El mediterráneo medieval y Valencia. Paulino Iradiel Murugarren

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El mediterráneo medieval y Valencia - Paulino Iradiel Murugarren Historia

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estructura económica y otros elementos de naturaleza diversa muy cambiantes en el tiempo en la larga duración y no dominados o determinados por ninguna instancia económica, ideológica, social o política. La teoría económica del sistema feudal de Kula (1962), el feudalismo como horizonte teórico de Alain Guerreau (1980) o la obra de Guy Bois sobre la mutación del año mil (1989) eran algunas de las principales fuentes de inspiración de Iradiel para su concepción del feudalismo. Eso sí, teniendo siempre como telón de fondo el pensamiento del antropólogo mar-xista-estructuralista Maurice Godelier, la obra cumbre del cual fue por aquel entonces Lo ideal y lo material, cuya edición francesa original es de 1984 (Iradiel, 1993a: 278, n. 47; 1993b: 37, n. 27).

      Escribe en esos años: «En la situación actual, cualquier medievalismo que pretenda inspirarse conscientemente y con provecho en el materialismo histórico deberá necesariamente acentuar los aspectos de metodología crítica, tanto más crítica cuanto más se persiga ser “sistémico” y totalizante o globalizante» (Iradiel, 1993b: 35, n. 24). Insistía así en la fecundidad y en la eficacia del método de análisis propuesto por Marx para el avance de la historia económica. Su ensayo concreto sobre la formación del territorio y de la sociedad del reino de Valencia en el siglo XIII constituía el último eslabón de esta cadena de trabajos sobre el sistema feudal (Iradiel, 1990a), si exceptuamos aquella ponencia de la Semana de Estudios Medievales de Estella sobre señoríos jurisdiccionales y poderes públicos a finales de la Edad Media en la que insistió en que el escenario de base, más que el Estado o los aparatos de este, es la interpretación del sistema político bajomedieval como «una pluralidad de cuerpos, grupos y centros políticos», que no expresa un ordenamiento centrado solo en la monarquía sino también en otras formas políticas complementarias como ciudades, señoríos, corporaciones, órdenes y grupos sociales (Iradiel, 1997b: 84). Idea que tiene mucho que ver con la propuesta de Giovanni Tabacco sobre el Medievo como un mundo de estructuras políticas inestables y cambiantes.

      Respecto a la crisis bajomedieval y su contribución como tema de estudio al debate de la transición del feudalismo al capitalismo, cabe observar que el segundo artículo de Iradiel para la revista Debats –el de introducción al debate Brenner– encontró continuidad en el ensayo que redactó para la obra Cien años después de Marx (Iradiel, 1986c). Sus planteamientos teóricos se trasladaron después al terreno empírico con su balance peninsular sobre la crisis, que contó con uno de sus trabajos de síntesis más importantes mediante un extenso capítulo para la Historia de España de la editorial Planeta, dirigida por Antonio Domínguez Ortiz (Iradiel, 1988). El estado de la cuestión que hizo sobre la evolución económica del siglo XV en la Història del País Valencià de Edicions 62 (Iradiel, 1989) se integra coherentemente en esa síntesis interpretativa de ámbito peninsular que había publicado antes. También en este tema de la crisis bajomedieval solo ha vuelto a adentrarse a través de una única publicación derivada de una ponencia que presentó para una Semana de Estudios Medievales de Nájera (Iradiel, 2004b).

      A principios de los años ochenta, la incorporación de Paulino Iradiel a la Universitat de València como nuevo catedrático supuso el diseño de un ambicioso plan de investigación cuyo alcance ha llegado hasta su jubilación y más allá como profesor emérito. Su preferencia por la historia de la economía y de la sociedad bajomedievales era evidente. Un amplio conjunto de becarios y doctorandos se interesaron por sus directrices y el maestro creó escuela. Contribuyeron a ello las tesis doctorales que supervisó, especialmente sobre historia rural valenciana (Furió, Guinot, García-Oliver, Viciano, Rabassa) y sobre el mundo urbano (Narbona, Ruzafa, los hermanos Cruselles y nosotros mismos). El profesor Riera habla del «núcleo de Valencia» como un auténtico grupo de investigación, cohesionado por unos objetivos y una metodología comunes en el que destaca el recurso a la técnica prosopográfica para el estudio del mundo urbano: «Es de justicia reconocer que el equipo coordinado por el profesor Iradiel ha sido el introductor de esta técnica en el medievalismo hispano y el que mejor partido le ha sacado» (Riera, 2001: 15). También lo han reconocido hace años José Ángel Sesma y Carlos Laliena desde el Grupo de Investigación Consolidado CEMA (Centro de Estudios Medievales de Aragón) de la Universidad de Zaragoza, insistiendo en la influencia que el equipo de Valencia, dirigido por Iradiel, tuvo para el uso del método prosopográfico respecto a las sociedades urbanas del Aragón bajomedieval (Sesma, Laliena y Navarro, 2006: 9).

