Más allá de la pareja. Eve Rickert

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Más allá de la pareja - Eve Rickert La pasión de Mary Read

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me mudé a Portland, la relación se convirtió en una a muy larga distancia. De todos modos, sigue siendo una relación romántica. Nos queremos, y nuestras vidas siguen mutuamente entrelazadas en muchos aspectos, en la medida que podemos. Hemos intercambiado nuestros anillos. Seguimos compartiendo intimidad. Cuando ella tuvo problemas en una de sus relaciones, me llamó para que la apoyase, y yo crucé el país para estar con ella. Compartimos nuestras esperanzas, sueños, alegrías y penas. Seguimos teniendo un compromiso absoluto con nuestra felicidad mutua. En todas las facetas importantes, Amber sigue siendo una de mis parejas. Nuestra relación no se parece a las relaciones románticas convencionales, al menos no como las de la era victoriana, pero una de las cosas increíbles del poliamor es que podemos marcar nuestro propio camino, definiendo nuestra relación para que se adapte más a nuestra vida que a las normas culturales.

      La experiencia de Franklin y Amber muestra que juzgar el éxito de una relación basándose en algunos criterios arbitrarios tiene menos sentido que juzgarlo basándose en el hecho de que las personas involucradas en esa relación consideren que es un éxito.

      ¿Cuántas relaciones?

      Es posible no tener ninguna relación y ser una persona poliamorosa. Es posible tener solo una relación y ser una persona poliamorosa. Si tu intención es mantener todas las posibilidades abiertas para tener múltiples relaciones románticas, eres una persona poliamorosa independientemente de tu estado actual. De hecho, si el poliamor es parte de tu identidad (para alguna gente lo es; para otra, no) podrías estar en una relación monógama y seguir siendo una persona poliamorosa.

      ¿Hay un número «correcto» de relaciones en el poliamor? No ¿Hay un número «correcto» de relaciones que tú debas tener? Podría ser. Sin duda hay un máximo. Hay un dicho entre la gente poliamorosa: «El amor es infinito; el tiempo y la atención no lo son». Es debatible si el amor es infinito o no; en términos prácticos, probablemente no lo es[1]. El tiempo y la atención definitivamente no lo son. Diferentes personas tienen limitaciones diferentes respecto al tiempo y la atención que pueden ofrecer, y diferentes relaciones requieren diferentes cantidades de cada uno, por lo que algunas personas pueden mantener más relaciones románticas que otras antes de llegar a estar «polisaturadas», como se suele decir.

      El número de relaciones que eres capaz de mantener puede variar. Algunas situaciones, como empezar en un nuevo trabajo o cuidar de un bebé, consumen inmensas cantidades de tiempo y espacio emocional; es normal sentir que no quieres comenzar una nueva relación hasta que tengas más tiempo (aunque, esperemos, seguirás cuidando de las que tienes). Por otro lado, a veces hay puntos de inflexión, cambios radicales: puede que encuentres a una persona tan increíble, tan fantástica, que no te importaría reacomodar partes de tu vida para hacerle un espacio. Los cambios radicales son disruptivos, como hablaremos en el capítulo 14.

      Frankenpoli

      Puesto que diferentes personas tienen diferentes necesidades, y el poliamor nos permite distribuir nuestros «huevos de la necesidad» en más de una «cesta relacional», es posible mantener una relación dentro de una estructura poliamorosa que podría no sobrevivir de otra manera. Hemos hablado sobre las relaciones poliamorosas felices que pueden darse entre niveles desiguales de sexo o sin sexo en absoluto. Lo mismo puede suceder cuando un miembro de la relación es sexualmente más atrevido que el otro, y quiere explorar que lo aten, azoten u otra práctica no convencional que deja totalmente fría a la otra persona. Quizá a una persona le gustan mucho los bailes de salón pero la otra tiene dos pies izquierdos. (A dos de las relaciones de Franklin les encantan los bailes de salón pero él nunca ha sentido curiosidad por ellos.) Una persona puede tener una profunda fe religiosa que su pareja no comparte. El poliamor ofrece la oportunidad de cubrir diferentes necesidades en relaciones diferentes.

