Qué carajo es emprender. Laura Chamorro

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Qué carajo es emprender - Laura Chamorro Acción empresarial

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del IAE, de la Escuela de Dirección y Negocios de la Universidad Austral, publicaron que: “Los hombres que inician un emprendimiento en la Argentina lo hacen por una cuestión de oportunidad, en tanto que la mayor parte de las mujeres lo hacen por una cuestión de necesidad…”.

      Me alegra afirmar que diez años después, esto ya no es así, al menos entre mis clientes de @nosepuedevivirdelikes. Los motivos por los que emprenden tienen más que ver con sus aspiraciones personales que con una cuestión de género. Tienen que ver con ser personas que quieren alcanzar ese equilibrio entre la seguridad laboral y la libertad para hacer lo que les gusta. Están más alejados del sueño de la casa propia, de la que hablábamos antes y la hipoteca a 100 años, y más cerquita de un pasaporte lleno de sellos, viajando por el mundo. Si tengo que decir por qué cada vez hay más emprendedores en el mundo, basándome en lo investigado, tengo que concluir que nada me convence.

      Pero, si tengo que contarte mi visión, te voy a decir que los emprendedores son creativos, valientes, inquietos, valoran tener negocios que además de dinero generen un impacto en otras personas, se acompañan aún sin conocerse, son solidarios… y, por supuesto, que saben nadar contra corriente.

      Los argentinos no estamos, estadísticamente, entre los países más emprendedores de la región, es cierto. Pero eso no quiere decir que no estemos cambiando la historia, porque hoy el 5.4% de la población mundial es emprendedora. Hasta hace muy pocos años era solo el 3%. ¿Entendés?, es un crecimiento increíble.

      Elijo concluir que si una porción enorme de la humanidad elige este camino, entonces, quizás, tengas en tus manos el libro correcto, porque si en unos años seremos todos chinos o emprendedores, deberías arrancar entendiendo… QUÉ CARAJO ES EMPRENDER.

      • • •

      Capítulo 1

      ¿Qué carajo es emprender?

      “El mundo no se interesa por tu autoestima. El mundo esperará que logres algo, con independencia de que te sientas bien o no contigo mismo. “

      Bill Gates

      Cuando renuncié a mi último empleo en relación de dependencia, mientras le entregaba el telegrama a la chica del correo le dije: “¡Al fin…!” Ella sonrió y me dijo: “¡QUE SUERTE!”. Le devolví la sonrisa y me fui...

      Caminaba con la copia de mi renuncia y me reía sola en la calle… ¿SUERTE? ¡¿Justo a mí que me sobran mil cosas menos suerte?! Recuerdo que entré a mi oficina (la propia) y me senté con un alivio tal como si me hubiese sacado 200 kilos de escombros de los hombros. No sabía lo que me esperaba y tampoco me importaba tanto. Pero me fui a la terraza, miré desde un piso 25 lo hermosa que estaba Buenos Aires en ese diciembre. Y suspiré...

      Me tocaba volver a casa y el camino era largo, porque yo siempre viví LEJOS (ya hablaremos de eso en otro capítulo). Mis dos horas de camino a casa tenían un subte y dos colectivos. Pero esta vez no quise tomar el subte y, como si me sobrara plata, tomé un taxi por unas cuadras.

      Me tocó uno de esos choferes a los que les gusta hablar, y yo odio que me hablen, pero estaba feliz, entonces charlamos. Me preguntó si ya terminaba mi día y le dije que sí, que estaba volviendo a casa…

      —¿Madrugás mañana?

      —¡No! —le dije y medio inflando el pecho, acoté —ya no tengo que madrugar. Hoy renuncié, después de 3 años, a mi trabajo.

      Me miró por el retrovisor y soltó:

      —¡Qué bueno piba!, ¿y ahora qué tenés pensado hacer?

      Y yo con mucho orgullo le dije:

      —Ahora me voy a dedicar full a mi emprendimiento.

      —¿A TU QUÉ? —Me respondió el señor, con su voz ronca.

      —A emprender… tengo una marca de accesorios…—le aclaré.

      —Ahhh que bueno… un negocio propio.

      —Sí, eso —resumí.

      Y unos segundos antes de bajarme, me dijo… “yo tengo 67 años, no sé qué carajo es emprender, pero sí sé lo que es trabajar de lo que te gusta, toda mi vida fui taxista y me encanta”. Lo felicité. Me bajé en la parada del colectivo y no paraba de pensar… Es cierto, se habla mucho de la vida emprendedora, pero quizás haya mucha gente que no sabe realmente qué carajo es emprender. Así que acá voy.

      Según reza la Real Academia Española emprender es:

      “Acometer y comenzar una obra, un negocio, un empeño, especialmente si encierran dificultad o peligro”.

      Pero creéme que emprender es eso y mucho más.

      En principio quiero que sepas que tener un hobbie, emprender o ser empresario, no son lo mismo, aunque algunas cosas se parezcan bastante entre sí.

      Emprender según el Bendita Mi Suerte Institute…

      Le consulté a muchos de mis clientes emprendedores qué creían que era emprender y estas fueron algunas de sus respuestas:

“…es cuestionarte todo, buscar respuestas, es frustración y aprendizaje, es sacar energía de la que ni sabías que tenías, es amar lo que hacés, aunque todo salga mal y seguir…”.
“…es ir hacia adelante bancándote la incertidumbre, es apostar al pleno cuando tenés una única ficha en la ruleta”.
”…emprender no es poesía ni verso, es lunfardo, es puteada. Y al final de cada día es satisfacción”.

      También hay quienes dicen que emprender no es más que la evolución del instinto de supervivencia. Y no podría estar más de acuerdo.

      Cuando empezás a emprender no podés hablar de otra cosa, te volvés monotemático, a veces, insoportable para tu entorno NO emprendedor.

      Es similar a cuando conocés a alguien que creés que es el amor de tu vida y todo el tiempo estás hablando de esa persona. Bueno, con tu emprendimiento es muy parecido. Te pasás muchas horas, días, hablando de lo mismo. Creo que por eso terminamos teniendo cada vez más amigos con emprendimientos, con pymes o empresas.

      Creo que es un poco por la sinergia que se genera y otro poco porque (digamos todo) el resto de nuestros amigos ya no nos soporta.

      Es lógico, nadie entiende cómo hace una semana te quejabas de tu jefe que te hacía salir diez minutos más tarde y hoy estás las 24 horas trabajando y sin chistar. No hay fin de semana, no hay feriado, siempre hay algo más para hacer, para mejorar. Pero ojo, no es de fanático, no es de workaholic, es de pasión, como ese hincha de algún club de fútbol que no puede hablar de otra cosa. Te convertiste en eso y casi no lo notaste.

      Workaholic: dícese de la persona adicta al trabajo.

      Por eso, para mí emprender es un

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