Deconstrucción de la conducta prosocial: una mirada de encuentros. Kethy Luz Pérez Correa

Чтение книги онлайн.

Читать онлайн книгу Deconstrucción de la conducta prosocial: una mirada de encuentros - Kethy Luz Pérez Correa страница 4

Deconstrucción de la conducta prosocial: una mirada de encuentros - Kethy Luz Pérez Correa

Скачать книгу

y lo aprendo.

      Benjamín Franklin

      Los seres humanos, por su naturaleza, se constituyen en seres diversos, y, en consecuencia, sus comportamientos están determinados e influenciados por distintos factores sociales, políticos, culturales y psicológicos. En los niños, los comportamientos se van configurando desde sus experiencias e interacciones sociales con sus entornos primarios. En este sentido, la familia y la escuela se convierten en escenarios moduladores de sus conductas y sus posibilidades de éxito o fracaso en el futuro.

      Comprender los procesos sociales en los infantes se convierte, entonces, en una tarea necesaria para la generación de procesos de intervención tempranos. El reto de esta obra es realizar un recorrido reflexivo por los desarrollos académicos que se han logrado en torno a las discusiones sobre esta temática.

      Muchos investigadores han intentado dar respuesta a las preguntas sobre las conductas prosociales en las personas, sin embargo, existen vacíos teóricos significativos cuando esas conductas prosociales se analizan desde la infancia.

      A lo largo de este libro, se permite denotar un fenómeno en el que se apropia de diferentes variables y factores, que deben ser igualmente desglosados para la comprensión desde de todos sus componentes, además de que al ser sujetos sociales, es necesario indagar al fenómeno desde la sencillez hasta la complejidad, desde múltiples dimensiones y compuestos, es decir, desde lo biológico hasta las interrelaciones básicas que componen dicho comportamiento socialmente deseado. Sin embargo, más allá de los aportes teóricos que la investigación de este puede traer, se confiere a los alcances que dichos estudios llevan consigo a la hora de ponerlos en práctica en la educación emocional de los niños. Autores como Molero, Candela y Cortés (1999) refieren que la razón por la que se ha generado interés dicho tema de estudio, se relaciona al aumento de problemas sociales como la agresión, la indiferencia y la discriminación entre las personas (Vázquez, 2017).

      Así mismo, es necesario recordar que los padres y los cuidadores de los niños cumplen un rol fundamental a la hora del aprendizaje de conductas positivas, encaminadas hacia la ayuda del otro y procesos empáticos, debido a que son sus principales modeladores y, por ende, la teoría del aprendizaje social desde lo vicario se sugiere como de significancia, debido a que el individuo alcanza nuevos conocimientos a través de la socialización y la interacción con el ambiente, por consiguiente, se considera relevante el papel de la socialización a lo largo del desarrollo y que dichos procesos pueden modificar sus conductas mediante la observación y el modelamiento.

      Así, cada vez existe más acuerdo respecto a la necesidad de fomentar en los colegios e institutos los estilos de conducta prosociales, basados en el asertividad y tomando en cuenta los procesos cognitivos y emocionales implicados, con el fin de prevenir y disminuir la incidencia de conductas violentas y fomentar las conductas de tipo prosocial beneficiosas para la salud mental. En este sentido, es de considerar el abordaje de más investigaciones que relacionen este tema de estudio desde la infancia con el fin de acrecentar en la población las conductas prosociales y el desarrollo de la inteligencia emocional de los niños.

      El contexto familiar en el que se desarrollan los niños tiene influencias significativas en el comportamiento y éxito de los adultos en el futuro (Clark, 2015; Pulkkinen, Nygren, y Kokko, 2002; Feinstein, Duckworth y Sabates, 2008). Las posibilidades futuras, no solo de los infantes sino de la sociedad, están determinadas en un alto grado por las condiciones en que estos crezcan y ejecuten sus experiencias iniciales en el proceso de vida. Además, las capacidades y competencias que desarrolle un ser humano están afectadas por todas las variables que experimenta en los primeros años de su vida en su contexto familiar, esto crea condicionamientos morales, psicológicos, teológicos, filosóficos, entre otros (Dollahite, Marks y Dalton, 2018; Svašek, 2008; Conger, Conger y Martin, 2010; Harold y Leve, 2018; Knight, Mazza y Carlo, 2018; Tomasello, 2018).

