La Conquista De Glouster. Enrique Laurentin

Чтение книги онлайн.

Читать онлайн книгу La Conquista De Glouster - Enrique Laurentin страница 7

La Conquista De Glouster - Enrique Laurentin

Скачать книгу

debo ir a casa a atender a mi pequeña hija Melany de seis años quien está al cuidado de mi madre que ha visto por ella desde que nació y a quien le estaré eternamente agradecida por su dedicación tanto a mí como a mi hija.”

      “Es una bendición contar con los abuelos.”

      A lo que Amelia le pidió esperarla mientras tomaba una servilleta de tela y envolvió con la misma cinco biscochos que habían quedado enteros sobre el plato para enviárselos a la niña.

      “Este es un presente para su pequeña hija y su madre de mi parte.”

      “muy agradecida Amelia, aunque le confieso que será bastante duro para mí no comerlos por el camino y llegar sin nada a casa,” comentó riendo.

      En la “Hostería Juliette” ya esperaban al Sub Comandante Lewis cuando llegó. Fue atendido por una chica hermosa de estatura media contextura delgada y cabello castaño oscuro quien se presentó a sí misma como Aurora la hija de Juliette, la joven dueña de la hostería.

      “Soy Aurora, la hija de Juliette. Mi madre me ha encomendado que le entregue este paquete contentivo de la lencería de cama y de baño que usted necesitará durante su estancia. Al momento que usted nos indique enviaremos a una de nuestras mucamas a tender su cama, si desea cenar la cena ya está disponible.”

      “Muchas gracias joven dama. ¿Cuál será mi habitación?”

      “Le asignamos la última habitación al fondo del pasillo, por ser la mejor de toda nuestra hostería, bienvenido.”

      “Nuevamente gracias, en caso de necesitar algo acudiré a usted. ¡Buenas noches!

      El primer canto de gallo anunciaba la hora de levantarse a Lewis quien llevaba una agenda oculta que cumplir visitando a amigos y familiares que vivían en Lambar.

      Una vez vestido y antes de salir echó mano de una hogaza de pan y la rellenó con una buena porción de Khlea que era una carne seca especiada de ovejo que preparaba su esposa, una receta que había aprendido de unos antecesores árabes quienes cortaban las porciones de carne en tiras y la marinaban con comino, cilantro y ajo y las dejaba desecar al sol por varios días. Era una excelente fuente de las proteínas que tanto necesitaba para mantenerse vigoroso y activo durante días, los próximos dos días serían bastante exigentes. Luego de comer, enjuagó su boca con agua en primer lugar y sacó una pequeña botella de licor, de la que tomó un sorbo y luego de nuevamente enjuagar toda su boca, lo tragó.

      Al salir notó que Lambar era una ciudad no tan diferente de Crestor, sin embargo a tan tempranas horas lucía silenciosa, misteriosa y triste bajo los matices de luz de las antorchas ubicadas en lo alto de los muros a lo largo de las calles, ya la claridad del alba comenzaba a aparecer tímidamente en el horizonte.

      Al final de la calle pudo observar a un hombre que venía bajando y apagando las antorchas según un ritual que evidenciaba su práctica en el asunto, cuando pasó a su lado pudo observar que el hombre hizo un discreto intento por ver la cara del transeúnte que a su lado pasaba a esa hora.

      Luego de caminar por diferentes calles llegó a una casa de mediano tamaño a través de cuyas ventanas se observaban luces en su interior, golpeo en tres sucesiones de tres golpes a la puerta cada vez, un código que había acordado la familia desde hacía mucho tiempo para indicar a los residentes que era otro miembro de familia quien llamaba a la puerta. Sonidos sobre la madera de la puerta le indicaron que alguien ya maniobraba desde adentro de la vivienda para abrir la pesada puerta.

      Una figura de mujer apareció al abrir la puerta y sus grandes ojos enfocaron a Lewis por un breve instante.

