Mercados y bienestar. Varios autores
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Si bien el texto arriba citado parece afirmar que cantidad de trabajo o dinero son sinónimos como expresiones del componente social de las mercancías, el llamado valor intrínseco, una lectura crítica de las exposiciones marxistas de la economía simple permite establecer que allí encontramos en realidad dos enfoques distintos, aunque entrelazados en la exposición de Marx: el enfoque del valor absoluto como unidades de trabajo abstracto y el enfoque del valor absoluto como cantidades de dinero.
A. PRIMER ENFOQUE: EL VALOR ABSOLUTO COMO UNIDADES DE TRABAJO ABSTRACTO
En este primer enfoque las mercancías se presentan como portadores de trabajo abstracto que circulan en los mercados. Los componentes del enfoque del valor absoluto como trabajo abstracto son los siguientes.
1. EL PROCESO DE TRANSACCIONES COMERCIALES ES UNA CIRCULACIÓN DE VALOR
Si cada bien encarna una cuota de trabajo social, la economía comercial simple se describe como un proceso de circulación de una masa de valor económico creado en la generación de las mercancías de tal forma que el circuito mercancía-dinero- mercancía (M-D-M) parece ser la forma general del proceso para cada uno de los productores:
El mismo valor de cambio […] se mantiene en manos del mismo poseedor de mercancías, primero bajo la figura de su mercancía, luego bajo la figura del dinero en que esta se transforma, y por último, de la mercancía en la que ese dinero se convierte. Este cambio de forma no entraña modificación alguna en la magnitud de valor […]. Por tanto, en la medida en que la circulación de la mercancía no trae consigo que un cambio formal de su valor, trae consigo […] un intercambio de equivalentes. (Marx, 1975, p. 193).
Según esto, negociando bienes como mercancías lo que se hace es mover el valor de un agente a otro mediante el intercambio de bienes que portan valores equivalentes. Al presuponer el valor absoluto de esta manera, el dinero sería aquí mero intermediario para la circulación de los valores dados desde la producción, de tal forma que en una relación de intercambio se interpreta que se paga dinero porque la mercancía es también una encarnación de valor. Notemos además que aquí se identifica que la ley de la equivalencia, la ley del vínculo económico comercial, reposa en la igualdad de los valores transados: “La igualdad de lo que cada uno da y recibe es aquí [en el intercambio] un momento expreso del mismo” (Marx, 1971, vol. 3, p. 175).
2. UNA CONCEPCIÓN DE LA PRODUCCIÓN DE LAS MERCANCÍAS
Marx propone inicialmente (no para el capitalismo) que los bienes útiles son producidos por el trabajo directo de sus propietarios: “Si ponemos a un lado el valor de uso del cuerpo de las mercancías, únicamente les restará una propiedad: la de ser productos del trabajo” (Marx, 1975, vol. 1, p. 46). Con esta visión, la producción se separa del intercambio en el sentido de que no son necesarias relaciones comerciales para producir mercancías y también que el conjunto de productos tiene como aspecto común ser generados por la actividad laboral de sus propietarios.
3. UNA CONCEPCIÓN DEL CONTENIDO DEL ESPACIO DEL VALOR ABSOLUTO
El espacio del valor (el aspecto social del bien o valor absoluto intrínseco) se identifica con la existencia de unidades de trabajo abstracto en cada bien: “Un valor de uso o un bien [...] solo tiene valor porque en él está objetivado o materializado trabajo abstractamente humano” (Marx, 1975, vol. 1, p. 47). Con este trabajo abstractamente humano se obtendría la conmensurabilidad económica de las mercancías: “Las mercancías que contienen iguales cantidades de trabajo o que se pueden producir en el mismo tiempo de trabajo tienen la misma magnitud de valor” (Marx, 1975, vol. 1, p. 49).
Por tanto, la mercancía se piensa como referida a una dualidad en el carácter de los trabajos; el trabajo concreto se refiere a la actividad concreta que la genera, mientras que el trabajo abstracto se refiere a la magnitud común y social entre los bienes, aquello que por ser homogéneo permite la conmensurabilidad económica entre bienes diferentes, y en tal sentido constituiría la esfera social de asociada a los bienes. Esta dualidad de los espacios del valor es la que define la existencia de la mercancía, una vez como cosa y la otra como cuota de algo social:
Ese producto [en cuanto valor] ya no es una mesa o casa o hilo […]. Todas sus propiedades sensibles se han esfumado. Ya tampoco es un producto del trabajo del ebanista o del albañil o del hilandero o de cualquier otro trabajo productivo determinado. Con el carácter útil de los productos del trabajo se desvanece el carácter útil de los trabajos representados en ellos, por ende, se desvanecen también las diversas formas concretas de esos trabajos; estos dejan de distinguirse, reduciéndose en su totalidad a trabajo humano indiferenciado, a trabajo abstractamente humano. (Marx, 1975, vol. 1, p. 47).
4. UNA CONCEPCIÓN DE LA DIFERENCIA ENTRE EL TRABAJO CONCRETO Y EL TRABAJO ABSTRACTO
Marx escribe: “Esas cosas [los productos del trabajo] tan solo nos hacen presente que en su producción se empleó fuerza humana de trabajo, se acumuló trabajo humano. En cuanto cristalizaciones de esa sustancia social común a ellas, son valores” (Marx, 1975, vol. 1, p. 47). Y también:
(El trabajo general) es como si toda la fuerza de trabajo de la sociedad [...] representase para estos efectos una inmensa fuerza de trabajo [...]. Lo que subsiste del trabajo (tras hacer abstracción de su carácter útil) [...] es el ser un gasto de fuerza de trabajo humano, gasto de cerebro, músculo, nervio, mano, etc., humanos y en este sentido uno y otro son trabajo humano. (Marx, 1975, vol. 1, p. 54).
En resumen: el trabajo abstracto, el contenido del valor absoluto de los bienes, es una característica o propiedad de estos en cuanto que en ellos se incorporó una cantidad de trabajo abstracto, entendiendo por este una cualidad intrínseca de los trabajos concretos, un aspecto general de estos, en tanto que cualquier trabajo productivo reúne una característica común: es una cuota de gastos de energía humana7.
5. UNA CONCEPCIÓN DEL DINERO
Al postularse que el trabajo abstracto es el verdadero “contenido” del valor, el carácter social de la mercancía, se descarta que el dinero lo sea: “el valor y la magnitud del valor no derivan de su forma de expresión [en dinero] en cuanto valores de cambio” (Marx, 1975, vol. 1, p. 74). Esta posición hace que el dinero quede relegado a ser una entidad secundaria respecto al trabajo abstracto: “En cuanto medida del valor, el dinero es la forma de manifestación necesaria de la medida del valor inmanente a las mercancías […]” (Marx, 1975, vol. 1, p. 115). Al afirmar esto, se piensa que el trabajo mismo es inmanente como sustancia del valor, pero no se expresa en sus propias unidades (horas de trabajo), sino en unidades de dinero; este va entonces a concebirse como el lenguaje común para la manifestación social de los valores previamente postulados, y así se subraya la preeminencia del trabajo abstracto sobre la magnitud monetaria misma.
6. UNA CONCEPCIÓN DE LA “GÉNESIS” DEL