      Precisamente, el propio Iradiel reconocía en un seminario de la Universidad de Zaragoza, celebrado los días 5 y 6 de mayo de 2005, sobre La prosopografía como método de investigación sobre la Edad Media, que su acercamiento a este método de investigación no fue teórico sino práctico, como resultado de un interés manifiesto por la historia social para superar las diferentes clasificaciones bipolares que se utilizaban hasta entonces en las interpretaciones: señores y campesinos, artesanos y mercaderes, pobres y ricos. Además, ante la magnitud inabarcable de la documentación heterogénea conservada en los archivos valencianos esta era la única forma de poner un mínimo de orden en la búsqueda. La elaboración de bases de datos prosopográficas nos ha permitido incluso ensayos de historia cuantitativa, mediante la comparación de campos y series de resultados. También ha sido una buena forma de abordar los grupos sociales que aparecen en movilidad continua por los territorios urbanos y sus adyacentes o incluso que emigraban de ciudad en ciudad, o de la ciudad al campo y viceversa, perdiéndose la pista de sus trayectorias. En el fondo, vistas individualmente, las prosopografías reflejan estilos de vida insignificantes a los ojos del historiador, pero puestas en conjunto plantean un panorama importante de resultados que permite, como decimos, el estudio estadístico, analítico y cuantitativo. En suma, la prosopografía podría definirse como un instrumento de relación indispensable para agrupar fuentes fragmentarias y dispersas que son abundantes. De hecho, no existen fuentes específicas, todas son válidas para la prosopografía.

      De los primeros trabajos de investigación de Iradiel sobre Valencia surgieron sus aportaciones iniciales sobre la industria textil valenciana en el conocido artículo de la revista Áreas (Iradiel, 1986a), donde se posicionó con rotundidad en el debate en torno a economías dominantes y periféricas; o el brillante trabajo acerca de la familia y la función económica de la mujer en actividades no agrarias (Iradiel, 1986d), completado con otro estudio reeditado varias veces sobre los paradigmas de la belleza femenina –que es lo más cerca que ha estado nunca de la historia de la vida cotidiana y las mentalidades en una publicación específica (Iradiel, 1986b, 1986c y 1987)–. Fue entonces cuando editó el manifiesto historiográfico que abrió el programa de estudio de la sociedad urbana valenciana en Millars, la revista del entonces Col·legi Universitari de Castelló, ahora Universitat Jaume I (Iradiel, 1990b). En este artículo aludía a los resultados de investigación que las primeras tesis de Rafael Narbona (patriciado urbano) y Manuel Ruzafa (mudéjares) ya habían proporcionado a finales de los ochenta. Todo ello unido a los numerosos materiales recogidos en forma de fichas escritas a mano por unos y por otros investigadores del equipo, resumiendo documentos notariales de los archivos del Reino y del Patriarca para los proyectos iniciales. Se estaba preparando el terreno para las otras tesis que vinieron en los años noventa: José María Cruselles (notarios), Germán Navarro (artesanos), David Igual (mercaderes italianos) y Enrique Cruselles (mercaderes locales). La ciudad de Valencia se convertía así en el laboratorio predilecto de Iradiel para contemplar desde una atalaya firme ese mundo económico del Mediterráneo occidental en el que la Corona de Aragón extendía sus dominios.

      Parte del grupo de investigación publicamos con él un libro sobre oficios artesanales y comercio en Castelló de la Plana (1371-1517) que constituye uno de los ejemplos más claros del modelo prosopográfico de investigación con fuentes heterogéneas (Iradiel, Igual, Navarro y Aparici, 1995). Por aquel entonces también vieron la luz algunos trabajos en equipo sobre el negocio sedero (Iradiel y Navarro, 1996 y 1998), el entorno de los Borja (Iradiel y Cruselles, 2000 y 2005) o el comercio portugués en el Mediterráneo (Iradiel e Igual, 2001). Es en esas fechas cuando escribe el prólogo del libro L’univers dels prohoms (Perfils socials a la València baix-medieval del año 1995. La lectura de nuevas

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