El amor, Aún. Una lectura del Seminario 20 de Lacan y sus fuentes antiguas. Carmen González Táboas
Чтение книги онлайн.
Читать онлайн книгу El amor, Aún. Una lectura del Seminario 20 de Lacan y sus fuentes antiguas - Carmen González Táboas страница 3
Para indicar sólo la vía que nos abre su lectura, señalemos un breve ejemplo y un par de referencias dichas de manera muy aforística. El ejemplo es el de una niña que le explica al analista sus conclusiones después de una nutrida clase de “educación sexual” en su colegio. Los caracoles, le han explicado, son hermafroditas, es decir tienen los dos sexos a la vez, el masculino y el femenino. Pero la niña plantea su objeción a la lógica de la diferencia ordenada por el significante del falo: “si son hermafroditas no tienen sexo, si tienen los dos quiere decir que no tienen ninguno”. Dicho de otro modo, cuando se trata del goce sexual hay Uno o bien no hay ninguno. Y no hay Otro más que supuesto, en su puesto, para una relación que no existe en la lógica de la diferencia. Cuando se trata del goce, ya no funciona entonces la lógica de la diferencia, la lógica del significante que distingue entre Uno y Otro. Cuando se trata del goce funciona la lógica del objeto, sin diferencia relativa, la lógica de lo singular fuera de la norma fálica, la lógica queer, de lo que es realmente queer para cada sujeto y que la lectura de Aún sitúa necesariamente del lado de lo femenino en el ser hablante. Y tal vez entonces sólo exista Un solo lado, ese lado de lo femenino en el ser sexuado.
Aunque esto es algo que habrá que verificar siempre uno por uno, sin una ley que valga para todos, en un trabajo que el psicoanálisis causa sin tener una solución ya escrita de antemano, sin tenerla nunca, aún –con el acento que lo distingue del aun inclusivo, aun si es así como quedó vertido en la edición del Seminario Aún en castellano.
Saludemos entonces este trabajo, inagotable en efecto, al que Carmen nos convoca con este libro.
Miquel Bassols (1)
Barcelona, 9 de febrero de 2020
1- Miquel Bassols i Puig, psicoanalista, miembro de la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis (ELP), presidente de la Asociación Mundial de Psicoanálisis (AMP) entre 2016 y 2018, es autor de varios libros, entre otros, El psicoanálisis explicado a los medios de comunicación (1997), La interpretación como malentendido (2001), Finales de análisis (2007), Llull con Lacan. El amor, la palabra y la letra en la psicosis (2010), Tu Yo no es tuyo. Lo real del psicoanálisis en la ciencia (2011) y Lo femenino, entre centro y ausencia (2017).
BREVÍSIMA INTRODUCCIÓN
En 2010 aún estaba entre nosotros Jorge Perednik (1). El poeta, cercano, inolvidable, había editado mi libro MUJERES, Claves místicas medievales en el Seminario 20 de Lacan (2), donde estudié las referencias medievales aludidas por Lacan en el Seminario 20 (3). En este nuevo libro mi trabajo ha sido otro; el de una lectura ajustada, clase por clase, del Seminario donde Lacan introdujo la filosofía de Aristóteles para leer sus efectos tardíos en la filosofía medieval y hasta hoy. Sin duda se verifica la persistencia del realismo aristotélico –universalizado por la filosofía tomista durante la cristiandad medieval–, en las ideas comunes sobre el individuo, el sexo, el alma y el amor y en la psicología conductista; subyacen al estallido de la posmodernidad. En las experiencias místicas medievales Lacan encontró la Otra abertura que lo condujo al goce femenino.
El amor, fenómeno testimoniado por todas las culturas, se puede presentar con los más variados y misteriosos ropajes en cualquier recodo de la experiencia humana. El psicoanálisis no es sin el amor que, en la conexión que la transferencia crea con el analista, opera del modo singular que expresa la fórmula del sujeto supuesto saber. Aquí se encuentra el sustento real (dice Lacan: “no de artificio sino de vena”) del lazo de cada hablante al Otro de la palabra y el lenguaje. La transferencia “en cuanto no distinguible del amor” trae una nueva resonancia del término saber: “Aquel a quien le supongo el saber lo amo”. ¿De qué saber se trata? ¿De qué amor? “El aporte del discurso analítico es que hablar de amor es en sí un goce, y quizás, después de todo, sea la razón de que este discurso emergiera en cierto punto del discurso científico”. En efecto, el psicoanálisis permite “hablar del amor, aún”. ¿Cómo leer este intrincado Seminario sin perderse en él? Entrando a él orientados por el discurso analítico.
