Por qué se suicida un adolescente. Héctor Gallo

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Por qué se suicida un adolescente - Héctor Gallo

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obedecen, en su totalidad, al gobierno de la parte racional del yo; de ahí que no faltará en ellos cierto grado de insensatez y todavía más cuando somos influidos por estados psíquicos nada favorables, como el hastío, el aburrimiento, la tristeza, la cólera, la culpa, motivos inconscientes de venganza, los actos fallidos, las maniobras sintomáticas, los olvidos, las omisiones y todo aquello que propicia el daño de sí mismo o de otros.

      Diremos entonces que son variadas las formas de suicidarse un adolescente, un joven adulto, una persona madura o mayor de edad. En los adolescentes y en los jóvenes adultos, está el suicido lento de la adicción a la droga, a la comida o a no comer, la exposición al riesgo en los deportes extremos, y está, como ya se ha ilustrado, el suicidio inconscientemente buscado mediante accidentes letales, como el del oficial referido, que sin duda podrían haberse evitado.

      Esos y otros accidentes son regidos por la búsqueda inconsciente de la muerte, por ejemplo, el de soldados que se disparan a sí mismos o a compañeros jugando con su arma de dotación suponiendo que no está cargada, pero sin antes tomar la precaución de verificar que en efecto no lo está. Conozco la historia de un niño de no más de diez años que tomó la pistola que el padre imprudentemente había dejado en un lugar visible, y por jugar a disparar, hirió a su hermanita menor y la dejó lisiada para el resto de sus días. Desconozco los antecedentes psíquicos de este acto, pero nada de raro tendría que algo del orden de una retaliación hacia sus padres y hermana por alguna circunstancia familiar de ese momento se hubiera puesto en juego en este aparente accidente fatal como propósito inconsciente de dañar.

      En esos casos aparentemente accidentales, siempre habrá que averiguar clínicamente por el estado psíquico del sujeto antes de la situación, pues comúnmente se revela que algo no andaba bien en su vida. Freud sostiene que los accidentes, mortales o no, sobre todo los dirigidos contra sí mismo, suelen ser

      También hay daños que los adolescentes suelen producirse en su cuerpo, mediante cortaduras en las manos, cuando se ven invadidos por un acceso de cólera a causa de alguna reprimenda de los padres, de la negación de un permiso, de una fuerte discusión con ellos o con la pareja, cuando están desesperados, angustiados o tristes, o porque las cosas les han salido mal. Algunos adolescentes indagados en consulta por la función en ellos de la cortadura, señalan que ver fluir la sangre por la muñeca de su mano los tranquiliza e incluso les produce una inevitable sensación de placer.

      Las lesiones provocadas a sí mismo, dice Freud que generalmente son el efecto de un compromiso entre un empuje a la autoaniquiliación y

      Cuando hay guerra, vemos que no pocos jóvenes se ofrecen como voluntarios y parten entusiasmados al campo de batalla, sabiendo que pondrán en juego la integridad personal. No es del todo cierto que a niños y adolescentes los obliguen a entrar a hacer parte de bandas delincuenciales o de grupos armados ilegales. Sabemos también que no todos los que engrosan las filas del ejército lo hacen obligados por el cumplimiento de un deber patrio, pues no pocos, como se dice en el argot popular, “se regalan”, y lo hacen a sabiendas que pueden ser enviados a zonas de alto riesgo. Una vez ingresados, a no pocos les gusta ser tenidos en cuenta para hacer “vueltas”, si se trata de la banda, o ir a zonas en donde exista “movimiento”, si se trata del ejército. En conclusión, el empuje a la autoaniquiliación es algo que suele estar presente inconscientemente en no pocas acciones humanas que conducen al daño de así o del otro. La pulsión autodestructiva busca satisfacerse en los seres hablantes por las vías menos esperadas y aparentemente accidentales.

      1- Émile Durkheim, El suicidio, Madrid, Akal, 1982, p. 12.

      2- Sigmund Freud, La etiología de la histeria, vol. 1, Madrid, Biblioteca Nueva, 1972, p. 314.

      3- Ibid.

      4- Ibid.

      5- Durkheim, El suicidio, op. cit., p. 13.

      6- Sigmund Freud, Múltiple interés del psicoanálisis, vol. 5, Madrid, Biblioteca Nueva, 1972, p. 1853.

      7- Durkheim, El suicidio, op. cit., p. 13.

      8- Ibid.

      9- Freud, Psicopatología de la vida cotidiana, op. cit., p. 178.

      10- Ibid., p. 179.

      11- Ibid.

      12- Ibid.

      13- Ibid., pp. 867-868.

      14- Ibid., p. 177.

      15- Ibid.

      16- Ibid., p. 178.

      17- En una emisora nacional se emitió la noticia de que, en la Ceja, Antioquia, un joven se estrelló en su motocicleta contra otra en la que viajaban sus padres y murió instantáneamente, mientras ellos resultaron gravemente heridos. Aparentes casualidades como

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