Incidencias clínicas de la carencia paterna. Gustavo Stiglitz
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2. El S1 degradado empuja al sujeto moderno a prescindir de las “soluciones típicas” ante los desarreglos del goce. ¿Qué clínica deriva de estas “soluciones no-típicas” (1)?
3. Nos encontramos con una transferencia no sostenida en el SsS puesto que, en las nuevas presentaciones, el sujeto tiene “un cierto debilitamiento, una cierta desconfianza, digamos una cierta transferencia negativa con relación a todos los significantes amos”. (2) La dirección de la cura dependerá del ‘tipo’ de solución que haya encontrado el sujeto contemporáneo, según si esta es rígida o dispersa. Ante estas presentaciones clínicas, ¿cuál es la posición conveniente para un analista en el siglo XXI?
En suma, quisimos indagar cómo se analiza hoy desde la perspectiva de Lo que no se sabe –título inaugural de lo que fueron las Primeras Jornadas Anuales de la EOL. Jacques-Alain Miller, en la Apertura de aquellas Jornadas, afirmaba que todo estudio de psicoanálisis debería portar ese significante. Delimitó una orientación que puso en forma las condiciones de posibilidad para producir o encontrar algo nuevo: “Lo que no se sabe transformarlo en saber, transformarlo en significante, es la operación que Lacan realizó inventando el significante de objeto pequeño a. Se trata de mostrar cómo sabemos transformar en saber lo que no se sabe”.
Desde esta orientación, el fundamento de este libro fue “entrar en conversación” –pues escribir también es conversar– con analistas de las Escuelas de la AMP tomando, como punto de partida, los ejes mencionados anteriormente.
Con esta intención hemos ordenado los estados de trabajo que leerán a continuación bajo el sesgo de algunas de las tesis principales reflejadas en la entrevista a Eric Laurent. Verán que el entramado de los artículos y las referencias que recoge el sumario del libro son una propuesta de programa de trabajo en sí misma.
Agradecemos a Carlos Alonso que ilumina con su obra la opacidad de nuestro tiempo.
Sin más, lo invitamos, a usted lector, a entrar en conversación con nosotros sobre lo que no se sabe para continuar interrogando lo que hacemos en la clínica contemporánea.
Conversemos entonces…
Marcela Ana Negro
Gerardo Battista
1- Lacan, J., El Seminario, Libro 4, La relación de objeto, Paidós, Buenos Aires, 1994, p. 223.
2- Laurent, E., Los objetos de la pasión, Tres haches, Buenos Aires, 2000, p. 14.
Capítulo 1 ENTREVISTA A ERIC LAURENT
Entrevista a Eric Laurent (*) Por Gustavo Stiglitz
Gustavo Stiglitz: Dos cuestiones nos llamaron la atención, con el Comité de Rayuela, cuando leímos su artículo “¿El psicoanálisis se cura de la transferencia?” (1), publicado en Lacaniana. Usted dice dos cosas que son muy impactantes. Se pregunta si el niño podría estar directamente en relación con la posición femenina de la madre y no duda en decir que sí, tomando el ejemplo de las fijaciones precoces en cuanto a la sexuación infantil. Por otro lado afirma –muy en conexión con la pregunta anterior– “que es enteramente en tanto objeto a, que se produce el quiasma o el empalme entre la posición de la madre y del niño”, a diferencia de la metáfora paterna clásica en donde es por la vía del significante, de la metáfora. Me parece que hay relación entre esas dos afirmaciones. ¿Nos puede decir algo más sobre esto? Está, por otro lado, esta idea de que es difícil abandonar el amor al padre, el sentimiento amoroso al padre, es decir un movimiento que va hacia un “sin padre” aparentemente, pero, a la vez, algo de eso se mantiene.
Son afirmaciones que exigen todo un recorrido para poder llegar a eso, y por otro lado, ¿Qué consecuencias se pueden extraer?
Eric Laurent: Muy bien, excelentes preguntas… Me parece que remiten mucho a los problemas que nos plantea la clínica de hoy y los instrumentos que nos dio Lacan para aproximarnos precisamente, al momento actual de la civilización, que cambia, por supuesto, la clínica en general y la clínica de los niños en particular. Esta ha sido muy reconsiderada, transformada por todos los cambios que afecta a la familia en el siglo XXI. Especialmente en Argentina, después de las leyes recién sancionadas y que hacen de ese país un laboratorio de investigación.
Ahora no se podrá decir solamente que Argentina es el país del mundo en el cual el psicoanálisis tiene el auge más importante sino también que tiene que investigar las consecuencias de las leyes que redefinen un régimen de la familia de una manera que interesa, creo, a todos.
Usted participó allí del debate del caso Lulú.
El caso Lulú y todo lo que va a seguir. El caso Lulú es la golondrina que anuncia la primavera. Contrariamente a la sabiduría que, según Hegel, sólo toma su vuelo al final del día, podemos decir que el psicoanálisis puede también tomar su vuelo al inicio mismo de estos fenómenos de transformación que van a reinterpretar, redefinir la clínica.
Efectivamente creo que Lacan, en su última enseñanza, o en la báscula de su enseñanza tomando sus distancias con la metáfora paterna, nos da instrumentos nuevos para indagar sobre la clínica de lo que llamé los momentos de sexuación precoz o el modo según el cual el niño se define como objeto a.
La metáfora paterna permitió a Lacan logificar el Edipo freudiano, incluir los avances de Melanie Klein respecto de la incidencia de la madre sobre el niño con la significación fálica, permitió reordenar todo esto. Como dice en sus “Nota sobre el niño” (2), el interés de la metáfora paterna permite ver cómo el niño se define como un síntoma, como una formación de compromiso, síntoma de la pareja. Pero opone a esto algo que es fuera del auge de la metáfora paterna, que es el momento en que el niño se engancha directamente con el fantasma materno, y hace una lista muy interesante de temas que eran un régimen nuevo de investigación, en el cual considera lo que ocurre cuando el niño viene a ser, en lo real, el objeto de satisfacción de la madre, lo que trasloca por supuesto todo lo que era el sistema freudiano de la significación fálica del niño. Bien. Eso fue el final de los ´60. Pero después, en los ´70, Lacan fue más allá aún, redefiniendo una posición del padre, no separando los registros del niño síntoma de la pareja y el niño con el enganche directo con el fantasma, sino un padre que se define a partir del niño como objeto a de la madre.
¿Y no habría también un niño en relación directa con el síntoma de la madre? Es decir, no objeto que realiza el fantasma, sino en relación más directa con el síntoma de ella sola.
Es esto, efectivamente se podría añadir si tomamos más bien el sinthome de la madre, como mezcla síntoma fantasma.
Y no daría casos de psicosis.
Precisamente una de las consecuencias sería agrandar mucho el binario un poco estúpido o reducido neurosis-psicosis especialmente en la clínica de los niños. Este binario parece muy de otra época cuando tenemos un abanico que se abre. Lacan incluye debilidad, handicaps, preguntas sobre el autismo. Abre el abanico mucho más. Ya en el ´64, al final del Seminario 11, habla para responder a Mannoni que precisamente estaba un poco de más pegada a psicosis-neurosis como única alternativa, diciendo cómo se introduce la noción de debilidad. Bien, son complicaciones a las cuales nos introdujo