El adolescente y sus conductas de riesgo. Ramón Florenzano

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El adolescente y sus conductas de riesgo - Ramón Florenzano

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mayor visibilidad que antes. De acuerdo con los datos sobre indicadores comparativos de desarrollo humano, proporcionados por el Human Report de 2003, en Chile, la expectativa de vida al nacer subió de 57.1 años en 1960 a 75,8 en 2001. En nuestro país, este índice aumentó más para las mujeres (de 66 a 78.8 entre 1970 y 2001), que para los hombres (entre 59 y 72,8 años, en el mismo periodo). Esto debe ser comparado con las variaciones ocurridas en América Latina: de 63 a 73 para las mujeres y de 58 a 67 para los hombres. En los EEUU, en tanto, la variación es de 75 a 79,7 para las mujeres, y de 67 a 74.0 para los hombres. La tasa de mortalidad infantil bajó de 117 por 1.000 nacidos vivos en 1960 a 10 en 2001 y, coincidentemente, en el mismo período, el producto geográfico per cápita subió de 3.130 a 9.417 dólares anuales. El descenso de la mortalidad infantil se puede comparar con un descenso de 82 a 28 en toda América Latina y con uno de 20 a 7 en los EE.UU. En Chile, el porcentaje de población urbana ascendió del 75% en 1970 a 86% en 2001. El 2001, el 40,2% de la población total del país vive en la ciudad capital. Las cifras equivalentes para América Latina son de 57% en 1970 y 75,8% en 2001. Durante este periodo, el 16.2% de la población vive en la capital. En los EE.UU., el índice es de 74% en 1970 y de 77,4% en 2001. Cabe consignar que el los EE.UU. un 1,86% de la población vive en la capital el país. (Fuente: Informe sobre Desarrollo Humano 2003. Los Objetivos de Desarrollo del Milenio: un pacto entre las naciones para eliminar la pobreza. PNUD. Ediciones MundiPrensa 2003.)

      La salud de los adolescentes chilenos, como en todas las Américas, es buena si uno utiliza los indicadores clásicos de mortalidad, la cual es baja en este grupo de edad, como muestra la tabla 1.1. Por otra parte, si se está consciente de que muchas de las causas de muerte de los adultos vienen de estilos de vida y conductas de riesgo adoptadas en la adolescencia, es posible comprender la preocupación de los especialistas por este grupo de edad.

      El crecimiento demográfico chileno se hizo mayor desde 1992 hasta 2002. La tasa chilena es menor al promedio de crecimiento hispanoamericano (1,2% vs. 1,7% para la región). Esta tendencia general hace que la población joven, que se incrementó significativamente desde 1950 hasta la primera mitad de la década del 80, comience a disminuir. Según datos del INE, en el 2001, la población joven, que representaba en 1982 el 30% de la población total del país, se redujo al 24,3%. La mayor disminución porcentual se dio en las regiones extremas geográficamente (I y XII) y en las más pobladas (V y Metropolitana).

       Tabla 1.1 Mortalidad específica en el grupo de edad de los 15 a los 24 años, por país, según datos de la Organización Panamericana de la Salud(20). Tasas por 100.000 habitantes.

País Ambos sexos Varones Mujeres
Costa Rica 61 80 41
Martinica 66 98 33
Barbados 66 80 50
Jamaica 67 83 51
Saint Lucia 73 98 49
Canadá 78 115 39
Uruguay 79 105 52
Argentina 87 114 56
República Dominicana 87 103 71
Chüe 88 131 43
Surinam 90 145 61
Panamá 94 132 55
Perú 100 116 83
Estados Unidos 102 152 50
Trinidad y Tobago 103 145 61
Cuba 105 132 78
México 106 154 57
Guyana Francesa 110 146 74
Ecuador 129 166 90
Guyana 129 162 97
Belize 130 148 112
Bahamas 132 198 53
Brasil 142 218 67
Colombia 192 309 72
El Salvador 205 319 94
Guatemala 210 252 166

      • Inadecuación relativa de los sistemas educacionales. La respuesta tradicional a las necesidades anteriormente descritas ha sido la educación. Hace un poco más de cincuenta años un presidente chileno llegó a La Moneda con el slogan de "Gobernar es Educar". Muchos de los grupos profesionales y de las clases medias hoy en el poder obtuvieron una importante movilidad social a través de tener una educación superior facilitada por apoyos y subsidios estatales. El sistema educacional actual experimenta una demanda sin precedentes, y nuevamente los gobernantes cifran sus esperanzas de desarrollo del país en la mejoría de la calidad de la educación. El contexto económico es diferente, sin embargo al de la década del 40, y aparece comparativamente más complejo el dar acceso equitativo a la educación a todos los jóvenes que la buscan. Los modelos sociales han también cambiado, y la identificación con futbolistas, cantantes o figuras artísticas es mayor que aquella con poetas, literatos o científicos que aparecían como imágenes prestigiosas en décadas anteriores. La educación tiende por otra parte a centrarse aún en modelos retóricos, que dan destrezas en manejo de conocimientos no siempre útiles, y que consideran como de menor categoría a oficios y destrezas ligadas a las nuevas tecnologías. La educación actual adolece, por lo tanto, de fallas en su profundidad y en sus áreas de concentración. El relativo descuido de los establecimientos

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