Miradas de la vejez: calidad de vida, identidad, violencia y trabajo. María Montero-López Lena
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“El CICS es un lugar maravilloso… el campo, el olor a tierra mojada, los volcanes, el clima es un lugar verdaderamente hermoso… en un día tenemos todos los climas” (LM8, 62).
“Los espacios abiertos del CICS me dan una sensación de libertad, ver las montañas, los árboles, ir de un edificio a otro es reconfortante” (LM3, 62).
Fuente de juventud
“Me siento joven para poder continuar en la institución… el trato de los estudiantes lo pondría como número uno, me genera emoción, satisfacción, ver sus caritas sorprendiéndose… entonces me siento útil para ellos” (EM3, 63).
“Los estudiantes nos rejuvenecen cuando me reúno con compañeros de generación (médicos) los veo más envejecidos que yo, tal vez porque ellos están en contacto con el dolor y el sufrimiento en el hospital en cambio yo… estoy con los jóvenes” (CM4, 64).
Transferencia de los espacios público y privado
“La ventaja de que mi esposo trabaje aquí es que nos apoyamos…compartir el transporte hace que economicemos, él me apoya manejando a diario porque venimos desde Cuautla… yo lo apoyo organizando sus documentos para las becas formamos un equipo… me siento segura que esté aquí… sin embargo en otros aspectos procuramos delimitar lo personal de lo laboral” (LM9, 62 ).
“Pero tengo la ventaja de que mi esposo trabaja aquí, también mi hermano y mi cuñada, así que hacemos equipo tanto para trabajar como para trasladarnos, para desayunar juntos todos los días, para cubrirnos con los grupos cuando tenemos algún problema y alguno no puede asistir, lo que nos facilita el trabajo… bueno en ocasiones lo dificulta” (BM6, 63).
Autonomía Económica
“Pues sería justo que tuviéramos una remuneración adecuada…porque muchos de nosotros estamos ya en tiempo de jubilarnos, no lo hacemos porque al jubilarse merma el sueldo…y algo que me complace y hace sentir segura es ser autosuficiente económicamente” (BM6, 63).
“Lo económico no es factor que influya en mi decisión para jubilarme… en este momento considero que es la riqueza de todos los años de trabajo, del conocimiento y experiencia adquirida…estoy porque quiero…para seguirme superando, seguirme preparando y siempre hay tiempo para todo” (EM3, 64).
El círculo vital fuente de experiencia y autoestima
“Yo me considero con mucha experiencia sobre todo en mi disciplina, me gusta mucho ver los adelantos en ciencia y tecnología, lo que hay sobre actualizaciones, eh…siento que avancé muchísimo no sólo el conocimiento de bioquímica también en las nuevas tecnologías y su uso…hoy aprendemos juntos estudiantes y profesores, el aprendizaje es tanto para ellos como para mí… disfruto” (LM9 62).
“Al CICS le debo mi formación integral como docente, como investigadora, pero sobre todo como ser humano… estoy profundamente agradecida por todo lo que he logrado gracias a mi escuela, hasta marido encontré aquí (se ríe)” (EE5.63).
Percepción cronológica de la edad y condición de salud
“… actualmente ya me canso más… pero procuro tomar materias que no tengan un mayor grado de dificultad. Si ahorita me dicen… te vamos a poner a dar bioquímica yo creo que yo diría no, no, porque sería un desgaste… ya no” (LM9, 62).
“… yo me siento bien en la escuela, por momentos cansada sobre todo porque me levanto muy temprano… pero siento una enorme felicidad cuando veo que los estudiantes me buscan, y lo mismo siento con mis compañeros, como dicen aquí conformamos una gran familia” (EE5, 63).
“Me jubilaría en caso de que estuviera enferma o ya no me pudiera mover, porque no me gustaría llegar en silla de ruedas causando lástima… (JM2, 63).
Identidad de mujer mayor y expectativas frente a la jubilación
“…sería justo que el salario con el que nos jubilemos sea el adecuado para tener una vida digna… como plan de vida pondría un negocio de flores y viajaría mucho… porque vivo sola” (BM6, 63).
“Yo calculo que en unos tres años tener un plan de vida…pondría un negocio para mi hijo… y que me pase una pensión… soy viuda…vivo muy bien, mis necesidades están cubiertas…espero no enfermar de algo incapacitante porque si así fuera por supuesto que me jubilaría… hace poco me operaron quedé perfectamente bien…soy una persona sana” (LM9, 62).
Discusión y conclusiones
Este grupo de mujeres recién egresadas de universidades en la década de los 70 vieron en el CICS-UMA la oportunidad de un trabajo que les brindaba condiciones favorables resultado de la feminización de las IES como señala Ballarín (2003); tiempo completo, categoría alta, becas, así como profesionalizarse y formarse como docentes-investigadoras accediendo al sistema de becas, aumentando su ingreso económico, y por tanto, su nivel de vida y movilidad social. Un elemento que ha favorecido su permanencia es el horario de trabajo del CICS de ocho a catorce horas, mismo que resulta conveniente para realizar otras actividades entre ellas las propias del hogar, así como la convivencia familiar lo que les permite guardar un “equilibrio” entre lo público y lo privado, al parecer estas mujeres como diría Barín están limitadas por los “Techos de cristal” al no ocupar los puestos de poder a pesar de ser exitosas académicas.
Este grupo de mujeres dedican más tiempo a su labor académica especialmente a la docencia donde se sienten plenas, felices, desde los mandatos sociales siguen expresándose como: mujeres-educadoras, mujeres-madres, mujeres-cuidadoras reforzando la eterna dicotomía naturaleza-feminidad en la que se han construido desde los mandatos de género como señala Scott. Vale la pena enfatizar que gozan de tiempo libre debido a que algunas son viudas y/o divorciadas, además, ya no tienen el compromiso de cuidados hacia la familia especialmente a sus hijos, simplemente porque éstos son mayores de edad y han alcanzado su independencia económica y social. Aun cuando la edad cronológica de estas mujeres señala que han iniciado un proceso de envejecimiento, éste se enmarca en un constructo social donde relacionan el envejecer con la experiencia, vitalidad y plenitud de vida, haciendo énfasis en la interacción permanente con la juventud de los/as estudiantes y con el ambiente geográfico del lugar que “las rejuvenece” expresándose la relación naturaleza-mujer como lo señala Fernández (1993).
Bajo esta percepción van construyendo una identidad de mujeres mayores, trabajadoras, autónomas, que se visualizan con un plan de vida de jubilación que tiene que ver con viajar y establecer un negocio y no con labores domésticas, condición que está reforzada porque el ámbito público es una extensión de lo privado al compartirlo con familiares (esposos, hijas/os, hermanos/as, cuñadas/os) su tiempo y espacio, alimentos, actividades personales y profesionales. Es evidente su capital social, político y económico, reflejado en el reconocimiento por parte de la comunidad académica, la independencia económica, el alejamiento del tutelaje y la percepción de que gozan de un “buen estado de salud” no incapacitante. Las narraciones dejan ver su autoestima reforzada por su desarrollo personal y profesional que se traduce en no tener entre sus propósitos inmediatos jubilarse, y seguir trabajando hasta que su “estado de salud se los permita” lo cual tiene una implicación