Capitanes generales de Ejército en la Restauración (1874-1923). José María García Baudín
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Nombre | Nacimiento | Inicio guerra | Finalización guerra |
Zavala | 19/01/1804 | Capitán (07/05/1833) | M. C. (08/04/1840) |
Serrano | 07/10/1810 | Subteniente (31/10/1833) | M. C. (09/12/1840) |
Pezuela | 16/05/1809 | Capitán (14/12/1829) | Brigadier (19/08/1838) |
Pavía y Lacy | 06/07/1814 | Alférez G. R. (29(03/1833) | M. C. (29/07/1840) |
Concha | 04/06/1809 | Subteniente (05/07/1826 | Coronel (15/07/1840) |
M. C.: Mariscal de campo; G. R.: Guardia Real
A continuación se expone de manera sucinta la trayectoria de los citados personajes durante dicha contienda, en orden a su antigüedad al inicio de ésta, basándonos en lo expuesto en los correspondientes expedientes personales que como ya se ha indicado anteriormente se encuentran en el Archivo General Militar de Segovia.
El primero en llegar al generalato, Juan Zavala y de la Puente, tiene de 32 años de edad, al inicio de esta contienda, recién ascendido al empleo de capitán, con antigüedad de 7 de mayo de 1833. Zavala es destinado, en noviembre del año 1833, a la Plana Mayor del Ejército de Observación, a las inmediatas órdenes del general Gerónimo Valdés, que ejercía el mando de este. En este destino participó en diferentes acciones de guerra: Guernica, Oñate, Cenauri y Cebeiro, durante el año 1834, y ya destinado en el regimiento de Húsares de la Princesa, a las acciones del castillo de Guevara y venta de Echavarri. Zavala se encuentra en marzo del año 1836, ya comandante de escuadrón, en el cuartel general de Espartero. Al final de la contienda ostenta el empleo de mariscal de campo, obtenido el 8 de abril de 1840, habiendo ascendido por méritos de guerra a los empleos de comandante, teniente coronel, coronel y brigadier, pasando en menos de siete años de capitán a oficial general, lo cual constituyó una de las más brillantes carreras en esta guerra. También este militar consigue entrar en la Real y Militar Orden de San Fernando, consiguiendo la cruz de segunda clase, Laureada, siendo capitán en el año 1837 y una de tercera clase sencilla, siendo brigadier en el año 1839.
El siguiente en alcanzar la categoría de oficial general, es Manuel Pavía y Lacy, el más joven de los cinco citados, ya que tenía solo diecinueve años de edad al inicio de la guerra, teniendo el empleo de alférez de la Guardia Real. Este joven oficial realiza la más brillante carrera de los cinco considerados, llegando al final de esta contienda, siete años después, al empleo de mariscal de campo, el 29 de julio de 1840. El empleo de brigadier, antesala del generalato, lo obtiene con una antigüedad de 30 de abril de 1838 con veintitrés años de edad, y el de mariscal de campo, el 29 de julio de 1840, recién cumplidos los veintiséis años. También Pavía y Lacy, ingresa en la Real y Militar Orden de San Fernando, por la realización de actos heroicos, por los que consiguió dos laureadas, una de segunda clase, cuando era coronel, por el sitio y toma de Solsona (Lérida), del 21 al 27 de julio de 1837,57 y otra de cuarta clase, por su actuación en la acción de Novaliches, el 22 de marzo de 1840, cuando ya era mariscal de campo.
Francisco Serrano Domínguez, subteniente de Caballería, con antigüedad de 31 de octubre de 1833, al inicio de esta contienda, está destinado en el cuerpo de Carabineros de Costas y Fronteras, y se incorpora al regimiento de Coraceros de la Guardia Real, a cuya unidad está adscrito gran parte de la guerra —alrededor de cuatro años—, así como en diversos regimientos de Caballería, operando en varios frentes en los que se desarrolla esta contienda. El futuro duque de la Torre tiene veintidós años de edad, al empezar la guerra de los siete años, y en el transcurso de esta, alcanza los empleos de teniente, capitán, comandante, teniente coronel, coronel y brigadier, por méritos de guerra, finalizando la contienda como oficial general, al ascender a mariscal de campo, el 9 de diciembre de 1840. Estos dos últimos empleos, brigadier y mariscal de campo, los obtiene con una antigüedad de 11 de junio de 1839 y 9 de diciembre de 1840, con unas edades de veintiocho años y treinta años respectivamente. Éste militar, además de su fulgurante carrera durante esta guerra —siete ascensos en el septenio que dura el conflicto—, obtiene por los méritos contraídos tres cruces de la Real y Militar Orden de San Fernando, que por orden cronológico son, una cruz sencilla de primera clase, en el empleo de teniente, por su actuación en el puerto de Larreamar (Navarra), el 12 de marzo de 1835, una de segunda clase laureada, siendo comandante, por su actuación en la acción de Castelserán (Teruel) y una tercera cruz sencilla, ésta de tercera clase, cuando en clase de brigadier, realiza acciones distinguidas en los Campos de la Hoz, en el año 1840.
