El misterio del tatuaje flotante. MJ Villamancebo

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El misterio del tatuaje flotante - MJ Villamancebo

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de la caja, salió un hombre alto, fornido, moreno de piel y de pelo, vestido de militar de alto rango.

      Esa imagen dejo helada a Zoe. No se podía creer lo que estaba viendo.

      Su cuerpo temblaba y se quedó sin palabras. ¡¡¡Era Dyehuty!!! Thoth.

      Katia noto que algo le pasaba a su amiga y se fue a su lado, cogiéndola de nuevo del brazo.

      -¿Dra. Zoe Alcalá?- Le pregunto el militar acercándose a ella.

      Inconscientemente, Zoe movió la cabeza en signo afirmativo, mientras, no podía salir de su asombro.

      El hombre de sus sueños, el que se despedía de su amor eterno, era real, y estaba allí,... frente a ella.

      -Dra. Alcalá, soy el Comandante de la Fuerzas Aéreas Amat, seré su enlace con el Gobierno en este proyecto - Siguió diciendo el, sin importarle que ella lo mirara totalmente alucinada.

      El Comandante levanto un sobre que llevaba en la mano, y Zoe lo cogió en un acto reflejo.

      Él, entonces, se dirigió hacia el resto del equipo.

      -Como ya les habrán informado, esto es un asunto de "Alto Secreto", nadie, absolutamente nadie, debe conocer en que trabajan. No permitiré filtraciones de ningún tipo.

      Tengo carta blanca para hacer "lo necesario", para que este asunto siga siendo "clasificado"

      No es una simple amenaza.

      Han muerto 200 personas hasta que hemos llegado hasta ustedes, y les puedo asegurar, que 6 más no serían un obstáculo. -Se hizo un silencio sepulcral en la sala.

      Se volvió hacia Zoe, que lo miraba, ahora con miedo, y que no se había dado cuenta que Irma, también estaba a su lado.

      -Yo encontré...- continúo el militar, mientras señalaba la caja. Respiro hondo, muy hondo..., como si un gran dolor se le acabara de remover y prosiguió, con voz menos autoritaria. -Yo encontré esto,... y estoy condenado a ser su guardián por el resto de mi vida. A sí que... acostúmbrense a verme por aquí- dijo ya en su tono autoritario. -¿Alguna pregunta?- Dijo

      -Comandante, yo tengo una- Dijo Raúl, como si no le afectara el tono autoritario del Comandante.

      El Comandante Amat asintió con la cabeza, para que prosiguiera.

      -¿Nosotros para quien trabajamos?, ¿Para el Museo? ¿Para el Ejército? ¿Para usted?- Raúl estaba acostumbrado a que le hablaran en ese tono, y el Comandante no ejercía ningún miedo en el.

      El Comandante se quedó mirándolo como si fuera un insolente y le pregunto -¿Acaso importa?-

      -Sí, sí importa- Contesto Raúl sin importarle el tono intimidador en el que le hablo el Comandante.

      -Soy el encargado de controlar los gastos y debo saber, en que partidas debo meter los gastos, y sobre todo, a quien tengo que solicitar el material necesario para que este equipo realice bien su trabajo.-

      Era cierto, El Comandante, se dio cuenta de que lo que aquel hombre le decía, era cierto.

      -CABO- Grito de repente, asustando a Raúl que dio un paso hacia atrás.

      Un hombre joven, de apenas unos 30 años, apareció por la puerta.

      -Sr.....- Dijo Amat señalando a Raúl, a lo que este contesto

      -Raúl Padilla.-

      -Cabo, acompañe al Sr. Padilla, con el Capitán, tienen que hablar de "números".- le dijo el Comandante al Cabo.

      -Por favor, Sígame- Dijo educadamente el Cabo.

      -¿Alguna pregunta más?- Dijo mientras miraba uno a uno a los ojos.

      -No, no, no... - movían uno a uno la cabeza, hasta que llego a Zoe y por primera vez, la miro a los ojos.

      Algo se estremeció en su interior.

      Hacía mucho que nadie lo intimidaba de esa manera, y en ese momento, se acordó de que estaba tratando con civiles y los acababa de tratar como a militares.

      Retiro la vista de Zoe y se dirigió hacia la puerta. Se sentía culpable, se volvió, y dijo con una voz menos autoritaria. -Ruego me disculpen, últimamente me han pasado cosas... muchas cosas, y he olvidado completamente que ustedes son civiles y no están acostumbrados al trato militar.

      No nos queda más remedio, a todos, el tener que buscar el punto para trabajar en armonía.-

      Se giró, acelero el paso y salió de la sala.

      -Zoe, Zoe, ¿¿qué es esto??- Susurro Irma, que permanecía a su lado, mientras le cogía el sobre que el Comandante le había dado.

      -Zoe,- dijo Katia con voz miedosa.

      -Dyehuty- Consiguió articular Zoe, dejando a todos helados, de nuevo.

      -¿Que estás diciendo, Zoe?, vuelve en ti, ¡¡Zoe!!- Dijo Katia, que estaba muy asustada.

      Zoe volvió en sí, y cogiendo a su amiga de los brazos, mirándola a los ojos le dijo -Katy, es el del sueño este tan raro que tuve el día que nos encargaron el proyecto del plano antiguo del Castillo.-

      Katia se quedó con la boca abierta.- ¿Ese es Thoth?, ¿Tu Thoth?- Consiguió articular después de unos segundos, que al resto del equipo le pareció una eternidad.

      -Si - dijo Zoe con la cabeza.

      -¿Se puede saber de qué puñetas estáis hablando?- dijo Irma con voz alta, rompiendo el ambiente que había creado el Comandante.

      -Thoth es un dios egipcio, ¿cómo va a ser ese militar?- dijo Abigail

      Zoe, les contó abreviadamente, el sueño que tuvo hace unas cuantas semanas, y que no había podido olvidar.

      -Raro es, desde luego...¿Y qué hacemos ahora?- Pregunto Abigail.

      El sobre que me ha dado, era pesado, ¿dónde está?- dijo Zoe.

      Irma lo mostró

      - Vamos a la mesa, a ver que es - dijo Zoe.

      Se acercaron a la mesa, y abrió el sobre que le había dado Irma.

      Dentro había otro sobre, y dos hojas con detalles.

      -A ver equipo, que leo- dijo Zoe, antes de abrir

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