Pensar, debatir y aportar a las relaciones internacionales. Varios autores

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sea en la producción ortodoxa o heterodoxa.

      La demanda –en RR.II. de pronto más aún que en otros mercados– depende del presupuesto público o de grupos de interés cuyo alcance traspasa las fronteras. En una sociedad de Estado, el exilio, o grado de pertenencia al grupo, se mide por la intensidad de las interacciones con los demás miembros de la sociedad (Buzan y Wæver, 2003). Como la disciplina tiene el propósito de interpretar estas interacciones, los académicos que, en su estrategia de supervivencia, dependen de los Estados que menos interacciones tienen, deben multiplicar sus fuentes de ingreso, dejando a un lado el circuito altamente competitivo de la disciplina tal como es estandarizado, para explorar mercados conexos como la consultoría o las actividades paraacadémicas. Cuando de mercado de ideas se trata, en América Latina, basándose en el SJR (2019) una serie de revistas científicas que incluyen en sus temas centrales a los de RR.II. son de alto impacto13, diez entre Q2 y Q3, entre las que dos, tratan temas económicos y una temas de derecho internacional. Para el mismo año 2018, 48 revistas se valorizaron entre Q2 y Q3 para América del Norte, y 33 en Q1. Entre las revistas latinoamericanas de mayor impacto: 6 son revistas de universidades públicas, tres revistas de dos universidades privadas y una de un centro de pensamiento. Se pueden citar a Política y Gobierno en México, la Revista de Ciencia Política de Chile, la Revista Brasilera de Política Internacional, Utopía y Praxis Latinoamericana en Venezuela y, en Colombia, la revista Colombia Internacional, de la Universidad de los Andes, y la revista Análisis Político de la Universidad Nacional. Sin mencionar los estándares de publicación, generalmente dos estrategias se proponen en esas revistas: mantener un debate diverso sobre temáticas de la “comunidad académica global”, así se posicionan las universidades privadas; o fijar una línea editorial sesgada que restringe las condiciones de acceso a unos pocos, una elección que solo las universidades que no dependen del mercado pueden generalmente asumir. En América Latina, poco mercado hay para la creación de espacios académicos tal como el que Alioune Diop creó con Présence Africaine.

      CONCLUSIÓN

      En el momento de histéresis que atraviesa la disciplina, las condiciones del mercado académico son el factor determinante en el mantenimiento de la doxa de RR.II. Sin embargo, eso no supone que no se adapte el habitus de los académicos de la disciplina. Si se acepta la argumentación que sustenta la necesidad de una refundación de la disciplina de RR.II. en RR.II. globales, entonces debemos también anticipar sus consecuencias sobre el estudio de la disciplina en la región.

      Ante lo expuesto, lo más probable sería ver una readaptación de la escala de reflexión de los académicos (límites regionales determinados por la intensidad de las interacciones), cuyo alcance sería determinado por la capacidad de acción (material o social) de los diferentes Estados reconocidos como legítimos; eso porque de estos Estados los académicos dependen en sus estrategias de supervivencia. Las narrativas limitarían su campo, desde lo universal hasta un cierto grado de particularismo o de universalismo regional. Se operará y –se podría argumentar–, opera, una recalibración. Siguiendo la argumentación que permite desarrollar la Escuela Inglesa, el ciclo anárquico sistémico iniciado en los albores del siglo XIX está finalizando. Un nuevo ciclo, uno que combina la horizontalidad, entre sociedades de Estados, y la verticalidad, en cada sociedad de Estados, estaría en auge.

