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¡Todo debe cambiar! - Группа авторов Ciclogénesis

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puede hacer valer los derechos de justicia sin temor a que le contradiga un tribunal superior. Espero que Julian pueda ir a casa con su familia y que podamos verle usted y yo —siempre y cuando nos sentemos a dos metros de distancia—.

      Srećko: No dejo de pensar que Julian también sigue con el proceso de confinamiento que nos afecta a todos, pero de un modo mucho peor. Cuando estaba en la embajada ecuatoriana no podía ni salir a pasear. Fue Julian quien me habló por primera vez de Zoom, la tecnología que estamos utilizando ahora mismo. La empleaba para seguir en la brecha y no dejar de influir en el mundo exterior. ¿Podría decirnos cómo se interesó Julian por la tecnología y la geopolítica, cuando estaba en Australia y vino a Europa, y cómo acabó fundando WikiLeaks?

      John: Honestamente, no estoy muy seguro. Un día me llamó y me dijo que quería crear WikiLeaks, usando Tor para proteger la identidad de las personas que quisieran filtrar información. Siempre hablábamos del mundo en todos sus aspectos, pero no teníamos acceso al tipo de información que había en los cables. Esa información desveló la realidad del mundo geopolítico y de cómo sus componentes eran sobornados, intimidados y seducidos para servir a los intereses de Estados Unidos. En sus tiempos de pirata informático, Julian descubrió unos procedimientos de selección de objetivos que utilizaban los generales del ejército estadounidense, con frases como «la población iraquí tiene que sentir la presión de la guerra». En el caso de Bagdad, eso significó la explosión de un refugio que mató a 356 mujeres y niños. Julian tenía un sentido de la justicia muy fuerte y su determinación ha permitido que la hubiera para muchas personas. Un ejemplo son los isleños mauricianos quienes, con ayuda de los cables, ganaron un caso en el Tribunal Internacional de Justicia contra el Reino Unido por haberlos desposeído de sus hogares.14 Otro ejemplo es el vertido de residuos tóxicos de Trafigura frente a las costas africanas, que arruinó la vida de miles de habitantes de los pueblos costeros.15 Julian y WikiLeaks lo dieron a conocer e hicieron posible que se abriera una causa contra aquellos que habían cometido esos delitos. La terrible ironía es que Julian no consigue que se le haga justicia a él.

      Srećko: En WikiLeaks encontré un documento de 2009 que describe cómo Estados Unidos quería importar los genomas de algunos virus como el ébola y el de Marburgo.16 Como señaló Slavoj Žižek no hace mucho, lo que necesitamos ahora es un Julian Assange chino que pueda proveernos de filtraciones sobre lo que está ocurriendo de verdad con la Covid-19, quién se está aprovechando de la situación y hasta qué punto. ¿Qué opinión le merece el papel de la propaganda con respecto a la pandemia de Covid-19?

      John: Da la sensación de que la Covid-19 nos empuja a comunicarnos y leer con voracidad en internet para discernir qué es creíble y qué es simplemente propaganda. Cada día leo varios informes para intentar sacar en claro qué tiene sentido sobre las mejores medidas a tomar, si es bueno reunirse con gente, lavarse las manos o almacenar cloroquina. Creo que vamos a empezar a dejar de lado los medios de comunicación clásicos.

      Srećko: Una vez, en la embajada ecuatoriana, cuando todavía era posible visitar a Julian, describió cómo se había sentido intelectualmente aislado en la ancha Australia, así que «pirateó su salida» a través de internet. Fue en los años ochenta. Julian comprendió muy pronto que esta podía ser una herramienta de emancipación. Edward Snowden también explica en su reciente autobiografía que en los primeros años de internet todo parecía posible. En la situación actual, ¿cree usted que podríamos redescubrir su potencial?