El cuarto implicado en esta contienda, Juan de la Pezuela y Ceballos, que tenía 24 años de edad y ostentaba el empleo de capitán de Caballería, con una antigüedad en dicho empleo de cerca de cuatro años, prestaba sus servicios en el regimiento de Caballería Borbón núm. 5. Este oficial participó en los diversos frentes en que se desarrolló esta guerra, destacando su intervención en la batalla de Montejurra, año 1835, ascenso a coronel vivo y efectivo de Caballería por sus méritos en la batalla de Gra, año 1837, en el sitio de la plaza de Morella, ya como coronel mandando el regimiento de Caballería de Vitoria núm. 4 y su acción en las inmediaciones del pueblo de Cheste, en el año 1838, mandando una brigada, con elempleo de brigadier, empleo que fue conseguido en el año 1838, a los 29 años de edad, con antigüedad de 18 de agosto de 1838. Este empleo lo obtuvo por méritos de guerra, al igual que el de, comandante de escuadrón, teniente coronel mayor y coronel, alcanzados. Asimismo ingresa en la Real y Militar Orden de San Fernando, aunque no logra ninguna cruz laureada, como Zavala, Pavía, Serrano y Concha, es decir no se le consideró que realizase ningún hecho heroico,58 pero sí consigue una cruz sencilla de primera clase, cuando en clase de comandante, se distingue en las acciones de Estella y Montejurra (Navarra), durante los días 15 y 16 de noviembre de 1835.
El último de estos cinco personajes, y asimismo el único que pertenecía a un cuerpo facultativo, como era el de Artillería, José Gutiérrez de la Concha é Irigoyen, era, al inicio de la conflagración, subteniente de dicho cuerpo, y durante ella pasó a obtener diversos empleos en el arma de Caballería, terminando esta con el empleo de coronel de dicha arma, obtenido el 15 de julio de 1840, cuando tenía treinta y un años de edad. José Gutiérrez de la Concha, al igual de los seis militares considerados, ingresa en la Real y Militar Orden de San Fernando, consiguiendo, cuando era capitán de Caballería, una cruz de segunda clase laureada, por su heroica actuación durante la batalla de Gra (Lérida), el 12 de junio de 1837, y cuatro cruces sencillas de primera clase. De estas cruces sencillas, dos de ellas las consiguió, siendo comandante, por su distinguida actuación, en la acción de Baurrun, el 15 de enero de 1839y en la acción de Izu y toma del puente de Asían (Navarra), el 1 de abril de 1838. Los otras dos, la primera con el empleo de teniente coronel, por sus distinguidos méritos en la acción de Villarreal (Álava), el 14 de agosto de 1839, y la segunda, siendo comandante de Lanceros de la Guardia Real, por los méritos contraídos en la toma de Berga (Barcelona), el 4 de julio de 1840. José Gutiérrez de la Concha e Irigoyen, es el único, como ya se ha indicado, que pertenece al cuerpo de Artillería, teniendo el empleo de subteniente de ese cuerpo, con antigüedad de 5 de julio de 1826, cuando se inicia la guerra, siendo destinado al ejército de operaciones del Norte, en el que mandó una batería, permaneciendo en dicho destino todo el año 1834, ascendiendo a alférez de la Guardia Real y teniente, hasta que al año siguiente es destinado al ejército del Norte y nombrado ayudante de campo del general Gerónimo Valdés que mandaba este ejército, puesto en donde permaneció hasta que en agosto del mismo año dicho general fue relevado del mando. Tras un breve paréntesis, en Madrid, fue destinado otra vez al ejército del Norte en el año 1836, siendo nombrado ayudante del teniente general Luis Fernández de Córdova,59 nuevo general en jefe, a cuyas órdenes se halló en las acciones de Arlaban, Galarreta y Villareal de Álava, entre otras, incorporándose en agosto de ese mismo año al regimiento de Húsares de la Princesa, siendo en este año ascendido a capitán. A lo largo del resto de la contienda, encontramos a Concha en diferentes acciones, que le permiten los ascensos a comandante y teniente coronel, finalizando ésta con el empleo de coronel, obtenido el 15 de julio de 1840, cuando tenía treinta y un años