Cuidados básicos del niño sano y del niño enfermo. Roser Casassas

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Cuidados básicos del niño sano y del niño enfermo - Roser Casassas

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cambio más trascendental del sistema circulatorio ocurre en el momento del nacimiento, en el cual se realiza el paso de la circulación feto-placentaria a la circulación propia, y de esta manera el intercambio gaseoso que se efectuaba en la placenta pasa a los pulmones.

      Estos cambios cardiopulmonares no ocurren en forma simultánea, algunos se producen a las pocas horas del nacimiento y otros pueden tardar días e incluso meses; ellos son:

      • Oclusión de las arterias umbilicales, las que se transforman en ligamentos vesicales. La vena umbilical se convierte en el ligamento redondo.

      • Oclusión del conducto arterioso que comunica la arteria pulmonar con la arteria torácica. Cierre funcional que se hace definitivo al cuarto mes de vida.

      • Derivación de la sangre fetal a la arteria pulmonar.

      • Cierre del agujero oval que comunica las aurículas del corazón en la vida fetal. El cierre definitivo ocurre al final del primer año.

      • Cierre del conducto venoso, el que se convierte en el ligamento venoso.

      El corazón tiene una velocidad de crecimiento acelerada que continúa hasta la adolescencia. En el recién nacido este órgano pesa aproximadamente 24 grs., durante los primeros doce meses de vida duplica su peso, lo cuadruplica entre los cinco y seis años y lo sextuplica entre los seis y nueve, para llegar a la edad adulta a un peso de 280 a 300 grs. En gran parte este aumento de tamaño se debe al crecimiento del ventrículo izquierdo. En los dos primeros años la posición del corazón es más central y su eje más transverso, ocupando la parte media de la cavidad torácica. Entre los tres y los cuatro años la posición del corazón no difiere mayormente a la del adulto.

       Frecuencia cardíaca y presión sanguínea

      Cuanto más pequeño es el tamaño del corazón, más rápida es la frecuencia del latido. Los sonidos cardíacos se auscultan muy fácilmente durante la niñez, son de tono más alto e intenso y de duración más corta que en el adulto.

      La presión de la sangre es muy diferente de un niño a otro, está influenciada por varios factores hereditarios y del entorno, y en estrecha relación con la estatura, peso corporal y sexo. En general, los valores de presión arterial se mantienen bastante estables desde el mes hasta los seis años; a esa edad comienzan a aumentar anualmente hasta la adolescencia, pero este aumento no es constante de año en año; por lo tanto, la presión sanguínea “normal” tiene amplias variaciones.

      Es necesario controlar la presión de los niños con cierta periodicidad con el fin de conocer sus valores normales o pesquisar precozmente cifras que puedan indicar alteraciones. Existen diferentes métodos para controlarla, una forma es a través del uso de ultrasonido “Doppler” que puede ser realizado en menores de cinco años, pero tiene el inconveniente que sólo permite determinar la presión arterial sistólica. El método oscilométrico es representado en la actualidad por el Dynamap®, que mide la presión sistólica, diastólica y la presión media automáticamente y en forma fidedigna.

      Frecuencia cardíaca normal a diferentes edades (Tomado de Meneghello, J. et al. Pediatría Práctica en Diálogos. Ed. Panamericana, 2001)

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      Presión Sanguínea en mmHg a diferentes edades (Tomado de Meneghello, J. et al. Pediatría Práctica en Diálogos. Ed. Panamericana, 2001)

Edad Presión Sistólica Presión Diastólica
0 a 5 años 70-90 40-50
6 a 10 años 90-110 50-70
11 a 14 años 100-120 60-80

       Volumen sanguíneo

      Después del parto hay una disminución del volumen plasmático que se traduce en una mayor concentración de los eritrocitos con un aumento del valor del hematocrito. La velocidad de eritrosedimentación es más elevada en el niño que en el adulto.

      El volumen de sangre en los primeros días varía entre 80 y 110 ml. por Kg de peso, en el niño mayor es de 75 a 90 y en el adulto de 70 a 85 ml. por Kg de peso. El volumen medio de sangre al nacer, es aproximadamente entre 200 y 300 ml., el que se duplica a fines del primer año de vida.

      Cuadro Hemático en el Niño Valores Promedio (Watson, Crecimiento y Desarrollo. 1971)

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       Elementos figurados

      Los órganos hematopoyéticos, responsables de la formación de los elementos figurados, experimentan también cambios durante el proceso de crecimiento y desarrollo. Esto se traduce en una fórmula hemática diferente según la edad.

      El número y tipo de glóbulos blancos o leucocitos se va modificando en el transcurso de la infancia y se hace semejante al adulto en la etapa escolar. Al nacer, el número de leucocitos está elevado y aumenta en las primeras horas de vida, alcanzando su máximo a los siete meses de edad y descendiendo luego lentamente. Al nacer existe un predominio de neutrófilos con relación a los linfocitos. A los quince días esta relación se invierte, siendo los linfocitos y eosinófilos más abundantes durante el primer año de vida; los basófilos en cambio se mantienen constantes durante toda la niñez para descender sólo en la pubertad. Estos cambios dan cuenta de la respuesta continua del sistema inmunológico del niño frente a los estímulos antigénicos.

      Fórmula Leucocitaria porcentual en los primeros años (+ - 10)

Edad Neutrófilos (%) Linfocitos (%)
Recién nacido 60 30
Primer año 30 60
2 a 5 años 40 50
6 a 12 años 50 40

      El sistema digestivo presenta diferencias anatómicas y fisiológicas en relación al adulto. Al nacer, el desarrollo de este sistema aún no se ha completado, proceso que se alcanza con rapidez en los dos primeros años de vida. Estas características determinan el tipo, consistencia, volumen y forma de administrar la alimentación a un niño.

      En la cavidad oral un aspecto relevante es la coordinación de la succión con la deglución, la que ocurre entre las 32 y 34 semanas de gestación; su ausencia en el neonato de término puede indicar una alteración neurológica.

      Una característica

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