La vida es una danza. Antonina Canal
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Sus propuestas impactan en el nivel más íntimo de la existencia tendiendo un puente entre la corporalidad y la conciencia del ser.
Sin duda, su perspectiva abre un horizonte de posibilidades en la búsqueda de una paz que sólo puede surgir del perdón y el agradecimiento profundo.
Sami Salem
Embajador de la República Árabe de Egipto en ColombiaMarzo, 2019
La danza oriental -o la danza del vientrees una de las más antiguas del mundo, y combina elementos de diferentes países del Medio Oriente y el Norte de África, aunque sus orígenes precisos son inciertos.
En los países árabes esta danza se conoce como Raks Sharki que significa literalmente danza oriental. El nombre danza del vientre se empieza a utilizar en el siglo XIX por los europeos que viajaron a los países exóticos en busca de nuevas culturas, costumbres y paisajes. Estos viajeros acuñaron este término sorprendidos por los movimientos de vientre y cadera que no existían en las danzas europeas.
Actualmente, la danza oriental en la mayoría de los países árabes es parte de la cultura y una celebración sin un espectáculo de danza oriental no está completa. En los países donde más se ha desarrollado en los últimos tiempos es en Egipto, Líbano y Turquía, aunque cabe destacar que también se ha desarrollado en algunos países europeos y de américa debido a la inmigración árabe, como en Alemania, Francia, Brasil y Estados Unidos.
Aprovecho esta oportunidad para saludar a mi amiga la Sra. Antonina Canal, Directora de la Academia Prem Shakti en Bogotá, y felicitarla por su iniciativa de publicar un libro sobre la danza oriental. Le deseo mucho éxito en la enseñanza de este baile tan sensual en un país tan rico culturalmente como Colombia.
Ph. Archivo Prem Shakti // Teatro Colsubsidio Roberto Arias Perez. 2017 // Puesta en escena abanicos de seda fantasia fusión // Carla Acosta, Angela María Chia, Ailyn Medina, Raquel Gonzáles.
La danza en la antigüedad
La danza oriental es un arte milenario y una de las más antiguas del mundo. Se conoce también como Raks Sharki, que literalmente significa danza oriental. Como su nombre lo indica, tiene su origen en los países del Medio Oriente y combina elementos de danzas del norte de África. Aunque sus orígenes precisos son inciertos, hay documentos que comprueban que nació en Egipto entre 1200 y 1300 A. C., y que era utilizada por las sacerdotisas de las orillas del río Nilo como danzas rituales de fertilidad, carácter místico y ceremonial expresando la magia, el poder, la sensualidad, la sabiduría del espíritu femenino y la Diosa. Estos mismos ritos tuvieron lugar en Turquía, Mesopotamia, Fenicia e India, pero su principal y más antiguo origen es Egipto.
Desde la época antigua, hasta hoy, la danza oriental ha evolucionado a través del tiempo en diversas formas, adoptando su propia escritura, tradición, folclore, ritmología, lenguaje, vestuario y elementos acordes con los diferentes momentos históricos y socioculturales.
El término «Dance du ventre», aunque no es del todo correcto, se empieza a utilizar en el siglo XIX por la fascinación de los europeos, principalmente los franceses, que viajaron a los países exóticos de Oriente en busca de nuevas experiencias culturales, paisajes, tradiciones y costumbres. Estos viajeros llegaron a Egipto y encontraron en el desierto del Sahara a hermosas mujeres árabes con el vientre descubierto, danzando al ritmo de instrumentos exóticos con movimientos ondulantes de cadera y bajo abdomen, que no existían en las danzas europeas, mucho mas rígidas y lineales. Así, nació el término dance du ventre, que más tarde pasó a España como danza del vientre y luego a Estados Unidos como bellydance.
Sin embargo, este término corta el verdadero significado, historia y propósito de esta danza, ya que es bastante limitado, y si bien el énfasis de la danza oriental se basa en los movimientos de caderas, el cuerpo se expresa de manera integral y armónica en más de treinta ritmos diferentes con un amplio contenido, sabiduría y profundidad que expresan, honran y celebran la esencia femenina en todas sus facetas y en muchos planos. Así pues, el término correcto que se debe utilizar es: el danza oriental o Raks Sharki.
A través de la historia, miles de mujeres han danzando los maravillosos e hipnotizantes ritmos ondulantes, sensuales y misteriosos de la danza oriental, honrando y celebrando la expresión del espíritu femenino, la capacidad de dar a luz y crear esa conexión sagrada con el aspecto divino, sagrado y mágico de la diosa.
Las mujeres han encontrado en este arte milenario un espacio de liberación, celebración, conexión espiritual, diversión, creatividad, oración, mística y empoderamiento. Aunque la danza oriental es practicada más por mujeres y su origen ritualístico es femenino, también es realizada por hombres en las danzas tradicionales del folclore árabe y la danza sufi o Tanura.
La danza ritual:
la danza de las sacerdotisas
Existen debates sobre el origen preciso de la danza Oriental debido a la poca documentación que hay al respecto; sin embargo, existen hipótesis y sustentaciones importantes de muchos historiadores que coinciden con que la danza es quizá la más antigua de las artes; esto se sustenta en el registro pictórico que existe en pinturas rupestres, grabados, dibujos en piedra, jeroglíficos, entre otros. Antes de la escritura, el ser primitivo dejó plasmadas sus vivencias y estilo de vida en esta forma de lenguaje.
En algunos frescos y pinturas rupestres se han encontrado mujeres danzando en diferentes posturas en Egipto antiguo.
Se ha comprobado que estas danzas se bailaban inicialmente de manera ritual y ceremonial, haciendo un culto a la fertilidad y a la expresión de los aspectos divinos de la mujer.
Egipto:
la diosa Hathor, celebrando el espíritu femenino
En la Edad Antigua, la danza oriental era de tipo ritual, constituía un espacio ceremonial practicado por sacerdotisas en los templos de Nilo, un espacio sagrado en donde se enseñaba a las mujeres cómo preparar el cuerpo para el parto, por los movimientos pélvicos y de vientre que se hacían, así como también la expresión, oración, mística, espiritualidad y conexión con su aspecto divino. Las mujeres danzaban en rituales de fertilidad, femineidad y expresión del poder femenino.
Sus movimientos circulares promovían y estimulaban el alumbramiento o «dar a luz», exaltando también las cualidades físicas de la mujer: las caderas, los pechos, los hombros. Sus movimientos circulares, sensuales y ondulantes semejan un espiral, muy conectado con los ciclos de la luna, las olas del mar, las ondas de la naturaleza representada en las flores y los cinco elementos: tierra, agua, aire, fuego y éter. El círculo representa la energía femenina, lo creativo, receptivo, sensorial, sensual, intuitivo. Estos rituales de danza practicados por las antiguas sacerdotisas en los templos a la orilla del río Nilo expresaban la magia y el poder femenino en todas sus formas: la fertilidad, maternidad, juventud, edad adulta y vejez.