      El peligro aquí es ver a las otras personas como máquinas de satisfacer necesidades. Cuando una necesidad no está siendo cubierta, esa necesidad puede parecer insaciable y puede resultar tentador buscar a una persona para que la cubra. Una de las relaciones de Franklin llama a esto «Frankenpoli», reunir y coser las piezas de una relación romántica perfecta que cubra todas las necesidades utilizando las partes de otras personas. También hemos oído llamarlo «Polipokemon», a partir de la idea de que necesitas coleccionar una serie completa de diferentes tipos de relaciones.

      Cuando comenzamos a fijarnos en otras personas solo valorando qué necesidades pueden cubrir en lugar de como personas completas en sí mismas, iniciamos el camino de tratar a las personas como cosas. Una persona con la que estás solo porque consigues cubrir una necesidad cuando insertas monedas de tiempo-y-atención no es una relación romántica con quien compartirás la vida. Lo que no quiere decir que todo intento de cubrir diferentes necesidades con diferentes personas nos lleve en esa dirección. Una amiga de Franklin necesitaba determinadas prácticas sexuales no convencionales que su marido no cubría, y ella ha conseguido encontrar amantes que comparten esa necesidad con ella. Pero sus amantes son relaciones románticas por derecho propio, valoradas por razones que van más allá de ayudar a cubrir esa necesidad.

      Algunas necesidades, de todos modos, no es posible buscarlas en otro lugar. Las necesidades de intimidad, de comprensión o de compañía a menudo están ligadas a las personas con quienes tenemos una relación; aunque esas necesidades nos las cubra Alice, puede que necesitemos que esas necesidades las cubra también Bob.

      Relaciones que crecen

      Puesto que no existe una plantilla estandarizada para el poliamor, es raro ver dos relaciones que parezcan iguales. Hemos observado, de todos modos, que las relaciones sólidas, exitosas, tienden a tener las mismas cosas en común. Volviendo a nuestra metáfora del huerto, no hay dos que parezcan iguales pero todos los huertos necesitan ciertas cosas para crecer: Luz solar, aire, tierra, la cantidad adecuada de agua. ¿Qué necesitan las relaciones poliamorosas para crecer y prosperar?

      Algo que hemos oído a menudo es «Cuando comencé a explorar el poliamor, las cosas que creía que eran importantes eran muy diferentes de las que resultaron ser importantes». Hemos visto que las relaciones poliamorosas prosperan fácilmente cuando tienen libertad para cambiar y adaptarse. Cuando las personas en una relación son más importantes que la estructura de la relación –cuando son libres para defender sus propias necesidades, para crecer incluso de maneras inesperadas, cuando tienen una sensación de empoderamiento personal sobre sus relaciones– las relaciones mismas tienden a ser fuertes, resilientes y felices.

      Como tratamos en los capítulos 4 y 8, puede resultar tentador, especialmente si has comenzado recientemente en el poliamor, intentar marcar un guión sobre cómo será la relación –decidir por adelantado qué tipo de personas situarás en cada rol. La gente hace eso para evitar enfrentarse a cuestiones como la inseguridad o el miedo a que les dejen de lado. Esta aproximación trata a las personas como piezas intercambiables en lugar de como seres humanos con sus propias necesidades y deseos. Cuando tratamos a las personas como piezas que deberán encajar en determinados roles que hemos diseñado para ellas, es probable que sientan que se les resta autonomía, lo que siembra las semillas para problemas de todo tipo.

      Lo que casi invariablemente sí funciona es tener una actitud abierta a una amplia variedad de posibles configuraciones de las relaciones y desarrollar herramientas para una comunicación abierta, para defender tus necesidades y para actuar de manera ética y empática, independientemente de la forma que esas relaciones puedan adoptar. Como dice Eliezer Yudkowsky: «Es tu responsabilidad tener más ética que la sociedad en la que creciste».

      #ALGUNAS PREGUNTAS QUE PUEDES HACERTE

      Una buena herramienta para encontrar, desarrollar y mantener buenas relaciones es pensar en las relaciones

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