Más allá de la pareja. Eve Rickert

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Más allá de la pareja - Eve Rickert La pasión de Mary Read

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una persona usa una palabra común de una manera que es malinterpretada por la otra persona. Por ejemplo, una vez Franklin tuvo una conversación con Celeste que fue más o menos así:

      CELESTE: ¿Podrías hacerme un favor, me pasas el trapeador?

      FRANKLIN: ¿Qué es un trapeador?

      CELESTE: Lo que pasas para limpiar, ya sabes, una fregona.

      FRANKLIN: ¡Ah, vale! Aquí la tienes.

      CELESTE: ¡Nunca me ayudas con las tareas de la casa! ¡Esperas que yo haga todo! ¡Te pido que hagas una sola cosa y no la haces!

      FRANKLIN: ¡Un momento! ¡Me pediste que te pasara el trapeador y te pasé la fregona! Eso era lo que querías, ¿no?

      CELESTE: No, te pedí que la pasaras tú en lugar de hacerlo yo. «Me pasas el trapeador» quería decir «Pasa el trapeador por el suelo en lugar de hacerlo yo».

      Palabras muy pequeñas pueden esconder grandes malentendidos ¿Qué es el sexo? ¿Qué es una relación? ¿Qué quieres decir con palabras como «permiso», «consentimiento» o «compromiso»? En una mesa de debate sobre poliamor en un congreso donde participó Franklin surgió un desacuerdo sobre el significado de esa última palabra:

      MIEMBRO DEL PÚBLICO: Es obvio que la gente con múltiples relaciones románticas no puede comprometerse, porque compromiso quiere decir que te dedicas a una sola persona. No puedes confiar en alguien que no puede comprometerse, porque no tiene un compromiso contigo.

      FRANKLIN: ¿Y qué sucede si alguien tienen compromiso con más de una persona?

      MIEMBRO DEL PÚBLICO: Eso es imposible, es una contradicción lógica. Compromiso significa «dedicación a una sola persona». No puedes dedicarte a dos personas igual que no puedes cortar un círculo en tres mitades. Una persona con más de una relación no se compromete y, por lo tanto, no se puede confiar en ella.

      Lo que es obvio para una persona puede que no sea obvio para otra. Como tratamos en el capítulo 19, respecto al sexo, incluso definir la palabra «sexo» puede provocar un lío muy serio.

      Palabras escurridizas

      En nuestro caso, cuando hablamos de relaciones, intentamos evitar ciertas palabras. Algunas palabras están cargadas con expectativas y carga emocional, lo que las hace propensas a ser mal utilizadas. Esas palabras fácilmente se convierten en herramientas para manipular, porque parecen aparentemente razonables pero tienen un significado complicado de determinar.

      Respeto. A mucha gente le gusta decir cosas como «Las nuevas relaciones deben respetar mis relaciones existentes». Y suena razonable. Después de todo, ¿quién entraría en una relación diciendo «No voy a respetar a ninguna de las personas involucradas»? Pero ¿qué significa «respetar» una relación? ¿Significa ceder siempre ante las personas que están en esa relación? ¿Significa hacer siempre lo que digan? El respeto es recíproco; ¿qué respeto están dispuestas a ofrecer a una nueva relación las personas que ya están en una relación preexistente?

      En lugar de usar palabras tan vagas como respeto, será mejor si explicas en detalle cuáles son tus expectativas. Si crees, por ejemplo, que las relaciones anteriores tienen prioridad en términos de tiempo y planificación, dilo. Usar palabras vagas como respeto es una manera fácil de acusar a otras personas de romper acuerdos cada vez que hacen algo que no te gusta, sin tener que llegar, en realidad, a ningún acuerdo explícito.

      Tener prioridad. Otra frase que suena bien pero es vaga y que hemos oído a menudo es «Mis compromisos previos tienen prioridad». Nadie entra en una relación haciendo borrón y cuenta nueva. Todo el mundo tiene compromisos previos que requieren nuestro cuidado, quizá criaturas, familiares con alguna enfermedad, un trabajo muy exigente o una colaboración empresarial. Esto es aplicable tanto a las relaciones monógamas como a las poliamorosas.

