Fiesta y drama. Varios autores
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El trabajo colectivo en el sistema de asentamiento campesino fue muy valorado por los campesinos asentados, desde el momento en que se formaron los asentamientos y se elegían democráticamente los dirigentes de los mismos; existió la conciencia de que debían trabajar, producir la tierra, pues estaban aportando a la economía nacional y solventando las necesidades de ellos mismos. Se formaban Comités de Producción, los que se encargaban de coordinar lo relativo a una determinada área productiva, tal como lechería, agricultura, explotación maderera, etc. Los asentamientos contaron con la ayuda y el apoyo técnico requerido a través de los técnicos agrícolas, funcionarios de la CORA, que los orientaban en materias de producción.
La vida en comunidad que se vivía en este espacio de producción y organización fue muy favorable para los campesinos asentados, así lo recuerda don Manuel Quilaqueo, quien nos cuenta que «aquí nosotros trabajábamos muy bien, no había problema, no habían vicios, era responsable la gente»64. La organización democrática de este espacio es apreciada por don Jorge Fuentes Espinoza, excampesino asentado y exdirigente sindical, quien nos dice que: «todas las decisiones se tomaban de forma democrática, en tranquilidad, todo en común acuerdo, todos apoyaban, porque nunca hacíamos acuerdos para destrucción, sino para cosas buenas, para ir avanzando cada día más»65.
La comuna de Los Lagos destacó por la eficiente producción especialmente de trigo, remolacha y avena. Los asentamientos se organizaron de tal manera que lograron, la mayoría de ellos, cumplir con las metas de producción y solventar los gastos de insumos y sueldos, también para responder con la deuda que contraían con el Banco del Estado en ese periodo. Don Francisco Guajardo, subdelegado comunal en el gobierno de la Unidad Popular, señala que hacia el año 1973, Los Lagos lideraba el ranking de productores de trigo en esa temporada; se sembraron cerca de 2.500 hectáreas de trigo:«… para poder dar cumplimiento a esto, como autoridades (…) teníamos que ir al campo, conversar con los 5 ó 6 representantes de cada asentamiento y decirles que la tarea era hacer producir la tierra, no era para tenerla tirada, se expropió esta tierra para hacerla producir más que cuando estaban en manos de propietarios, los patrones (…) tenemos la tierra y debemos poner el esfuerzo para producir, de lo contrario nadie nos va a venir a dar…»66.
Lo significativo de la reforma agraria para los campesinos asentados de la comuna de Los Lagos en los años de la Unidad Popular se puede visualizar también en la creciente organización sindical que se llevó a cabo en aquel periodo. En la comuna se lograron organizar cuatro sindicatos agrícolas: sindicato «Esperanza del Sur», sindicato «El Despertar Campesino», «Venceremos Unidos» y el sindicato «Porvenir». La situación previa a 1970 mostraba a una sociedad rural escasamente organizada en la actividad sindical; al respecto, don Alberto Chacón, exfuncionario de la CORA, nos dice: «Bueno, aquí en Los Lagos, hasta ese momento la parte sindical poco se conocía, o sea en las zonas rurales; claro que en las áreas urbanas había empresas que fomentaban la sindicalización, pero en la parte rural no se conocía mucho, porque al patrón no le convenía y por desconocimiento de los propios trabajadores, tampoco se organizaban… entonces había un adormecimiento y no se avanzaba en ese aspecto»67.
En relación a la labor ejercida por los sindicatos, don Rodolfo Rojas, excampesino asentado y dirigente del asentamiento «Los Valientes de Santa Julia», nos cuenta: «Yo por mi parte hallaba bueno tener representación…muchas cosas se hacían por medio de los sindicatos… yo hallaba que era bueno, muy bueno que hubiera un intermediario, era más fácil… los sindicatos se ayudaban unos con otros, fue bueno, fue un apoyo…»68. Así también lo recuerda don Joel Leal, excampesino asentado, al contarnos sobre las gestiones que realizaban los sindicatos en apoyo a los asentamientos y a los campesinos, «aquí recibimos mucho apoyo de los sindicatos, todos los meses se hacían reuniones, se daban a conocer las metas… todo se hacía a través de una asamblea, cuánta era la producción de leña, madera, y todo tipo de cosechas»69.
La labor de los dirigentes campesinos de los asentamientos y de los sindicatos agrícolas fue muy importante durante este periodo, pues ofrecieron apoyo y orientación en cuanto al trabajo, motivándolos a elevar el nivel de producción de los campos, promoviendo la cooperación mutua y sirviendo de representantes de los campesinos en el ejercicio de sus derechos.
Así, la reforma agraria permitió al campesino visualizar críticamente su condición de campesino apatronado y semimarginado de la sociedad chilena, así como su derecho histórico a la propiedad de la tierra. Desde el inicio del proceso de Reforma Agraria en la comuna, este fue visto como una oportunidad real de acceso a la tierra, en un sentido de colectividad, es decir, para trabajarla organizadamente, en este caso en el sistema de asentamientos campesinos.
La nueva situación que caracterizó la vida de los campesinos asentados en la comuna de Los Lagos, de la mano de la Reforma Agraria, contribuyó al fortalecimiento de la propia identidad campesina, proceso que se caracterizó por el logro de la igualdad y la justicia que tanto se había difundido. Los campesinos pasaron a transformase en los nuevos actores sociales, conscientes del proceso que estaban viviendo y con nuevas y mejores expectativas de vida y de trabajo, situación que se manifestó en la creciente participación en la actividad sindical que tuvieron los campesinos asentados de la comuna de Los Lagos durante los años de la Unidad Popular.
Sin embargo, el intenso proceso llevado a cabo en la comuna de Los Lagos durante los años de la Unidad Popular se vio abruptamente interrumpido con la intervención de la dictadura militar, comenzando a gestarse un nuevo escenario político, social y económico en la zona, caracterizado por la represión a los dirigentes de asentamientos y sindicatos, y la trasformación en el sistema de asignación de la tierra. La interrupción del proceso de reforma agraria en la comuna de Los Lagos provocó un gran impacto en las vidas de los campesinos asentados y los dirigentes, pues significó una transformación, un retroceso de todo lo logrado hasta ese periodo. En relación a la intervención de la dictadura en el proceso, don Alberto Chacón, exfuncionario de la CORA, nos señala que: «El golpe de Estado fue un quiebre totalmente brusco, un golpe represivo, un golpe a todas las personas, que detuvo abruptamente todo lo que se había echado a andar en el campo, la producción, los créditos, con el golpe se viene todo abajo»70.
Si bien varios asentamientos campesinos en la comuna de Los Lagos siguieron funcionando por dos o tres años después del golpe, la realidad que caracterizó el trabajo y las relaciones de los campesinos en este sistema de tenencia de tierra sufrió abruptas transformaciones. En un breve tiempo comenzó a desarticularse la organización sindical, se originaron cambios en los funcionarios de la CORA y en los dirigentes de asentamientos. Sumado a todo esto, comienza a efectivizarse la asignación de tierra de manera individual, lo cual produjo entre los asentados un hondo desconcierto, puesto que la falta de apoyo por parte del Estado los dejó entregados a su suerte, sin tener acceso a créditos para continuar produciendo sus predios y sin asistencia técnica, dificultando gravemente las posibilidades de gestión adecuada de sus tierras. Esta situación los llevó a desprenderse de aquello por lo cual tanto habían luchado: la tierra. Así lo recuerda don Santiago Acuña, exfuncionario de la CORA, al contarnos que: «A poco andar un alto porcentaje