Más allá de la pareja. Eve Rickert

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Más allá de la pareja - Eve Rickert La pasión de Mary Read

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que hemos descrito es el proceso de recogida de datos. También nos gusta hacerlo así cuando exploramos nuevas maneras de relacionarnos. Podemos observar, a medida que vamos eligiendo nuevos patrones de relación, qué elecciones tienden a conducirnos al dolor y los conflictos y cuáles conducen a la armonía. Al final, gradualmente, esos patrones se convierten en la prueba de qué acciones es más probable que promuevan el bienestar de todo el mundo en una red relacional. Puede que no sean las formas «correctas» de poner en práctica el poliamor –del mismo modo que no hay comidas «correctas»– pero podríamos llamarlas maneras «buenas».

      Llámalo poliamor basado en la evidencia, si quieres[2]. Eso es lo que aspiramos a darte en este libro. Todo lo que te recomendamos viene de lo que hemos observado que funciona en la mayoría de los casos. Las cosas que te recomendamos evitar son cosas que hemos observado, una y otra vez, que provocan conflictos. No estamos criticando a las personas que están haciendo «mal» las cosas, excepto si lo hacen intencionadamente, ni tampoco estamos avalando a quienes están haciendo las cosas que funcionan como ejemplos poliamorosos perfectos a quienes sería buena idea imitar (aunque a veces, quizá, deberías). Todo lo que estamos diciendo es, si quieres elegir estrategias para llegar a donde quieres llegar, estas son las más exitosas a largo plazo que hemos visto.

      El poliamor es todavía algo nuevo. No somos gente «experta», porque no la hay. A veces, planteamos preguntas que todavía no tienen solución. Al unirte a nuestro gran experimento, estarás ayudando a crear un camino que otra gente puede seguir, contribuyendo al corpus teórico sobre el poliamor que se está creando. En este libro, mostramos nuestras propias experiencias –y sobre todo, nuestros errores– abiertamente, con la esperanza de que puedas aprender de ellos y que evitemos que cometas los mismos errores. ¡Te invitamos a salir y explorar el vasto y fértil terreno de los nuevos y desconocidos errores que todavía puedes cometer! Y después, te invitamos, si quieres, a que compartas tus experiencias a través de tu propio blog o comentarios en el nuestro (en morethantwo.com), en foros sobre poliamor, de manera que todo el mundo podamos seguir aprendiendo.

      Una brújula moral

      Piensa en este libro como una brújula, no un mapa. No existe un camino mágico que te lleve hasta la felicidad poliamorosa. Dicho eso, como enfatizamos una y otra vez, las direcciones de la brújula que hemos visto que conducen a relaciones sólidas, vibrantes y felices son la valentía, la comunicación, la voluntad de hacerte responsable de tus propias emociones, respetar la autonomía del resto de personas, la actitud comprensiva y la empatía.

      La manera «correcta» de poner en práctica el poliamor es que tú (y cualquiera en la relación) hables de tus necesidades, miedos e inseguridades; que hables de las maneras en que te pueden dar su apoyo quienes tienen una relación contigo; y que respetes tus compromisos, sin controlar ni imponer normas a otras personas para protegerte de tus propios desencadenantes emocionales. Por encima de todo, confía en que no quieres controlar a tus relaciones, porque con quien tienes una relación, si tiene la libertad de hacer lo que quiera, elegirá quererte y apoyarte. Y siempre, siempre avanza en la dirección que requiera más valentía, hacia tu mejor versión posible.

      Las relaciones poliamorosas sólidas, éticas, no son el destino, son el camino. Cuidar esas relaciones es como avanzar hacia un punto en el horizonte: Con cada decisión que tomas, avanzas hacia él o te alejas de él, pero realmente nunca llegarás a él. A veces tomarás una decisión que te aleja de él, pero no hay problema, porque siempre puedes tomar otra decisión y comenzar de nuevo a moverte en la dirección en la que quieres ir.