      John: Internet es un maravilloso prodigio de la ingeniería y facilita los medios para el intercambio de ideas en todo el mundo. Sin embargo, la gestión de las compañías de las redes sociales ha sido pobre. En Australia existe la protección de la privacidad, pero no es obligatoria, y Google almacena unas cantidades descomunales de datos. La gestión de internet es deficiente por parte de nuestros Gobiernos, pero se puede rectificar de un modo muy simple: solo debemos insistir en que nuestros datos son nuestros. En Israel y Singapur, están utilizando los móviles para rastrear la localización de las personas y las infecciones por la Covid-19. Estas normativas administrativas permiten al Estado llevar a cabo un amplio seguimiento de nuestros actos. Graban cada movimiento que haces y cada relación que tienes tanto en el tiempo como en el espacio, y el Estado puede utilizarlo como quiera. Hasta las empresas del sector de relaciones públicas lo están empleando para conocer los hábitos de la gente y estimularla en una dirección concreta. Estos son los problemas a los que nos tendremos que enfrentar en el futuro. Mi labor actual es muy limitada: hacer todo lo que pueda para conseguir que Julian regrese a casa. Para llevar a cabo mi trabajo, tengo en cuenta que Estados Unidos dispone de tres métodos de actuación. El primero es la opresión e intimidación de editores, publicaciones y periodistas. El segundo es el secuestro judicial de personas con habilidades técnicas que Estados Unidos quiere para sí —por ejemplo, Meng Wanzhou de Huawei, Ola Bini de Ecuador y Michael Lynch del Reino Unido. El tercer método, en términos sencillos, es la ejecución extrajudicial de las personas; el último gran ejemplo es el general Soleimani, pero no es un caso aislado. Durante los ocho años del mandato de Obama, más de cuatrocientas personas del programa de ejecuciones fueron asesinadas de forma extrajudicial.17 Mi deber es señalar a los europeos que, en su propio interés, deberían unirse contra la intimidación de las publicaciones y los periodistas, insistir contra el bloqueo de su conocimiento técnico y forzar el cese de los asesinatos extrajudiciales. Los aspectos técnicos de los movimientos de internet para modelar la sociedad quedan fuera de mi alcance, excepto decir que estoy de acuerdo con el análisis que postuló Heidegger sobre los efectos de la técnica en la sociedad: que provoca el auge de relaciones sociales enfermizas y conversaciones a distancia que reemplazan el calor y las sensaciones de las reuniones personales. Mi cometido es recordar a la gente que Julian está encarcelado, que es una injusticia y que es por el interés de todos que debe ser liberado y que ningún otro periodista pueda sufrir del mismo modo.

      Srećko: En la última entrevista a Heidegger, publicada en Der Spiegel tras su muerte, le preguntaron si la gente podía influir en la tecnología considerada como una «red de inevitabilidades», y su respuesta fue: «Solo un dios podría salvarnos todavía».18 Hoy en día hay muchos partidarios de Julian que preguntan cómo pueden ayudar de una forma práctica.

      John: Conversando unos con otros, en persona o en foros, y leyendo tanto como se pueda para analizar y comprender la situación real. Las donaciones son muy importantes. Hay más de cien abogados y cien mil personas por todo el mundo que están trabajando en ello, en cuatro jurisdicciones. Por favor, donad; es de gran ayuda. Respaldad la DEA en Inglaterra y la Assange Campaign en Australia que, por ejemplo, redactan cartas para los parlamentarios. De momento, se han dirigido diez mil emails personales a Marise Payne, la ministra de asuntos exteriores de Australia. Parece poca cosa, pero suma; un lago está lleno de gotas de agua.

      Srećko: ¿Por qué cree que la prensa fue tan poco eficaz en el pasado a la hora de defender a Julian y su libertad?

      John: Los Gobiernos de Suecia, Reino Unido, Estados Unidos y, hasta cierto punto, Australia hicieron su propia campaña. Por lo general, los periódicos tienen dos funciones. Una es conseguir opinión pública detrás de posiciones políticas. Este es un aspecto muy importante de las administraciones gubernamentales. Si la gente no respalda la política, se reduce la capacidad organizacional del Estado. Hasta cierto punto, los periódicos obedecen a la voluntad de los Gobiernos y esa fue la destrucción de Julian Assange. Lo hicieron mediante calumnias y mentiras, hasta el extremo de que The Guardian del Reino Unido imprimió unas mentiras descaradas en su portada.19 Sin embargo, ahora los periodistas de todo el mundo son conscientes de que pueden ser retenidos extrajudicialmente y Julian es un icono de ello. Si lo protegen, se protegen a sí mismos; en caso contrario, son un cero a la izquierda. Así es cómo lo veo.

      Srećko: En los últimos años se ha producido un cambio con respecto al apoyo a Julian, hay muchas más personas que se están uniendo a la lucha. Nunca había visto tanta gente manifestándose en favor de Julian como en la última gran protesta en Londres —eran miles—. Respetadas instituciones globales como Amnistía Internacional y Reporteros

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