      “¡Teeeeeooo!” grito la mujer mientras dibujaba una gran cara de felicidad en su rostro.

      “July, ¿cómo estás? Me encuentro en Lambar desde ayer, sin embargo se me hizo imposible dispensarles la visita que les había prometido hacía seis meses cuando fueron a Crestor. Heme acá y aprovéchame pues solo estaré dos días incluyendo hoy.” Respondió abrazando nuevamente a su única hermana.

      “Siempre tan ocupado hermano. Deberías programar un tiempo para ti y Amelia, se lo merecen.”

      “Bueno, mientras Ramsary necesite de mis servicios, allí estaré.”

      “Lo sé hermano, siempre has sido muy dedicado a tus cosas, pero recuerda que una pausa de descanso es también necesaria para aclarar los pensamientos.”

      “Tienes razón July, sin embargo en este momento hay muchas cosas gestándose, los juegos inter ciudades, el intento de rebelión que hubo acá y los aprendizajes que podamos obtener del hecho. Por cierto ¿Recuerdas al hijo del fallecido Comandante George Buckland?”

      “Por supuesto, él está comprometido con mi mejor amiga y nos vemos con frecuencia.”

      “Excelente, necesito que lo veas hoy y le digas que le tengo información del medallón y lo esperaré en la Hostería Juliette, pero necesito que solo el aparte de ti sepa eso, adicionalmente te agradezco verifiques si las cajas de aparejos de guerra que guardé hace unos años en el cuarto secreto se encuentran intactos. ¿Cuento contigo, hermana?

      “Totalmente, ahora siéntate a la mesa mientras te atiendo. Te prepararé desayuno caliente para que puedas cumplir todas las tareas cualesquiera que sean que debas cumplir.”

      Lewis se sentó frente a la mesa ocupando el lugar preferencial y asumiendo el puesto destinado al jefe de la familia, sacó un pedazo de pergamino adonde llevaba varias anotaciones y comenzó a revisarlas en silencio y a hacerles marcas con un cálamo, una a una cada línea repasada recibía una marca y muy pocas quedaban sin marcar.

      “¡Servicio hermano!” pronunció en voz alta July mientras rodeaba la mesa cargando dos bandejas con comida y frutas.

      “Me disculpo,” respondió Theodore, mientras enrollaba el pedazo de pergamino y guardaba el cálamo en una especie de alforja que llevaba consigo para luego acomodarse frente a la mesa.

      “Puedes comer tanto como desees además de que te prepararé una porción para que lleves.” Y se sentó a su lado en la mesa dispuesta a tomar el desayuno junto a su hermano.

      Y así transcurrió la velada matutina entre risas y comentarios.

      El Sub Comandante Arthur Cross revisaba todas las declaraciones que hasta la fecha habían obtenido sobre la rebelión ocurrida, mientras trazaba mentalmente las conexiones entre los participantes, la rapidez y sigilo con que habían actuado seguía llamando su atención de manera particular, parecían haber aplicado una nueva estrategia en la ejecución de la operación y ninguno de los involucrados había mencionado nada al respecto a pesar de estar colaborando en divulgar todos los datos de información que hasta ahora habían suministrado o se le solicitaban.

      Inclinándose sobre la mesa, poso su frente sobre sus manos mientras trataba de ver más allá de las escrituras, escudriñando cada declaración, cada frase. Tenía que obtener algún detalle que le sirviera para descubrir algún eslabón débil en la cadena de hechos.

      Con un fuerte golpe sobre los manuscritos detuvo su análisis y se levantó de su silla viendo al vacío evidentemente decepcionado.

      La puerta del comando se abrió inesperadamente y el Sub Comandante Cross le ordenó al Grunter que le asistía que llamara al interrogador de nombre Lucas Fraisser, quien fungía como jefe del grupo de investigadores y estaba emparentado con

Скачать книгу