      Antes de que hablemos de cosas como cuidar las relaciones sanas y maximizar el bienestar de todas las personas involucradas, necesitamos suponer algunas cosas sobre el tipo de relaciones que quieres, como qué queremos decir cuando usamos la palabra sana. Sabemos que el colectivo poliamoroso es muy variado y que no podemos dirigirnos a toda la amplia variedad de contextos, elecciones, necesidades y expectativas de quienes nos leen. Aun así, creemos que si no damos por supuestas estas cosas, nuestros consejos serían inservibles. Damos por hecho que tú:

      • buscas, como la mayoría de la gente, establecer relaciones porque valoras el amor, la conexión y una sensación de pertenencia

      • quieres que tus parejas establezcan una relación, y específicamente una relación poliamorosa, por su propia voluntad

      • quieres que las personas con quien tienes una relación se sientan queridas, cuidadas y seguras en su relación contigo, y tú quieres sentir que te quieren, cuidan y tener una sensación de seguridad en tu relación con ellas

      • valoras la honestidad en tus relaciones, que definimos, como mínimo, como que todas las personas involucradas sean conscientes de las otras personas con las que están relacionadas[3]

      • aceptas que todas las relaciones a largo plazo tendrán algún conflicto, pero que no quieres que la norma sea el conflicto, la ansiedad o el dolor, y desde luego no más frecuentes que la alegría, la conexión y la comodidad.

      Aceptar y respetar estos puntos de partida llevan de manera natural a relaciones de cariño, apoyo y abiertas. Cuando hablamos de maneras «correctas» de practicar el poliamor, nos referimos a estrategias que, en nuestras experiencias, parecen conducir más a menudo a la gente hacia ese tipo de relaciones. Cuando hablamos de relaciones «sanas» estamos hablando de relaciones que avanzan hacia esos valores más a menudo de lo que se alejan de ellos.

      Sobre los derechos

      Hemos hablado de la idea de lo «correcto» (como opuesto a «incorrecto») pero ¿qué pasa con los derechos? Los derechos son la piedra angular de la mayoría de los sistemas éticos, incluido el nuestro. De hecho, creemos que las opciones que maximizan el bienestar no son éticas si no respetan los derechos de otra persona. Por ejemplo, una decisión que aumenta el bienestar de un grupo de personas no respetando el consentimiento de una de ellas –por ejemplo, decirle a una mujer que debe tener un bebé que no desea pero que el resto de su familia sí– es inmoral, porque la autonomía del cuerpo invalida la opción del bienestar del grupo.

      Es común oír la palabra «derechos» cuando quien la usa quiere decir realmente «las cosas que yo quiero». En las relaciones un derecho a menudo significa «algo que espero» o «algo a lo que considero que tengo derecho». «Soy la esposa por lo tanto tengo derecho a hacer que tus otras relaciones se terminen si me hacen sentir incómoda». O, «ella y yo hemos tenido descendencia, por lo tanto tengo derecho a decidir con quién puede tener una relación».

      Tenemos derecho a desear lo que deseamos. De todos modos, no tenemos derecho a obtener lo que deseamos. Para los derechos se debe subir el listón ¿Qué es un derecho? Mucha gente cree que existen unos «derechos naturales»: los llamados «derechos inalienables» con los que todo el mundo nacemos, como la vida, la libertad y demás. A menudo la gente cree que esos derechos se derivan de cosas como la naturaleza humana o los mandatos de una deidad. Ese es un lodazal en el que no nos vamos a meter (al menos no en este libro). En su lugar, hablaremos de los derechos más parecidos a los derechos legales: los derechos que tiene una persona por ley o por costumbre. A menudo hay que luchar por ellos antes de que sean otorgados, como todos los «derechos» protegidos en las democracias constitucionales modernas, por ejemplo.

      Al proponer unos derechos para las relaciones, no los reclamamos desde una autoridad natural ni como inalienables. Más bien, los proponemos como derechos que creemos que es esencial defender para construir relaciones basadas en los valores tratados en las páginas 77-79. Dichos derechos son la base de las relaciones éticas. Sugerimos que estos derechos deben de darse

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