Conversaciones para la nueva Constitución. Ricardo Lagos E.

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Conversaciones para la nueva Constitución - Ricardo Lagos E.

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páginas que siguen son eso, el registro de una conversación entre dos personas sobre algunos de los temas que se debatirán en la Convención, dialogando sobre las orientaciones que pudieran reunir consenso entre una mayoría muy amplia de personas en Chile y extender, con ello, una invitación a todos y todas a participar en la más amplia conversación que nos debemos, proponiendo puntos de vista a quienes elijamos como representantes convencionales.

      I.

       25 DE OCTUBRE

      Ricardo Lagos: Al igual que la mayoría de los chilenos, con Javier Martínez nos reunimos a conversar sobre el proceso político y social que comenzó el 25 de octubre de 2020, día en que se sentó la primera piedra para un posible nuevo pacto social a través de una nueva Constitución que escribamos entre todos.

      Javier Martínez: Y justamente quisiera comenzar por la fecha. Ese 25 de octubre es el día en el que ocurrió una feliz coincidencia. El plebiscito que aprobó por una mayoría abrumadora redactar una nueva Constitución fue el 25 de octubre de 2020, pero exactamente un año antes, el 25 de octubre de 2019, sucedió, a mi juicio, el verdadero origen de esta nueva Constitución.

      Ricardo Lagos: Una semana después del “estallido social” del 18 de octubre de 2019.

      Javier Martínez: Claro, después de ese 18 de octubre muy explosivo, en el que se sucedieron distintas manifestaciones con incidentes y hechos de violencia muy serios, ante los cuales el presidente llegó a señalar que “estamos en guerra”.

      Ricardo Lagos: Ahí entonces vino una reacción masiva del pueblo de Chile.

      Javier Martínez: Ante la violencia de unas minorías o la “guerra” del presidente, una enorme cantidad de personas salió a la calle el 25 de octubre de 2019 para decir que era ella la que mandaba y que la soberanía era suya. Ese fue un momento de democracia profunda. Nada de guerra. “Nosotros, el pueblo”, como dice el reámbulo de la Constitución de los Estados Unidos, nos hacemos cargo de nuestro país.

      Ricardo Lagos: Y la gente salió masivamente a las calles, un millón doscientas mil personas solo en Santiago, a las que se suman todas las que salieron en todo el país, configurando esa presencia de, como tú dices, “nosotros, el pueblo”.

      Javier Martínez: Nosotros nos haremos cargo, “aquí estamos”, no estamos en guerra con nadie, ni solucionaremos los problemas por la vía violenta. Y eso es lo que da origen al acuerdo que se toma después en el Congreso, porque el presidente de la República —avisado por la intendente de Santiago de entonces— toma en cuenta la magnitud de la manifestación popular, civil, de la calle, y pone en suspenso la acusación de la guerra y les dice a los políticos de su coalición “busquen una solución”, haciendo posible el acuerdo de noviembre.

      Ricardo Lagos: Y luego, coincidentemente, debido al confinamiento obligatorio por el coronavirus, el plebiscito se realiza justo un año después, el 25 de octubre de 2020.

      Javier Martínez: Creo que es importante destacar este punto. Porque la historia anecdótica suele registrar los hechos más espectaculares como el inicio de una época, glorificando los acontecimientos bélicos y las batallas. Por ejemplo, la Revolución Francesa se conmemora el día en que sucede la toma de la prisión de la Bastilla y no la fecha de los Estados Generales o de la Convención, que es cuando se origina la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano que aprueba la Asamblea y que da origen a la democracia moderna francesa. Bueno, aquí se podría decir que pasó algo parecido, el 18 de octubre se recuerda por la espectacularidad de los incendios.

      Ricardo Lagos: Por los daños, la violencia y la simultaneidad de los eventos…

      Javier Martínez: La “primera línea”, los piedrazos y los abusos policiales. Pero lo central y más trascendente para la historia de esta nueva etapa del país no fue ni será el tema policial, o el orden público; la batalla “entre delincuentes y fuerzas del orden” o “entre piqueteros y valientes soldados”, sino la enorme demostración popular espontánea del 25 de octubre y el proceso al que dio origen luego, con el amplio acuerdo político de noviembre.

      Ricardo Lagos: Es importante entender que noviembre es un momento en que la mayoría de las fuerzas políticas participan.

      Javier Martínez: Recuperan, por un momento, la representación.

      Ricardo Lagos: Yo sé que nunca se logra la unanimidad. En el plebiscito del 88 también hubo un segmento que al comienzo se restó, que no quería inscribirse en los registros electorales para poder votar y decirle No a Pinochet, y acusaba que “inscripción es traición” porque significaba jugar en la cancha de Pinochet. Pero, por otra parte, nosotros pensamos que si este era el único espacio en el que él jugaría, aunque fuese armado a su medida no nos podíamos restar porque solo ahí lo podríamos derrotar. Lo que sucede ahora es similar, porque hubo un segmento pequeño del mundo político que por distintos motivos dijo no, yo no firmo esto, y tenía sus razones.

      Javier Martínez: Siempre habrá quienes busquen seguir representando a los “piqueteros” o a “las fuerzas del orden”, pensando que solo se trataba de eso.

      Ricardo Lagos: Lo concreto es que se firmó y que luego tuvimos la elección en la que hubo que decir si nos parecía el itinerario institucional que se estableció en ese acuerdo de noviembre. En otras palabras, en el plebiscito se le plantearon dos preguntas a la ciudadanía. La primera es si aprobaba o no la redacción de una nueva Constitución y, si la aprobaba, ¿cómo quieres que se haga?, ¿la quieres hecha por una Convención compuesta la mitad por el Parlamento y la otra mitad elegida por el pueblo, o por una Asamblea enteramente elegida por el pueblo para tal efecto? Y ganó esto último por casi el 80%. Con ese resultado, nos abocamos a las próximas elecciones para la definición de quienes formarán parte de la Asamblea Constituyente (que sucede en conjunto con otras elecciones como la elección, por primera vez, de gobernadores regionales y las elecciones municipales).

      

       La búsqueda de acuerdo respecto a las reglas de su funcionamiento ha ocupado un tiempo considerable en las Asambleas Constituyentes que han tenido lugar en la historia reciente. En el caso de nuestro país, buena parte de este asunto ha quedado resuelto en el acuerdo que da origen a esta Convención Constitucional.

      Javier Martínez: El punto de partida de la discusión sobre la nueva Constitución es el hecho de que es irreversible la necesidad de cambiarla, más allá de la cuestión formal. Se llegó a un acuerdo de las fuerzas políticas porque la enorme mayoría de la población votó que sí quería cambiar la Constitución y estableció la forma de cómo hacerlo. Sin embargo, hay aparentemente una resistencia de muchos, no solamente de los que no firmaron sino que también de los que firmaron, pero que a las pocas horas estaban diciendo “sí, firmamos el acuerdo, pero nosotros vamos a votar Rechazo, y si no resulta el Rechazo vamos a lograr una mayoría de un tercio para vetar cualquier acuerdo en la Convención y si no resulta eso, vamos a tratar de que quede en blanco y que la ciudadanía después en un plebiscito de salida rechace el trabajo de la Convención”. Y con eso, como dijo un connotado político de la derecha, “volvería la Constitución del 80 en gloria y majestad”. Hay una conducta de negación de la realidad, un sueño al regreso de cuando estaban cómodos.

      Ricardo Lagos: Una ceguera ante los cambios.

      Javier

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