      Por lo que, si decimos: «Los compromisos previos tienen prioridad», ¿significa simplemente que tenemos compromisos previos con los que queremos cumplir? Eso es razonable en cualquier tipo de relación. ¿O es una manera de decir «Cuidaré de tus necesidades solo si no incomodan a las otras personas en mi vida», como, en realidad, parece pasar demasiado a menudo? ¿Significa que una persona con quien ya se tenía una relación siempre puede usurpar el tiempo que había sido asignado a un nuevo miembro de la relación?

      Es mejor explicar con detalle cuáles son tus compromisos previos, y qué necesitas para cumplirlos, en lugar de simplemente decir que «tienen prioridad».

      Justo y equitativo. Estas palabras evocan imágenes de relaciones en las que a todo el mundo se le reparte una porción de pastel del mismo tamaño, incluso aunque algunos miembros tengan más hambre que otros y aunque algunos sean alérgicos al pastel. La igualdad de oportunidades es muy diferente de la igualdad de circunstancias; si cada persona quiere cosas diferentes, es lógico que sus circunstancias sean diferentes. Lo más justo no es necesariamente una división igualitaria de los recursos, sino una división que cubra en el mayor grado posible las necesidades de todo el mundo.

      Derechos. En el capítulo 3 hablamos del nivel que algo debe alcanzar para considerarlo un «derecho». Pocas cosas llegan a ese nivel, por lo que «derecho» es una palabra que debe usarse con mucho cuidado.

      Algunas cosas que no tienes derecho a esperar en una relación: que nunca te cuestionen, que siempre estés a gusto, que otras personas siempre eviten todo lo que desencadena tus emociones y lo que te molesta. Las cosas a las que no tienes derecho incluyen tratar a la gente como desechable, obtener promesas de que alguien no te abandonará jamás y controlar las otras relaciones ajenas. Todas estas cosas requieren negociación. Las relaciones son siempre voluntarias; tienes el derecho a terminar una relación que no cubre tus necesidades (y quien tiene una relación contigo también), pero no tienes derecho a demandar a la persona con quien tienes esa relación que haga lo que tú quieres.

      Éxito. Cuando piensas en relaciones exitosas o que salen bien, ¿qué te viene a la mente? ¿Relaciones que duran una determinada cantidad de tiempo? ¿Relaciones en las que no hay desacuerdos? Puede ser tentador llamar exitosa a una relación porque dura mucho en el tiempo pero, ¿qué sucede si los miembros de esas relaciones tratan mal a sus otras relaciones?

      «Éxito» debe ser aplicable a todas las personas involucradas. Si una relación poliamorosa se mantiene unida durante mucho tiempo, pero trata mal a sus otras relaciones o hace daño a un montón de gente durante ese tiempo, no consideraríamos necesariamente que su relación ha tenido «éxito». Cuando usas la palabra éxito, ¿estás pensando en una relación en particular o en todas ellas?

      Razonable. La palabra razonable (y su gemelo maléfico, poco razonable) se usa con mucha facilidad. ¿Es razonable querer decirle a tu amante en qué posturas puede tener sexo? ¿Es razonable que una de tus relaciones bese a otra persona delante de ti? El problema es que lo que se considera «razonable» es mayormente cultural y subjetivo. ¡Para empezar, la mayoría de la gente diría que no es razonable tener varías relaciones!

      El poliamor es todavía lo suficientemente nuevo para no haber establecido unas normas culturales fijas de qué es razonable y qué no. Por lo que, en lugar de hablar sobre qué es «razonable», habla de cómo te hacen sentir detalles concretos de algo. ¿Cómo reaccionas cuando la persona con quien tienes una relación besa a otra persona delante de ti? ¿Por qué? ¿Cómo puedes negociar con la persona con quien tienes una relación otras

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