Lovefulness. Valeria Debotas
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» Pregúntate qué haces por ti misma, o si te tienes la misma paciencia que tienes con tu mejor amiga o con tus hijos.
» Calcula el número de veces que le dices a otra gente: te quiero, te admiro, te amo, y cuántas veces te lo dices a ti misma.
» ¿Te felicitas cuando alcanzas un logro?
» ¿Podrías hacer rápidamente una lista de cuáles son tus mayores habilidades tan rápido como enumeras tus defectos?
» Recuerda aquellas situaciones en las que no te has amado lo suficiente, perdónate por las veces en las que no estuviste de tu lado o que te dejaste en el último lugar. Pregúntate cómo lo harás de ahora en adelante... así estarás enfocando tu energía para que tus próximas acciones sean producto de tu amor.
» Si no te amas, nadie lo va a hacer por ti.
*Los nombres han sido cambiados para proteger su privacidad.
Meditación de amor propio
Apertura es un término muy importante en los procesos que tienen que ver con nuestro despertar, consciencia y crecimiento personal, porque representan esa disposición y actitud necesaria que se requiere para relajarnos y fluir con dicha transformación.
Cuando se manifiesta la resistencia al cambio y los miedos debido a lo que vamos a enfrentar, es necesario acumular millas de calma mental, para verlo todo desde una visión más alta, o sea desde el aprendizaje y la resiliencia.
Aquí te comparto un ejercicio de relajación, corto pero poderoso que puedes realizar de manera diaria, solo es necesario invertir entre cinco y diez minutos. Si te gusta y te sientes cómoda con la dinámica, gradualmente ve aumentando su duración a quince, veinte minutos o más.
De acuerdo a tus horarios y actividades puedes hacerlo al levantarte o antes de dormir. En lo personal te recomiendo hacerlo dos veces al día, en las mañanas es excelente para iniciar con buena vibra y por las noches es muy oportuno porque ayuda a la relajación. Cada quien buscará lo que sea más cómodo y práctico, dentro de sus posibilidades.
» Busca un lugar tranquilo que te permita la concentración. (Mucha comodidad y cero interrupciones)*.
» Acompaña tu momento con una bebida caliente, si puedes enciende una barrita de incienso o utiliza aromas relajantes.
» Agradece el hecho de que puedas estar allí en el momento presente.
» Restringe el uso del celular o de dispositivos electrónicos.
» Siéntate e imagina que un hilo sale desde la coronilla de tu cabeza, que te hala el cuerpo y te lleva a mantener la espalda recta. Recuerda que el objetivo del ejercicio es relajarte, así que recta no quiere decir tensionada.
» Cruza las piernas, pon la derecha sobre la izquierda. Exceptuando si tienes algún problema en las rodillas o determinada situación de salud que te impiden sentarte de esa forma.
» Abre las manos, suéltalas y ponlas sobre tus muslos.
» Cierra los ojos o entreciérralos, lo que consideres que te va a ayudar a mantener la atención en el momento presente.
» Sonríe, no necesitas un motivo aparente o alguna causa, deja que la sonrisa salga de tu corazón y se revele en tu rostro.
» Ponle atención a tu respiración, concéntrate en el aire que entra y sale por tu nariz. Inhala dos veces y exhala tres. Repítelo lentamente de tres a cinco veces, o las que consideres necesario.
» Percibe cómo todo tu cuerpo sigue tu respiración, cómo se mueve tu pecho, hombros y vientre.
» Ten en cuenta que tu mente seguirá en actividad porque ella es así y nunca va a parar, aparecerán variados pensamientos, recuerdos o emociones, sin embargo, los dejarás pasar.
» Si por un rato te “llegas a ir” hacia alguno de los pensamientos que tu mente generó, pues no pasa nada, volverás a enfocarte en tu respiración.
» Cuando ya te sientas más relajada, aparecerá frente a ti una puerta, la abrirás y esta te llevará a un paisaje espectacular que te producirá mucha calma. Puede ser una playa, una cascada, un bosque, un riachuelo, o una selva.
» Si sientes que no es fácil imaginarse algún escenario o necesitas ayuda extra, echa mano de algún recuerdo o antes de iniciar este ejercicio busca en internet videos de paisajes naturales o sonidos de agua como las olas del mar, cascadas, etcétera.
» Contempla ese maravilloso lugar, siente los rayos de sol, la brisa, o la potencia de los colores. Imagina que toda la energía del sitio cae sobre ti, puede ser en forma de luz o de viento.
» Te sientes plena, inundada de la cabeza a los pies con pura energía positiva, te tomas un momento para experimentar ese poder dentro y fuera de ti, luego te miras las manos y notas que posees un brillo especial.
» Estás allí un rato disfrutando del momento y orientada a tus sensaciones.
» Respira profundo y frente a ti vuelve a aparecer a la puerta. Te levantas lentamente y te diriges hacia ella. Luego apareces en tu cotidianidad, pero te percibes diferente y lista para volver al ruedo.
*Si vives con más personas o te es difícil encontrar un espacio en el que puedas alejarte, entonces utiliza los ejercicios de respiración (inhala y exhala) mientras realizas actividades cotidianas como bañarte, contestar correos, o lavar los platos. Como dice mi maestro “en el arte de lo posible”.
“Solo se puede inflar lo que está vacío”. Anónimo.
Una autoestima inflada en apariencia se ve grande, como puede serlo un globo de esos que cuelgan en las fiestas infantiles, pero al final está hecho de un material tan frágil, llamado ego, que llega un alfiler lo bastante afilado y lo explota, así que su verdad sale a relucir y adentro no había nada de esa supuesta grandiosidad.
La pseudoautoestima es una especie de máscara o fachada que se muestra al mundo y que no es real porque su poder se aferra o se sustenta sobre bases erróneas, por eso cuando las condiciones externas cambian, el disfraz cae.
Cuando una persona siente que su valor está ligado a sus posesiones materiales, estatus social, belleza física, o porque pertenece a determinado grupo, secta o club de moda.
Cuando se confunde la seguridad con prepotencia y la persona no acepta críticas ni reconoce sus errores.
Cuando se empeña en mostrar un halo de perfección y fortaleza, pero por dentro se siente asustada e incapaz.
Cuando exagera sus logros e intenta ocultar sus errores, busca la manera de llamar la atención y ser visible.
La autoestima inflada esconde un sentimiento de inferioridad y suele ser frágil, porque