Seguramente mi trabajo se aproxima y se aleja, cierne y deja escapar, pero fue para mí consecuencia de mi transferencia al discurso analítico y una de las consecuencias de la reciente publicación de los tres volúmenes de mi libro llamado La cita fallida (4). Me había aproximado antes a la cultura de occidente y había iniciado una interrogación sobre esta América afro indo luso hispana. En La cita fallida 3 quise, una vez más (5), interrogar el campo del psicoanálisis en Argentina. Escribí: “Porque la verdad es hermanita de la fábula, muchos analizantes argentinos han recogido y recogen verdades a montones. Eso nunca termina. En cierta ocasión me dijo alguien: ‘no me analizo. Mis amigos, analizados durante años, han mejorado sus vidas, pero lo principal está ahí, firme’. ¿Qué es lo principal? Lo que insiste y se repite, el síntoma como ‘el mutismo en el sujeto que se supone que habla’ (Lacan), goce que resta irreductible a la interpretación. ¿Cómo advendrá un decir, creación del parlêtre? No es fácil cuando el practicante no abandona la vía del parloteo. Son huellas de la cultura indo hispana, su sensibilidad inclinada hacia las desgracias del ser y del tener” (6).
Esas huellas de la cultura se trasladan a las dificultades en la lectura, incluso si la apuesta de los analizantes practicantes es, muchísimas veces, determinada y sostenida en el marco de la Orientación lacaniana. Este libro continúa un trabajo de lectura que no se cierra y que además se abre a las derivas de un Lacan inagotable. Espero haber alcanzado de algún modo, en mi estilo más cercano al ensayo, el lado vivo de algunas cuestiones difíciles que presenta el Seminario 20. He tenido muy presentes a quienes encuentran en la lectura de Aún tropiezos que conozco bien. Seguimos a un Lacan oral, en búsqueda, difícil, que no evita los rodeos, ni las alusiones, ni las dificultades. En su enseñanza no cesó de crear escritura para bordear con el dispositivo analítico lo real que escapa a la representación y decide para el ser hablante su destino en el goce. Lo hizo en el curso de una elaboración que se vislumbra en mi primer capítulo con las referencias necesarias: “Los accesos al Seminario 20”.
Repartí mi trabajo en tres Libros. Las citas y referencias antiguas esenciales al tratamiento del almor (“cuando el almor alma al alma no hay sexo en el asunto”) se irán encontrando en la trama misma de mi Libro I. Si el lector lo desea, encontrará Otras referencias en el Libro II. Finalmente, dedico el Libro III a un breve Ensayo sobre el Diario de un seductor, de S. Kierkegaard, escrito a partir de una alusión de Lacan en la página 93 de Aún.
El lector podrá contar con la constante cercanía del Seminario 20, pues he incluido cada vez, a lo largo de mi texto, entre paréntesis, el número de la página que leo (7). En esta ocasión conté con la colaboración de María Magdalena, mi joven asistente. Poeta, estudiante avanzada de psicología, concernida por el discurso analítico, ha seguido de cerca mi trabajo. La animé a intervenir mi texto con sus preguntas; siempre certeras, descubrían lugares necesitados de otra luz, de otra respiración. Mi particular gratitud, pues, para María, por el beneficio que le ha aportado a mi trabajo.
1- Escribí sobre el poeta en La cita fallida 3. En Argentina. De la mirada al inventario, Buenos Aires, Grama, 2019, p. 105-109 y 164.
2- Buenos Aires, Tres Haches, 2010.
3- Lacan, J., Seminario 20, Aún (1972-1973), Barcelona, Paidós, 1981.
4- La cita fallida 1. El continente mestizo. Una mirada, con Lacan y La cita fallida 2. Mutaciones