      En esta configuración, en la disciplina RR.II., cuyo nombre y práctica son marcados por la imprenta Occidental, la doxa, en especial el realismo, perduraría. El realismo, como marco de referencia y porque condiciona en gran parte nuestras lecturas, seguirá siendo pertinente al momento de observar los cambios en la práctica. Seguirá siendo la referencia para la mayoría de los trabajos producidos, no a una escala global, sino a una inferior. Los que tendrán la oportunidad de hablar de las interacciones globales solo serán unos pocos y en términos de conformidad con una doxa, realista para algunos, liberal para otros, o culturalmente arraigada en cualquier fantasma de identidad estatal que sea. Queda que la reflexión en términos globales estaría a la vez en disminución, enfocando el trabajo de la mayoría de los académicos exiliados en las tareas que ya desarrollan (incluyendo una teórica, pero limitada en su audiencia y mercado) y ampliando la audiencia de unos pocos académicos.

      En esa lectura, la relación de las Américas con Estados Unidos debe ser problematizada en una serie de temáticas: la dependencia, tanto en términos epistemológicos como materiales, más aún cuando la urgencia climática está creando una situación de segregación; la escala, siempre se puede preguntar si se debe pensar más allá del alcance de los intereses del Estado; el totalitarismo interno, que puede transformar las agendas de investigación en instrumentos de propaganda política; y las debilidades estructurales de las que las sociedades exiliadas padecen, que siempre van a tender a orientar los análisis hacia la relevancia del primus inter pares. Estas problemáticas no solo deben formularse, sino que sus consecuencias sobre el habitus deben ser anticipadas. Sectarismo, utilitarismo y elitismo son las tres tentaciones a las que las comunidades epistémicas no pueden ceder. Sectarismo, para que no se privilegie un cierto tipo de trabajo o una temática. Utilitarismo para que el mercado académico no se transforme en un campo más de corrupción. Elitismo, para que el debate académico siga abierto y que formas alternas de organización social a escala global sigan siendo formuladas. Los diferentes capítulos que integran esta publicación llevan a interrogar el Estado como referente analítico. El capítulo “Del concepto a la teoría de la gobernanza global: más incluyente con la sociedad civil en RR.II.” hace directamente eso. El capítulo “No más Eldorado o conocimientos que se pueden aprovechar” muestra que el conocimiento ajeno puede ser usado para abrir caminos epistémicos fuera de su contexto original. Cuando se aborda la cuestión de las relaciones internacionales entendidas desde una perspectiva neogramsciana, en el capítulo “El impacto de las tecnologías de la información y las comunicaciones en el siglo XXI: lectura desde el neogramscianismo”, se ponen en cuestión las relaciones de subordinación y la dependencia. Sin embargo, eso no quiere decir que no se puede pensar el Estado, en su identidad, tal como se hace en “La identidad social: parte esencial del autoconcepto del Estado”. Al fin y al cabo, parece importante subrayar que pensar más allá de los intereses del Estado no constituye una invitación a ignorarlo, sino un incentivo para conceptualizarlo de manera diferente, tal como se propone en “La identidad social: parte esencial del autoconcepto del Estado”.

      En todo caso, en América Latina, más que en otras regiones del mundo, el riesgo de abandonar la reflexión a escala global es grande, eso por la estructura del mercado en el que se desenvuelven los académicos. A manera de ilustración, saber si el narcotráfico es una cuestión de seguridad internacional –que solo puede entenderse en el marco de las relaciones interestatales orientadas por la competencia por la seguridad– es una cuestión central para la agenda de investigación.

      Con el proyecto de RR.II. globales, se supone que la reflexión global es la que hace un estudioso de las relaciones sociales entre grupos humanos, pero desde los lugares de exilio y en este momento de histéresis, pensar lo global podría siempre ser percibido como un desvío de atención de los asuntos más urgentes de la propia agenda.

      REFERENCIAS

      AA.VV. (2007). Número especial consagrado a Edward Said. Millennium: Journal of International Studies, 36(1).

      ACHARYA, A. y BUZAN, B. (eds.) (2010). Non-Western International Relations Theory: Perspectives on and beyond Asia. London: Routledge.

      ACHARYA, A. y BUZAN, B. (2019). The Making of Global International Relations. Origins and Evolution of IR at its Centenary. Cambridge:

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