.
Para ilustrar esta definición, Jenkins (2013) habla de la saga de películas Matrix:
las piezas clave de información se transmiten a través de tres películas de imagen real, una serie de cortos animados, dos colecciones de historias de comic, y varios videojuegos. No hay una sola fuente o texto plenamente abarcador al que uno pueda referirse para adquirir toda la información requerida para comprender el universo de Matrix.
Star Wars es un buen ejemplo de narración transmedia (ahora, además, intergeneracional) que despliega diferentes historias a través de diferentes medios, todos ellos enriqueciendo el universo galáctico concebido por George Lucas. De este modo, no existe una historia única sino muchas historias que ocurren en el mismo universo y que se cuentan en diferentes discursos. Hoy, tras la adquisición por parte de Disney, la experiencia completa y canon (oficial) de la historia global de Lucas implica no solo consumir la saga cinematográfica original sino, además, las series animadas (The Clone Wars,