      Las personas adquieren de su entorno una serie de características que mediarán su comportamiento, debido a que se han sometido a un proceso de enseñanza propia de la comunidad a la cual pertenecen, de lo contrario, los seres humanos partirían de cero y les sería imposible alcanzar sus plenas facultades al no poder integrarse en un modelo de sociedad por más básico que sea el mismo (Triandis, 2018; Cooley, 2017).

      La familia se ha constituido como el núcleo de desarrollo de las sociedades (Kagitcibasi, 2017), se configura como una organización psicosocial (Hess y Handel, 2018) y como escenario para la generación de conexiones sociales (Padilla-Walker, Coyne y Fraser, 2012). En este sentido, los vínculos primarios que se generan en este contexto social se convierten en modeladores de comportamientos humanos (Bowlby, 2012; Eddleston y Kidwell, 2012). Para Sviridenko (2017) y Rey (2014), los vínculos primarios tienen incidencias significativas en el desarrollo integral de las personas. Las relaciones emocionales entre los padres y sus hijos son determinantes de comportamientos futuros, especialmente, las relaciones que se generan con sus madres. Xing et al. (2017) examinaron los efectos conjuntos del control psicológico materno y paterno sobre el desarrollo socioemocional de los niños y encontraron que “el control psicológico materno fue un predictor significativo de los problemas de comportamiento y prosociales de los niños, mientras que los niveles de control psicológico paterno no estaban relacionados con el desarrollo socioemocional de los niños” (p. 7). Por su parte, Morris et al. (2017) exponen que una forma para que los niños aprendan a manejar sus emociones es a través del modelamiento de las emociones de sus padres y las maneras como estas son expresadas. Así, las competencias emocionales corresponden a un conjunto de comportamientos que son motivados e influenciados, en este caso, por los vínculos parentales, y se usan en el contexto social para el logro de objetivos y resultados (Boyatzis y Kelner, 2010).

      Los modelamientos psicológicos a los que son sometidos los niños a través de los vínculos primarios pueden ser positivos o negativos dependiendo del sujeto que los ejerza y de las intencionalidades subyacentes en estos (Lansford et al., 2014). Bat et al. (2018) plantean que la experiencia del niño con respecto al rechazo o indiferencia de los padres es emocionalmente dolorosa. Por su parte, Day y Padilla-Walker (2009) y Padilla-Walker y Christensen (2011) demostraron que la relación del padre con los infantes se relaciona negativamente con las conductas internalizantes y externalizantes, mientras que la relación con la madre tiende a la generación positiva de conductas prosociales.

      El desarrollo de las conductas prosociales, que se ha evidenciado como un elemento cambiante en los adolescentes (Van der Graaff, Carlo, Crocetti, Koot y Branje, 2018; Padilla-Walker, Carlo y Memmott, 2018), se convierte en un factor clave para el análisis de las competencias emocionales en los infantes, desde las relaciones con los vínculos primarios.

      Referencias

      Bat, M., Papadaki, A., Shalev, O. y Kourkoutas, E. (2018). Associations between perception of parental behavior and “Person Picking an Apple from a Tree” drawings among children with and without Special Educational Needs (SEN). Frontiers in psychology, 9, 1613. https://doi.org/10.3389/fpsyg.2018.01613

      Bowlby, J. (2012). The making and breaking of affectional bonds. Londres: Routledge.

      Boyatzis, R. E. y Kelner, S. (2010). Competencies as a behavioral manifestation of implicit motives. En O. Schultheiss, F. Alexander y J. Brunstein (eds.) Implicit Motives (pp. 488-509). Oxford: Oxford University Press.

      Clark, R. M. (2015). Family life and school achievement: Why poor black children succeed or fail. Chicago, Illinois, Estados Unidos: University of Chicago Press.

      Conger, R. D., Conger, K. J. y Martin, M. J. (2010). Socioeconomic status, family processes, and individual development. Journal of Marriage and Family, 72(3), 685-704.

      Cooley, C. H. (2017). Human nature and the social order. Londres: Routledge.

Скачать книгу