Trayectorias históricas de la enfermería. Deibys Carrasquilla Baza
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La mayoría de los estudios consultados, algunos de ellos referenciados en este libro, se fundamentan en revisiones sistemáticas o documentos institucionales recientes. Es decir, existe una gran distancia de los estudios históricos con documentos primarios, lo que le da poco peso y experiencia metodológica frente a este tipo de fuentes. De la misma manera, la historia oral o el acceso a otros documentos (como fotografía, audios y videos) son poco usados o referenciados como parte de las estrategias metodológicas, esto, sumado a lo anterior, advierte sobre la poca profundidad y detalle, así como el acceso a un tipo de información que es vital en la indagación histórica. Sin embargo, existen algunos trabajos que empiezan a tener en cuenta el cine y la literatura como parte del análisis histórico enfermero.
Historia de la enfermería en Colombia
La historia de la enfermería en Colombia mantiene elementos similares a los que, en párrafos anteriores, hicieron referencia a la enfermería en el mundo. Es decir, se remonta a la presencia humana en sus territorios y se ha desarrollado a partir del trabajo de mujeres e influenciados por elementos religiosos. Sin embargo, las condiciones históricas, así como los hechos ocurridos, le otorgan una variación especial que amerita ser precisada, sobre todo, con el fin de ir aterrizando poco a poco en las dos experiencias que se trabajan en este libro. Además, contribuye con el propósito de este último, de constituirse en material de lectura para estudiantes e iniciados en el tema de la historia de la enfermería.
La diversidad cultural del país no puede pasar desapercibida en la historia del cuidado enfermero, sobre todo cuando esta última ha marcado considerablemente tanto la formación social de la población colombiana, como la configuración cultural actual. En ese sentido, la historia del cuidado enfermero es un proceso de largo aliento, sobre todo si procura el reconocimiento de la diversidad de saberes y prácticas realizadas en el marco de la diversidad del país. Este trabajo, solo intenta resaltar parte de las indagaciones que se encuentran pendientes en el campo de la historia del cuidado y no pretenderá incorporar reflexiones de esa índole, concentrándose únicamente en los hechos asociados a la enfermería profesional, no sin antes hacer un fugaz repaso de lo señalado por la literatura sobre el tema.
Ana Luisa Velandia (1995), en su libro titulado Historia de la Enfermería en Colombia, presenta una de las primeras publicaciones que expresan el gran esfuerzo de documentar el desarrollo histórico de la profesión en el país. Para ello, en primer lugar, expone las herencias que la profesión ha recibido por tradición, entre ellas la religiosa, femenina, militar y etnográfica, todas ellas con una amplia influencia en el desarrollo de la enfermería, tanto en términos de los elementos que impulsaron su desarrollo, como de los obstáculos que aún se mantienen vigentes y que se asocian con su quehacer profesional actual. De estas herencias, la religiosa y la femenina han sido objeto de indagación académica, pero permanecen amplios vacíos para la comprensión de la militar.
Frente a la herencia etnográfica existe, además del vacío, la incomprensión y falta de formulación de un nuevo paradigma, que sea incluyente y que abogue por una historia contada por múltiples voces, y que reconozca la diversidad cultural del país, así como los procesos de exclusión, marginación y discriminación que ha relegado a muchas poblaciones, tanto del panorama de representación de la nación y su historia, como del contexto académico enfermero, el cual, durante mucho tiempo no lo consideró como parte de sus sujetos de estudio. En las últimas décadas, el panorama ha cambiado, y se ha evidenciado el esfuerzo por generar aproximaciones a su comprensión. Esta nueva apertura de la enfermería a la diversidad, implica también un giro del estudio de la historia del cuidado enfermero, sobre todo en términos del reconocimiento de la participación que poblaciones indígenas, afrodescendientes y migrantes o extranjeros han realizado a la configuración del cuidado.
