Descentrando el populismo. José Abelardo Díaz Jaramillo

Чтение книги онлайн.

Читать онлайн книгу Descentrando el populismo - José Abelardo Díaz Jaramillo страница 3

Descentrando el populismo - José Abelardo Díaz Jaramillo Ciencia política

Скачать книгу

concretas, lejos de normalizarlo ubicándolo como punto necesario de algún tipo de teleología histórica, permite focalizar en la pluralidad y la heterogeneidad de las experiencias antes que en la homogeneización forzada por la utilización de un concepto.

      De este modo, el peronismo y el gaitanismo fueron experiencias históricamente distintas y con resultados considerablemente diferentes, pero al mismo tiempo compartieron formas discursivas y lógicas articulatorias que nos permiten compararlas. Este primer descentramiento quita el foco de atención de la necesariedad de los procesos históricos y sitúa a los populismos como una forma posible más de identificación política.

      El segundo descentramiento se desprende del primero. La heterogeneidad de las experiencias peronista y gaitanista, así y todo, nos deja ver una forma de identificación con ciertas características particulares. Una de sus marcas es la perdurabilidad, en tanto oportunidad de identificación para una multiplicidad de discursos diversos en momentos históricos distintos. Esto nos muestran varios de los capítulos que siguen cuando analizan los vínculos entre el gaitanismo y el discurso de Rojas Pinilla, o con la izquierda posterior a la Revolución cubana, o la particular forma de articulación que suponen las redes sociales en la experiencia de la juventud al interior del kirchnerismo. De este modo, la mirada propuesta se corre de la equiparación entre populismo e identidad política. No toda identidad política supone populismo. Por el contrario, los populismos, en plural, se definen como una especie acotada de identificación política. Su rasgo fundamental es, como bien afirma ya la introducción de esta obra, “la persistencia, iteración y constante resemantización de las identidades populares”.

      El tercer descentramiento se refiere a los cambios que esas identificaciones pueden sufrir a lo largo del tiempo. Los populismos dejan de ser entendidos como regímenes de identificación plenamente constituidos e inalterables, para ser captados como “momentos populistas”, que son siempre resignificados o intervenidos. Este tercer descentramiento tiene una consecuencia teórica importante: nos deja ver que dichos momentos populistas nunca son iguales a sí mismos. Los sucesivos capítulos de este libro encaran la tarea de mostrarnos esas variaciones, esas heterogeneidades que habitan a cada uno de los discursos analizados y que impiden su cierre definitivo en algún tipo de identificación reificada. Por ende, las identificaciones populistas estarán siempre marcadas por tensiones entre aquellas heterogeneidades, “micro o subfronteras políticas” al interior de los procesos identificatorios —según las define el primer capítulo—, que les son constitutivas.

      El conjunto de textos aquí reunidos dirige su mirada hacia las tensiones entre los elementos heterogéneos que habitan toda identificación y ello es una de las razones que ameritan su lectura. Una razón, por otra parte, central para dar precisión a aquello que venimos llamando “populismo”, ese concepto que siempre nos lleva a comenzar nuestras reflexiones con la consabida y repetida salvedad de las dificultades para su definición. Asimismo, enfatizar en las tensiones entre esas heterogeneidades es de importancia vital para un análisis preciso de los procesos identificatorios.

      Los diferentes trabajos que constituyen este libro nos dejan ver distintas caras de la construcción populista de cierta unidad entre esas heterogeneidades: las tensiones entre las particularidades que habitan la identificación gaitanista o peronista, entre esas particularidades y el momento unificador del liderazgo, o las tensiones provocadas por la novedad que suponían procesos de subjetivación sorprendentes y desestructurantes. Todas ellas son tensiones que dejaron su trazo y operan aún hoy como restos que vuelven a aflorar como tradiciones políticamente disponibles y recuperables. De modo similar, también encontramos, en los sucesivos capítulos, los intentos por negar dichas tensiones y añorar una sociedad reconciliada consigo misma, ya sea a través del olvido o de los usos de la violencia.

