Mi hermano James Joyce. James Joyce

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Mi hermano James Joyce - James Joyce Biografías y Testimonios

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arruinado la ocasión, casi lloraban. Mi madre escuchó el relato y rápidamente nos envió a todos a nuestro cuarto, donde me dio una paliza ejemplar, ya que todavía la recuerdo.

      Mis padres tenían muchos amigos en Bray y en la ciudad; para Navidad y Año Nuevo iban a Dublín a bailar y se quedaban a pasar la noche en un hotel, como hacen los Conroy en “Los muertos”. Mi madre hacía recomendaciones tan numerosas e inquietantes a los criados sobre lo que debían hacer durante su ausencia, que me asaltaba el temor de que marcharan para siempre. Mientras ella se mantuvo lozana, mi padre le hacía escenas de celos con pretextos triviales. Una noche, en un baile, uno de los invitados pidió a la dueña de casa que lo presentara a “esa hermosa joven”. “Con mucho gusto –respondió ella–, pero permítame decirle que esa hermosa joven es madre de cuatro niños”. Cuando la señora les contó la broma, mi padre rio, pero dejó de hacerlo al volver a casa, y luego durante meses.

      Él, por su parte, bailaba, y lo hacía bien, con todas las muchachas bonitas de la fiesta y no prestaba atención a su esposa. Mi madre, por el contrario, no era en absoluto celosa. Las fotografías de la primeras novias de mi padre aún estaban sobre el piano cuando yo era niño. Recuerdo el nombre de dos de ellas: Hannah Sullivan, una muchacha morena de aspecto enérgico, y Annie Lee, como la canción. En ambos casos, él había roto el noviazgo en un acceso de celos injustificados, según el testimonio de mi madre. Un día las fotografías desaparecieron del sitio en que estaban. En cuanto mi padre entró en la sala, lo notó.

      –¿Dónde están las fotografías? –preguntó.

      –Quemadas –fue la respuesta.

      –¿Quién las ha quemado? –preguntó otra vez.

      –Yo –dijo mi madre, desafiante.

      Mi padre se colocó el monóculo que usaba en esa época y la miró.

      –No, no fuiste tú –dijo–; fue esa vieja perra que está arriba.

      “Esa vieja perra que está arriba” era una elegante descripción de la señora Conway. Tenía razón. La señora Conway había persuadido a mi madre de que era absolutamente impropio tener las fotografías en la sala, donde los niños, que estaban creciendo y comenzaban a observar, podían verlas. Es evidente que sus escenas de celos eran la forma de satisfacer sus truculentas exigencias masculinas. Mi madre lamentó después haber cedido a la insistencia de aquella mujer, “porque –decía– eran muchachas bonitas”. Y quizá también porque le habían proporcionado la sensación de triunfo de un indio que adorna su tienda con los cueros cabelludos de sus víctimas.

       [3] Vance adoptó los versos de Samuel Lover del capítulo “Baladas y cantores de baladas” del libro Leyendas y narraciones de Irlanda, que dicen: Oh Thady Brady you are my darlin, /You are my looking-glass from nigth till morning /I love you bether without one fardin /Than Brian Gallagher wid house and garden. [Oh Thady Brady eres mi amor, / eres mi espejo de la noche a la mañana. / Te amo más sin un centavo/ que a Brian Gallagher con su casa y su jardín.]

       [4] En inglés, Here Comes Everybody.

       [5] “¡Oh mi espalda, mi espalda, mi espalda!”, Finnegan’s Wake (Londres, Faber & Faber, 1939), p. 213.

       [6] “...bebiendo champaña en su chinela después que terminó el baile como el niño Jesús en el pesebre en Inchicore en los brazos de la Santísima Virgen seguro que ninguna mujer pudo haber tenido un chico tan grande...” Ulises, p. 800, Buenos Aires, Santiago Rueda, 1945, trad. de J. Salas Subirat. [Todas las citas de Ulises son de la misma edición.]

       [7] “Dante le daba una pastilla aromática cada vez que le entregaba un trozo de papel de seda”. Retrato del artista adolescente, p. 7, Londres, Jonathan Cape, 1924.

       [8] “... y el señor Casey le había dicho que le quedaron entumecidos los dedos, preparando un regalo de cumpleaños para la Reina Victoria”. Retrato del artista adolescente, p. 31.

       [9] Las alusiones a Charles Stewart Parnell se repiten a lo largo del texto en diferentes oportunidades. Fue un político irlandés nacido en Avondale (Co. Wicklow) en 1846, de notables condiciones oratorias y, en su momento, profundamente influyente en la política de su país. Sucedió a Isaac Butt como repre-sentante de Meath en el ala irlandesa del Parlamento británico –el Parlamento irlandés había sido definitivamente clausurado por los ingleses en 1800–, poniéndose inmediatamente al frente del movimiento autonomista y logrando la mitad de los escaños en las elecciones parlamentarias de 1874. Para alcanzar sus objetivos, Parnell se apoyó en la National Land League, creada en 1879 por Michael Davitt. Ese movimiento –del cual Parnell fue presidente–, buscaba asegurar los derechos básicos de los granjeros católicos frente a los abusos de los propietarios de las tierras, mayoritariamente protestantes. Se produjo entonces una ola de agitación en toda Irlanda, que finalizó cuando el gobierno británico abolió el antiguo sistema sucesorio en favor del otorgamiento de las tierras a quienes las trabajaran. El éxito de Parnell le confirió una base de apoyo importante para sus reclamos e influyó sobre el Primer Ministro británico Gladstone, quien intentó alentar sucesivos proyectos de autonomía (Home Rule), pero estos fueron vetados en el Parlamento inglés. Transformado en héroe nacional, en 1889 Parnell fue objeto de un escándalo al ser citado a comparecer ante un tribunal en el juicio de divorcio de Katherine O’Shea, con quien tenía amores en secreto. Sus detractores aprovecharon la ocasión y lo hundieron en el desprestigio, ayudados primero por la iglesia católica y, luego, por el Partido Liberal. En diciembre del año siguiente, convertido en paria, Parnell se casó con su amante, para morir en sus brazos en junio de 1891 [Nota de J.F.].

       [10] “Muy bien, Simón. Todo sereno, Simón...” Retrato del artista adolescente, p. 67. “¿Dónde está Punch? Todo sereno”. Ulises, p. 447.

       [11] Otra de las exageraciones de John Joyce; fue cura en Carrignavar, cerca de la ciudad de Cork.

       [12] Fenianos fue el nombre con que se identificaron los miembros de la Irish Republican Brotherhood, sociedad secreta fundada en 1858, que rechazaba la vía constitucional para obtener la independencia irlandesa. Sus líderes, James Stephens (1825-1901) y John O’Leary (1830-1907), intentaron una insurrección en 1867, que fue derrotada [Nota de J.F.].

       [13] Daniel O’Connell (1775-1847). Político irlandés que, en 1823, creó la Catholic Association, cuyo objetivo era presionar para la obtención de plenas libertades para los católicos irlandeses, quienes alcanzaron la emancipación religiosa en 1829. Acto seguido, O’Connell intentó sin éxito el restablecimiento del Parlamento irlandés [Nota de J.F.].

       [14] M’Swiney fue Lord Mayor en 1875.

       [15] Oliver Goldsmith (1728-1774). Poeta, ensayista, dramaturgo y escritor misceláneo irlandés. Su obra más conocida es The Vicar of Wakefield:

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