Colombia es también un país de regiones, cada una de ellas facilita también la aproximación a la comprensión de la formación social y cultural del país y, por ende, las pistas para comprender las dinámicas históricas del cuidado enfermero. En estas regiones, las dinámicas poblaciones fueron distintas, marcadas por los hechos históricos originados desde la era precolombina y la colonización, pero que tuvieron a las características geográficas y los procesos económicos como factores determinantes. El primero, por ejemplo, a partir de la diferencia geográfica marcada por la cordillera de los Andes, ríos como el Magdalena, Amazonas y Cauca, así como el mar Caribe y el Océano Pacífico contribuyeron en la consolidación de las regiones.
En el caso de la región norte, conocida como la región del Caribe colombiano, la ubicación cercana al mar Caribe, el río Magdalena y la Sierra Nevada de Santa Marta fue el determinante geográfico que influyó en su conformación. Los estudios arqueológicos la denominaron como parte del área intermedia, una especie de zona de paso, donde los cambios de clima (épocas de sequía y lluvia) no facilitaron la consolidación de una gran nación, pero permitieron que pequeñas poblaciones se desarrollaran a partir de la variedad de productos que le ofrecía la montaña, el mar, los ríos y las ciénagas. Sin embargo, en el período precolombino, alcanzaron a consolidarse poblaciones con un nivel de desarrollo considerable, como lo evidencian la intervención realizada al medio ambiente por parte de los zenúes y taironas, a través del sistema hidráulico y sistema de terrazas, respectivamente, así como el desarrollo de su alfarería y orfebrería, entre otros.
Por su parte, durante el proceso de colonización, la región Caribe fue la entrada de europeos colonizadores, lo que permitió la fundación de las primeras ciudades de tradición hispana en el país, como lo fueron Santa Marta (1525) y Cartagena (1533), desde las cuales, salieron las excursiones y planes de conquista del resto del continente. En este proceso, se dio inicio al exterminio de una cantidad considerable de la población nativa, así como la llegada de europeos y africanos traídos a la fuerza y obligados a trabajar como esclavos. De esta manera, los indígenas sobrevivientes, que habían huido a zonas alejadas como desiertos, montañas, pantanos y ribera de los ríos, como estrategia de supervivencia, poco a poco se fueron mezclando e incorporando a la población general, lo que desarrolló un proceso de transculturación complejo donde resulta difícil establecer las herencias en el marco cultural tan heterogéneo como el que se instauró a partir de la colonización. En ese sentido, la región conservó elementos tradicionales de las comunidades indígenas sobrevivientes, así como de poblaciones afrodescendientes fugadas y que vivieron al margen de la esclavitud, además del producto mezclado y las tradiciones europeas heredadas, constituyendo una confluencia compleja y diversa de experiencias humanas que han hecho parte del contexto en el que se ha desarrollado la historia del cuidado enfermero en el país.
En términos de la concepción tradicional de la historia de la enfermería, Velandia ha caracterizado su desarrollo a partir de etapas y tendencias. En la descripción que realiza, presenta el panorama enfermero a partir del contexto general de la situación de la salud, la educación, la mujer y la enfermería en sí misma, según cada período delimitado. Cada uno de estos elementos es vital para comprender cómo ha sido el desarrollo de la profesión, incluyendo la evolución del papel de la mujer en la sociedad. En ese sentido, el primer período, 1900-1934, dio lugar al nacimiento de la enfermería en el país (como profesión) desde experiencias que, como efecto colateral del pasado, han sido contadas a partir de un ambiente confuso que ha dificultado su construcción, pero que tiene dos iniciativas como protagonistas. Una de ellas es la Escuela de Enfermería del Hospital de Santa Clara en Cartagena y la segunda, la escuela de enfermeras y comadronas de la Universidad Nacional de Colombia ( Velandia, 1995; Serrano, 2012; Velandia, 2014).
Sin embargo, tanto el período como la afirmación que ubica a estas escuelas como parte del “origen” de la enfermería es susceptible de críticas, por la ruptura forzosa que presenta de los procesos históricos del cuidado que se venía realizando desde la labor de instituciones religiosas (Castro, 2011) y su aislamiento de la dinámica social alrededor de la salud, donde resultaba difícil aislarla de la medicina. Se puede