      ¿Qué nos deja ver este libro sobre las tensiones antes mencionadas? Los estudios identitarios complejizan algunos presupuestos básicos de una teoría de la hegemonía que se sostiene en el análisis político del discurso. Dicha teoría plantea que los procesos que articulan identificaciones particulares se desenvuelven a través de lógicas. Como señalan Jason Glynos y David Howarth, una lógica “comprende las reglas o la gramática de una práctica como también las condiciones que hacen a la práctica tanto posible como vulnerable” (2007, 136). Estos autores mencionan tres lógicas posibles para esos procesos de articulación: la lógica social, la política y la fantasmática. La que me interesa destacar en este prólogo es la lógica política, en la que, siguiendo a Laclau y Mouffe (1985), incluyen a la lógica de la diferencia y de la equivalencia. Estas dos lógicas serían las dos caras de la moneda que estructuran el carácter, la intensidad y la extensión del vínculo entre las diferencias.

      Ahora bien, si volvemos a la lectura de este libro, encontramos que la pregunta más general que lo atraviesa es sobre el carácter del lazo político en procesos que hacen equivalentes una pluralidad de posiciones discursivas heterogéneas que cobran nuevos sentidos en la práctica articulatoria. De este modo, la obra añade complejidad al análisis desde la teoría de la hegemonía y deja ver, desde mi punto de vista, la necesidad de reconocer que existe una pluralidad de lógicas que actúan en un proceso identificatorio y que no se limitan a la dualidad equivalencia-diferencia.

      En cada capítulo leeremos modulaciones diferentes del lazo político, que dependían de una multiplicidad de factores: de las diferencias que, a pesar de compartir un espacio identitario, mantienen un grado de autonomía que hace difícil analizar su ubicación precisa en la práctica articulatoria (las figuras de José Antonio Osorio Lizarazo y Cipriano Reyes, en el capítulo 2, de Magrini); de la emergencia de nuevas diferencias (como muestra el capítulo 3, de Mercedes Vargas, Juan Manuel Reynares y Mercedes Barros, sobre las cartas a Perón); de la existencia de un espacio de representación intensamente antagónico en el que se produce el proceso identificatorio (como propone el capítulo 4, de Nicolás Azzolini); de la inestabilidad identificatoria que supone la reformulación constante del nosotros y de la alteridad (como lo hace el capítulo 6, de Cristian Acosta Olaya) y de la permanencia de ciertas identificaciones y su disponibilidad como oportunidad identificatoria (como se desprende de los capítulos 5, 7 y 8, de Aarón Attias Basso, de Adriana Rodríguez Franco y de José Abelardo Díaz Jaramillo, respectivamente, sobre el peronismo y el gaitanismo).

      Desde ya, habría que decir que tranquilamente podríamos hacer una lectura estandarizada de estos trabajos y detenernos en la simplificación del campo identitario que los populismos generan, o centrarnos en rastrear las relaciones de equivalencia y diferencia entre las posiciones discursivas, o destacar la persistencia de cierta tendencia a la polarización política en las experiencias populistas, o mostrar cuáles eran los significantes que operaban como puntos nodales de ciertas articulaciones.

      Pero ¿no radica la relevancia del análisis del capítulo sobre las cartas a Perón, por ejemplo, en las formas novedosas en las que se cuelan nuevos sujetos que hasta ese momento no contaban como diferencias políticamente articulables? ¿No hay en el delicado trabajo de desempolvar casi arqueológicamente los sentidos políticos de esas nuevas subjetividades algo más que la equivalencia y la diferencia? Estas dos lógicas, ¿nos dicen algo sobre la emergencia de esas nuevas diferencias, su carácter y del tipo de lazo político que esta facilita?

      Del capítulo de Vargas, Reynares y Barros se desprende que la manera de gestionar la tensión que supone la emergencia de nuevas subjetividades está abierta a distintas posibilidades articulatorias. Una de ellas es la posibilidad populista, que les otorga ciertos rasgos que nos permitirían distinguirlas

Скачать книгу